Se realizó una navegación ancestral en uno de los lagos Mapuche de Puelmapu. Las comunidades . «Se realizó con éxito la travesía entre la costa norte del lago Correntoso en la comunidad Quintupuray y su desembocadura en el camping Correntoso en la comunidad Paichil Antriao. Fueron más de 10 km a puro remo soñando con los antepasados», publicó eldiarioandino.com.ar
Gerardo Ghioldi, afirma que en 1678 el jesuita Diego de Rosales escribió : …La otra embarcación muy usada en este reyno es de canoas: derriban un árbol grueso y alto, desvastan el tronco o plan que ha de servir de quilla, caban el corazón hasta dexar el plan de cuatro dedos de grueso y los costados poco mas de dos, y acomodan el güeco para buque, la extremidad mas delgada para proa, y la mas gruesa para popa […] (Rosales 1877, Vol. I: 173-14)…
Ghioldil entrevistó a Adrián Moyano sobre este histórico evento: «La comunidad Quintupuray expresó que aguardan que …con la recuperación de los wampos, se despierten otros newenes (fuerzas) que permitan restablecer una nueva relación con el lago Correntoso… es decir con el Gnen del agua que estaba interrumpida o en estado de latencia desde fines del siglo XIX o principios del siglo XX.
Cuentan que sus mayores se valían del lago para ir a Villa La Angostura hasta periodos bastante recientes en botes de madera. También se recupera la dimensión de un territorio ya que la actual es la que imprimió el Estado a través de Parques Nacionales y Vialidad Nacional con el diseño de caminos a partir de la década del 40 del siglo XX.
Amanece en el lof Kintupuray. Al mismo tiempo que Kuyen estira su partida para no perderse el espectaculo, pu ngen despejan el camino. La bruma se levanta y de a poco el celeste del cielo se deja ver en la orilla norte del Correntoso.
AllÍ aguarda el wampo. Lucas y Martin esperan por indicaciones para subir. Sin embargo, desde adentro Capataz ya bien ubicado los sorprende con instrucciones de subir. Lucas se ubica adelante. Atrás de todo van Mariquita y Juan Antonio. Él lleva unos tamangos.
Ella va descalza. Mujer fuerte que apoya su mano en el hombro del Choko quien será el último remero de la fila. Al medio va Lupe. Su abuelo Emiliano, ansioso por abrazarla, duda en subir. ¿Cabrán todos? De repente, Marita le hace un gesto cómplice para que suba de una vez «¿Viste que había que volver al territorio?», dice esa mirada.
Parten. Hay alegría en algunos, nostalgia en otros. Una mirada hacia atrás para observar a las pu zomo cantar obliga un desvío hacia la hostería. Tantos recuerdos.
El wampo avanza sin prisa. ¿Acaso la hay? Capataz ensaya una anécdota algo inflada. Juan Antonio lo observa desde atrás con cara de pocas pulgas. A un toque en el hombro dado por Mariquita, la mirada se va a la margen izquierda. Cerca está la desembocadura del pichunco.
Por allí estaba aquella primera ruka. ¿Fue hacia 1900 que se quemó? La memoria juega sus juegos.
Hay que seguir. «¡Métanle para adelante!», se escucha desde atrás. Martín no afloja. Emiliano lo mira con asombro mientras recuerda los trabajos previos en ese tronco de coihue. Incluso Emanuel, con su habitual fuerza, terminó cansado. Marita ensaya unos tail para que Lupe no se aburra, aunque en realidad se la ve concentrada.
A lo lejos ya se ve la orilla del Correntoso. Allí esperan Alicia y Lelo. Tantas cosas por contar. Tantos abrazos por dar.
En la orilla de Paichil aguarda una multitud. Pu zomo esperan la llegada del wampo mientras tocan sus kultrunes.
Capataz recuerda un naufragio ocurrido hace años, en otro tipo de embarcación, y la perdida de mercadería que sería vendida en Villa. Emiliano, en cambio, alienta a los remeros.
Marita observa. Mariquita se sorprende por la experiencia del Choko. Juan Antonio recuerda viejas curvas en el paisaje de la costa.
Llegan. Todos. Bajan cuatro remeros, sin embargo el wampo se ve pesado. Hay alegría y llantos. Abrazos y felicitaciones. Palabras sabias y sinceras.
«Hoy sacamos al wampo del museo», dice Lucas Quintupuray una vez que pasa la emoción del arribo. Se lo devolvimos a las fuerzas. Nada menos.
videos