- Eliminar una constitución que no sólo nos negó, sino que aplicó en contra nuestra el terrorismo de estado, privatizó y mercantilizó la vida, dañó y sigue maltratando a nuestros territorios, es un imperativo político y ético. También por los que lucharon y cayeron en dictadura y bajo los gobiernos posteriores que solo profundizaron su modelo, manteniendo una política de criminalización de nuestras justas demandas y resistencias a su voraz economía neoliberal. Desde esta memoria, saludamos y valoramos el “estallido social” de los pueblos de Chile que el 25 de octubre acudirán a un plebiscito para refrendar electoralmente su repudio a la Constitución de la dictadura cívico militar pinochetista.
- La opción electoral de la derecha política, económica y militar (también de sus aliados sociales, políticos y religiosos) cierra filas tras un proyecto centrado en un Chile monocultural, un estado nación erigido el siglo XIX a partir del genocidio de nuestros pueblos. Si bien esta próxima contienda electoral la tienen perdida, buscarán asegurarse el tercio en las elecciones de constituyentes de abril 2021 para obstaculizar -bajo la lógica de los dos tercios- cualquier cambio que ponga en riesgo su modelo. Éstos no han tenido empacho en querer discontinuar el convenio 169, las leyes de espacios marítimos costeros de los pueblos originarios, destrabar la ley indígena en materia de arriendos y ventas de tierras, para así entregarnos al capital inmobiliario, minero, energético, acuícola, etc., mientras nos reconvierten en proveedores de servicios a esas mismas empresas o como material para el turismo y extractivismos de todo tipo.
- Consecuente con la necesidad de combinar las estrategias existentes en el movimiento mapuche y que dialoguen sus liderazgos, es que consideramos que no debemos desmovilizarnos, ni perder de vista el objetivo histórico y estratégico de la autodeterminación que tenemos como derecho, del cual nuestros antepasados ni las actuales generaciones han renunciado. La posibilidad de escaños reservados en una convención constitucional, si bien se concibe en los marcos de las democracias liberales y hace sentido a miembros de los pueblos indígenas (dejándonos en la condición de una minoría política y étnica), es un piso mínimo que abre un espacio de participación, aunque no resuelve nuestros derechos políticos, ni siquiera está en nuestras posibilidades optar por esta vía como hemos podido apreciar al quedar en nada esta iniciativa. La consulta previa libre e informada es un derecho que se debe aplicar y ejercer, para privilegiar la participación indígena, libre de clientelismos y suplantaciones de nuestra voluntad por parte de los partidos políticos.
- La mesa de unidad social (una de las expresiones del mundo chileno) ha hecho suya la causa política indígena incluyendo la de los escaños reservados y en caso lo frustre el tercio de la derecha, se han planteado promover una asamblea constituyente plurinacional paralela que permita controlar la negociación y a los representantes en la convención constitucional. Creemos que, en la línea de un proceso constituyente mapuche que vienen anunciando y trabajando otras expresiones de nuestro movimiento, ideas como éstas permiten promover alianzas entre pueblos centrados en sus territorios y autodeterminación, determinando el carácter de lo plurinacional para no dejarlo en un puro reconocimiento. Así como otros pueblos en el mundo se autoconvocan en referéndum (instancias de consulta previa libre e informada), y estando cercano hitos de memoria política como los parlamentos que la república hizo con el Pueblo mapuche, es que una constituyente paralela, complementaria o exclusiva de nuestro pueblo debiera superar la condición de minoría política en que nos deja un proceso de cambio constitucional estado céntrico, sujeto a la voluntad y chantaje de una etnoclase oligarca deslegitimada.
- Los derechos indígenas en el actual contexto reclaman nuestra participación directa, desde lo comunitario, centrado en los territorios, imbricado con el medio ambiente, es decir, desde una ecología fundamental contraria al modelo de ciudadanía liberal que promovieron todas las constituciones hasta la fecha, las que negándonos abiertamente reprodujeron una práctica en la que lo indígena se intermedia, se representa, se interpreta, se filtra, se contiene, se tutela, se reprime, se encarcela, se mata. Es importante mirar crítica y propositivamente el momento que se transita, promoviendo la unidad entre las diversas expresiones de nuestro Pueblo, valorando y reforzando los esfuerzos por buscar salidas a la situación colonial histórica y actual sin abandonar la única práctica que ha dado resultado, nuestra movilización, descolonizadora tras un horizonte libredeterminista.
Comunidad de Historia Mapuche
Centro de Estudios e investigación mapuche
Octubre, 2020