sábado, noviembre 23, 2024

8 DE MARZO DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA: Sobre la quema de brujas y bosques

Es sabido que un feminismo blanco, occidental, con una mirada universalista – que no tiene en cuenta las diferencias de clase y las consecuencias reales, materiales, en las condiciones de vida y en el uso del tiempo existentes en el movimiento mismo- , es un feminismo que hace reivindicaciones digeribles para la configuración actual del capitalismo. Digeribles en el sentido literal: las muerde, las mastica, se las traga y las caga. Es sabido también que – por suerte y providencia- sigue habiendo mujeres que no se comen ninguna. Y que toman cola de caballo para prevenir que sus riñones se ensucien de tanto procesar. De esas mujeres se trata este artículo, inspirado en un almuerzo con tres trabajadoras textiles que se organizan manera cooperativa. Mujeres que trabajan incansablemente – todos los días un poco – sin esperar nada más que aportar a una transformación en las relaciones sociales.

 

Hoy, 8 de Marzo, es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora conmemorando el incendio en una fábrica textil de Blusas en New York, donde murieron cerca de 150 personas, la mayoría mujeres. El incendio se produjo el 25 de marzo de 1911. Muchas de las muertas participaban activamente en la lucha por sus derechos como trabajadoras y habían encabezado huelgas. Entre ellas, la del invierno de 1909, que se extendió a 20.000 compañeras afiliadas al Sindicato Internacional Femenino de Trabajadores de la Confección. 

Es sabido que un feminismo blanco, occidental, con una mirada universalista – que no tiene en cuenta las diferencias de clase y las consecuencias reales, materiales, en las condiciones de vida y en el uso del tiempo existentes en el movimiento mismo- es un feminismo que hace reivindicaciones digeribles para la configuración actual del capitalismo. Digeribles en el sentido literal: las muerde, las mastica, se las traga y las caga. Es sabido también que – por suerte y providencia- sigue habiendo mujeres que no se comen ninguna. Y que toman cola de caballo para prevenir que sus riñones se ensucien de tanto procesar. De esas mujeres se trata este artículo, inspirado en un almuerzo con tres trabajadoras textiles que se organizan manera cooperativa. Mujeres que trabajan incansablemente – todos los días un poco – sin esperar nada más que aportar a una transformación en las relaciones sociales.

Desde los 14

Las tres comenzaron a trabajar cerca de los 14 años para colaborar con alguien que las necesitaba – con sus madres solteras, padres viudos, media docena de hermanos, el mundo-. Migraciones forzadas de por medio, que incluyen ser declaradas “traidoras a la patria” en el 77 en el Uruguay. Experiencias de trabajo donde las encerraban – con candado-. Luego trabajo, trabajo, trabajo, luego crisis, trueques, rebusques de todo tipo. San Cayetano, Luján . Y agradecer por todo. Siempre. Y cuando todo parecía mejorar, referentes del cooperativismo textil sin explotación las convocan a dirigir talleres. Reconocimiento. Y luego, discriminación institucional. Verbal: “negrita”. Psicológica “vos no sos diseñadora, no sabés, ellas sí saben, fueron a la Universidad”. Robo de sus trabajo por parte de otras mujeres. Mujeres Blancas, universitarias, trabajadoras públicas, racistas, clasistas.

Casi como yo. Casi.
Todo este recorrido plagado de desigualdad y opresión no ha convertido a todas las mujeres en víctimas, y tampoco en escépticas individualistas.
Cosas que tampoco me han permitido a mí. En el momento más complejo de mi vida – hasta ahora- donde toda la crueldad de este sistema basado en el egoísmo y la lógica binaria opresor/oprimido se hizo real en mi cuerpo, ellas me abrieron las puertas de su taller, como si abrieran sus brazos para abrazar y me hicieron lugar. Simplemente percibieron el tamaño de lo sucedido.
Me observaron de cerca, cada día, sin juzgar, sin esperar que yo vuelva a ser útil para el mercado.
Mientras me contaron sus cánceres, sus soledades, sus ilusiones, sus meditaciones, sus hijos, sus 8 hermanos, sus marchas del 1º de mayo, la represión, sus marcas en la piel, sus experiencias de organización obrera.
Sus eternas transformaciones y el devenir de la historia.

Nuevas formas de cooperación

Son mujeres que luchan constantemente por recuperar el control sobre las condiciones materiales de reproducción de los seres humanos, buscando crear nuevas formas de cooperación fuera de la lógica del mercado .Transformar el trabajo productivo en algo liberador y constructivo.
Estas mujeres ayudan a sus comunidades y a sus familias a evitar el despojo total, que abona el terreno a la explotación. Apoyan a sus compañeros y compañeras independientemente del valor que tengan en el mercado capitalista. Porque en ese Dios ellas no creen. El sistema será una imposición de las condiciones materiales pero no lo será en el terreno de los valores y las actitudes.
Contra la mercantilización total de la vida ellas apoyan procesos de reapropiación y de recolectivización de la producción, recuperar el control sobre nuestras vidas.
Asumen que la lucha es un largo proceso. Y sabemos encarnadamente que un proceso es un proceso. Cierra un ciclo, otro comienza, y otros se superponen.
Desde este sentir encarnado es que estas mujeres montan un taller colectivo, cooperativo donde abunda la solidaridad .Mujeres que se educan, educan y se esfuerzan cada jornada para crear un sistema de relaciones depurado de los peligros del individualismo capitalista.

30 mil hectáreas quemadas

Y mientras tanto, Cholila y alrededores – en el provincia del Chubut- después de al menos 17 días de incendio forestal, recién parece están controlándose. Que no es lo mismo que apagado. Ya se quemaron 30.000 hectáreas de bosques nativos con árboles milenarios, todo tipo de especies, que también es terreno de pastoreo.
El gobernador de la provincia Martín Buzzi propone que parará la especulación inmobiliaria con decretos que impidan la compra venta de tierras sobre la comarca.
Un anciano me dijo ayer que no entiende como en la capital podemos creer que una tierra en el bosque vale más prendida fuego que forestada.
Entonces recuerdo que, el año pasado, la Legislatura provincial habilitó la megaminería, durante una sesión en la que se detectó que al menos un diputado recibía instrucciones de las mineras por mensajes de texto. Todo esto en contra la iniciativa popular que había reunido 13.007 firmas para prohibir la megaminería en Chubut.

El legislador Gustavo Muñiz, recibió un mensaje de quien tiene registrado en su celular como “Minería Gastón Berardi – funcionario de Yamana Gold, y Gerente de Relaciones Comunitarias del proyecto minero en Esquel como Suyai. En el mensaje, Berardi le plantea corregir el artículo 4 de la Ley, a lo que el legislador Muñiz responde: “eso después el ejecutivo lo reglamenta”. A los hechos me remito.

Una joven pobladora me dijo hace dos meses que al movimiento contra la megaminería y el fracking, no lo pueden quebrar las corporaciones porque – por ahora- no están hambreados.
Me pregunto qué será de estas poblaciones cuya economía se basa en una simple combinación de turismo y la generosidad de la naturaleza (un círculo de producción y comercialización de productos como miel y derivados, cremas y derivados de rosa mosqueta, quesos, dulces, plantas medicinales nativas, maderas, artesanías cuyo valor creativo las hace piezas únicas, coexistiendo con agricultura de subsistencia y utilización de recolecciones estacionales del bosque.

Espero que la Comarca Andina no se vea obligada a buscar un trabajo asalariado

Porque mientras tanto la fundación YPF nos bombardea con publicidades de jóvenes blancas y bellas, en carpas HI TEC donde propone que nos anotemos en “Las carreras de la tierra” .
Eso lo veo mientras escucho “Por primera vez en no sé cuantos años los inscriptos en Ingenierías superan los inscriptos en carreras sociales.” Parece que hay que pensar que es una noticia maravillosa. Ajá, se ve que es una muy buena noticia.


El cuerpo de la mujer
Y no puedo parar de pensar palabras que leí de la feminista marxista Silvia Federici “El estado no te dará nada, todo debe ser tomado por la fuerza, el cuerpo de la mujer, el aborto, todo es parte de una tendencia estructural. El cuerpo de la mujer, al igual que los recursos naturales, es fundamental para el sistema capitalista por muchas razones, pero fundamentalmente, por su tarea de reproducción. Por eso el control sobre el cuerpo de las mujeres y de la naturaleza en todas las fases del desarrollo capitalista, ha sido en la colonización, en la guerra y ahora en la reestructuración productiva”
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora no nos olvidemos de pensar en las obreras, en las brujas y en los bosques incendiados.
Fuentes:
Entrevista a Silvia Federici:
Incendio en Cholila
Información sobre la iniciativa popular 
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