La palabra vñfitun como verbo significa dañar, infectar, perjudicar; el sustantivo es vñfi y éste forma la palabra koronavñfi, ‘coronavirus’, un neologismo en mapuzugun para nombrar la pandemia.
Vñfitun o ünfitun (según alfabeto) se usa cuando hay una acción que daña al otro, ya sea su salud, su entorno, su siembra o los animales; puede ser un veneno que mata a la persona, o una plaga de pájaros que se come el sembrado, plaga de ratones. El concepto koronavñfi, nos permite reconocer que el coronovirus es un vñfitun, puede matar, dañar a las personas, a su medio, pone en riego de contagio a las personas que salen a diario a trabajar.
Desde la visión de enfermedad mapuche el koronavñfi es también un wigka kuxan, una enfermedad foránea, no nativa, eso no significa que los mapuches no sean afectados, es más, ya hay contagiados, hospitalizados, no se sabe cuántos, porque el dato no se entrega, pero si sabemos que en el Hospital de Temuco murió una lamgen valerosa de 70 años y que su marido estaba hospitalizado y grave (Interferencia.cl 06-04-20).
El fin semana participé de una conversación virtual con varias personas sobre el koronavñfi, muchos de ellos profesionales de la salud, algunos lamgen de Maquehue, Kompu (Chiloé), Roma, Barcelona, Argentina, Ecuador y México (Agradezco al Dr Ibacache de Chiloé por el Encuentro del fogón, 10-04-20).
En esta conversación concordamos que la crisis del koranavñfi no es sólo biológica sino sistémica, y para enfrentarla no solo necesitamos atacar el COVID 19, necesitamos más comunidad y paradigmas que posicionen el valor de lo humano por sobre lo económico, más valoración de la naturaleza en reciprocidad con lo humano, más derechos para las personas, sobre todo derecho al agua, a la salud pública.
Siendo así, la primera línea de lucha contra la pandemia no está en los hospitales, está antes de llegar al hospital en la comunidad, en la organización social, y en las familias, está en los saberes del pueblo respecto al cuidado y al aislamiento para evitar el contagio; en el conocimiento para sobrevivir la crisis y las pandemias, en el sembrado de la tierra, en las forma de intercambio de productos que abastecen a la familia, en la contención espiritual, porque los fallecidos al que nos exponen virtualmente no son simples muertos, son nuestros hermanos, padres, ancianos, muchos han dado significados a nuestras vidas. Particularmente, los ancianos en los pueblos originarios son altamente valorados por su sabiduría, ellos han heredado los conocimientos ancestrales y hoy sus vidas están en riesgo, requieren el máximo de cuidado.
Lamentablemente, hay gobiernos que han mirado la pandemia desde la economía y el valor del capital por sobre lo humano, Bolsonaro, Trump, entre otros; no han dado garantías para la subsistencia económica de la población y aceleran el proceso para que la gente salga a trabajar a fin de sostener la economía y la banca, industrias y corporaciones de empresas les presionan para que así sea; pero la respuesta que requiere la pandemia es humanidad y garantizar la vida de las personas por sobre todas las cosas; algunos presidentes así lo han manifestado, conocido es el caso de Argentina y El Salvador.
Por la forma en que evoluciona la pandemia vemos que el virus no discrimina por clase social ni económica, entre los contagiados hay príncipes, primer ministro; entre los muertos gerentes de bancos y otras personas muy ricas. Sin embargo, el virus es devastador cuando ataca a los más pobres y vulnerables, porque tienen menos acceso a una buena salud y viven hacinados.
En Estados Unidos un 34% de los 3.602 fallecidos hasta el día de ayer en Nueva York son latinos (El País, 10 de abril, 2020) y son los hermanos migrantes, muchos de ellos indocumentados que viven en condición de hacinamiento, son los que salieron a trabajar todos los días para mantener a sus familias, no hicieron cuarentena por no tener un empleo estable. En Chicago, el 5 de abril, cerca de la mitad de los casi 5.000 contagiados eran personas de origen afro. Habían muerto 1.824 afroamericanos, frente a 847 blancos, 478 hispanos y 126 personas de origen asiático. Es decir, representaban el 72% de las muertes; esto se debe a que los afro están en peores condiciones de salud que otros sectores de la población para hacer frente al contagio de la enfermedad, en ello coinciden las autoridades y expertos (bbc.com 08-04-20)
Entonces el COVID 19 ataca con más fuerza a la población en condiciones de pobreza, con dificultades económicas, marginalidad social, cultural, a los que no tienen acceso al sistema de salud o a una buena salud, que no tienen buenas condiciones de vivienda, de agua, alimentación, de trabajo. Y quienes viven en estas condiciones son los latinos pobres, los indígenas, los afrodescendientes, los sectores marginales, la gente de las poblaciones marginales, de los campamentos, de las favelas; los pobres y los ancianos tienen más riesgo de morir que un millonario. Esta realidad nos indica que hay que proteger a la población más vulnerable y los gobiernos no lo están haciendo.
En qué condiciones está el Wallmapu frente a la pandemia.
El aislamiento obligatorio ha sido una constante en la historia mapuche, el pueblo ha vivido en condiciones de marginalidad y aislamiento social. Sin embargo, ha existido inteligencia para salir adelante, valores comunitarios, memoria colectiva, conocimiento de la naturaleza y fortaleza espiritual, sabemos que no son suficientes, pero son los pilares en los que se ha sostenido la sociedad mapuche y que hoy son tan válidos como en la historia.
Las pandemias históricamente han llegado de afuera. En el caso del koronavñfi, la prensa identificó puntualmente tres contagios iniciales, uno fue a través de la Seremi de Salud, Katia Guzmán, hoy renunciada y sumariada; otro fue por un joven diagnosticado con el virus que igual viajó desde Santiago en avión; y la tercera, por el contagio de una auxiliar de aseo de una de las líneas de micro en la que viajan cientos de personas al día en Temuco (El desconcierto, 6/4/20).
Hoy el covid 19 está presente en todas las regiones que conforman el Wallmapu, del número de contagiados no sabemos cuántos de ellos son mapuche. En la Araucanía, según datos oficiales del Ministerio de Salud (13/04/20) tenemos 17 fallecidos, 795 casos confirmados, es la cifra más alta de muerte en el país detrás de la Región Metropolitana. En el Bío Bio hay 512 contagiados y 2 fallecidos. En los Ríos 138 contagiados y 3 fallecidos y en los Lagos 380 contagiados y 5 fallecidos.
Autoridades y algunos académicos han comentado que el alza de contagios en la Araucanía podría deberse al problema a la contaminación ambiental, por el humo derivado de la calefacción a leña; pero esto no está comprobado, aunque sabemos que la contaminación incide en las enfermedades broncopulmonares, lo cierto que aún no entramos al invierno y parece que la gravedad de la situación es más sistémica, vinculada a cuestiones de acceso económico.
La pobreza que afecta a los mapuche le pone en un peligro evidente. Como sabemos la Región de la Araucanía es la región más pobre de Chile. Según la Casen 2017, el 8,6% de las personas en Chile vive en situación de pobreza por ingreso y la región de La Araucanía dobla el promedio nacional con un índice del 17,2%.
Respecto a la pobreza multidimensional -que analiza la condición de vida de las personas en distintos factores-, el promedio país en dicho ítem es del 20,7%, mientras que el de La Araucanía asciende hasta el 28,5% confirmando la pobreza. Según el Censo 2017, la población de La Araucanía es de 957.224 habitantes, con una densidad de 30,06 personas por kilómetro cuadrado.
La Araucanía también lidera el índice de desconexión según cifras del Ministerio de Desarrollo Social de 2019, en ella 136 sectores de los 632 localidades distribuidas en 170 comunas del país no poseen acceso a internet, le sigue la Región de Los Lagos con 107 sectores desconectados; es obvio que esto repercutirá también en la educación escolar de los niños en época de pandemia si el gobierno insiste en virtualizar la educación.
El aislamiento del Wallmapu por las políticas de estado es conocido, los gobiernos sólo se han hecho presentes para profundizar o acercar el modelo neoliberal a las familias, han hecho caminos y electrificación de las comunidades, pero ello ha venido acompañado de la instalación de forestales, represas, adquisición de terrenos para el turismo; militarización del territorio y criminalización de las organizaciones por la protesta social.
Hoy la mayor parte del territorio de la Araucanía está afectada por la falta de agua, derivado de las sequías provocadas por las plantaciones de monocultivo de pino y eucaliptus y últimamente el remate de las aguas de los Ríos (Renaico y Queuco, por ejemplo).
Los municipios proveen de agua a las familias en camiones aljibes, situación que es una bomba de tiempo al tratarse de la pandemia. Evitar el virus requiere del lavado constante de manos, ropas, desinfección del espacio, y cómo lo haces si no tienes agua. A pesar de que el gobierno dice que viene preparando las condiciones para enfrentar la pandemia desde enero, no hay ningún plan de atención a los pueblos originarios contra el Covid 19. En la página del el MINSAL hay una hoja de instrucciones sobre el koronavñfi en mapuzugun; CONADI hoy publicó en las redes sociales una en Aymara y eso es todo. No se conocen acciones de los otros Ministerios.
Organizaciones mapuche han intentado poner cercos para impedir entrada de turistas a sus territorios para evitar contagios, ocurrió en Alto Bío Bío y Lonquimay, pero han sido reprimidas por la policía en el caso de Lonquimay. También han levantado petitorios de atención a la pandemia, entre ello se demanda el acceso al agua y como mínimo las comunidades y familias contar con mascarillas, alcohol gel, cloro, artículos de limpieza que hoy no hay en el mercado. También se demanda la condonación de sus deudas, hay familia endeudadas por créditos, por PIMES (Plataforma Política Mapuche).
La política pública del gobierno contra el korinavñfi se ha centrado en la enfermedad, en lo biológico y ha acordonado o estableciendo cuarentenas fundamentalmente en la ciudad, en el barrio alto de Santiago, en Temuco y Padre las Casas. Esto en sus inicios llevó a relacionar la pandemia con la ciudad, alejada de las comunidades rurales, sin embargo, el koronavñfi es un enfermedad peligrosa y ha traspasado las grandes ciudades, llegado a las comunidades rurales.
Es así como los mapuche han dispuesto de su capital cultural de conocimientos para prepararse contra lo peor que viene, porque lo peor está por venir lo dicen los kimce o sabios. Antes que el Covid 19 llegara, la crisis ya había sido leída a través de signos que muestra la naturaleza (no como la pandemia sino como dificultades para continuar la vida) entre ellos, floreció la kila, se secó el koliwe en la mata (arbustos nativos de Chile), hubo un eclipse y viene otro, cuando la naturaleza muestra estos signos hay que prepararse para lo peor, eso está en la memoria mapuche. En el plano espiritual los/las machi también han anunciado tiempos difíciles; es decir, todos estos recursos de conocimientos están activos y operando en la sociedad mapuche.
En esa dirección, hay gente que ya prepara la tierra para la siembra temprana, activando la memoria de la sobrevivencia, aunque es claro que no todos pueden hacerlo. Hay que decir que la economía mapuche de subsistencia en la comunidades permitió sostener las familias cuando todavía había agua, tierra y no había transgénicos, en ese sistema todos trabajan, todos cuidan, todos producen.
Activar la vida en comunidad desde los valores colectivos hoy es imprescindible, el trabajo colectivo, de la vuelta mano, el mingako, los recursos endógenos de conocimientos sobre la vida, la conservación de los alimentos, de la medicina natural, todo es necesario para la sobreviviencia. Resistir la pandemia requiere de un abordaje integral no sólo atender lo biológico, es ahí donde las comunidades pueden aportar para la vida.
Los wariace, mapuche de la ciudad, también nos brindamos compañía en forma espiritual y en otros contextos como el vitual. Distingo que la primera comunicación y oración por el bienestar en la crisis del COVID 19 lo hizo una machi de Malleko, y lo hizo por Facebook. Desde entonces hemos podido compartir vía on line conciertos de música, recitales poéticos, programas de radio en mapuzugun; además de las reuniones virtuales con amigos que dan contención al aislamiento, son personas que disponen de sus saberes y talentos para acompañar y seguir construyendo saberes y comunidad.
El ambiente global de la pandemia afecta a todos, la muerte se expone en la realidad y más fuerte en forma virtual, aunque nadie lo quiera, lentamente está ingresando a las comunidades indígenas. Nuestros pueblos son respetuosos de la vida y de la muerte, hay prácticas sociales destinadas para ellos y hoy no se pueden hacer para evitar el contagio del virus por contacto social, entre ellos el eluwvn, ceremonias de despedida y de entrega del ser querido a la otra vida, cuando alguien fallece.
Me peguntaban qué pasa cuando esta ceremonia no se hace. No lo sé, somos espirituales, no estamos solos en esta vida, pienso que los espíritus que nos acompañan nos indicarán cómo actuar y evitar que nuestros corazones se ahoguen el dolor; los espíritus de la tierra también son sabios y nos sabrán acompañar como siempre. Despedir a los que se van de este mundo es parte de la humanidad y el virus nos enfrenta a lo inhumano, es duro reconocerlo, pero así es. Los mapuche además agradecemos a los que parten por su estar con nosotros, les aconsejamos para que en la otra vida superen sus debilidades y le decimos que no vuelvan nunca más, porque cuando vuelven vienen a buscar a otros. También sabemos que quien no fue despedido no se va, su espíritu ronda y pena hasta cuando se les hace su ceremonia.
Como pueblo nos merecemos un trato digno y humano como todos los pueblos de mundo; sería importante que el gobierno conformara con los pueblos una mesa Covid 19 indígena, que ésta elabore un programa de mediano largo plazo para apoyar a las comunidades en la mitigación de la pandemia a nivel integral en los ámbitos productivo, económico, salud, educación, cultural; además, podamos contar con el registro de las personas de pueblos originarios enfermas, de los contagiados, los recuperados; eso ayudaría a los pueblos a tener mayor claridad sobre el futuro. El autoritarismo político, la soberbia epistémica del pensamiento occidental no son pertinente para salvarnos de la pandemia.
La pandemia recién empieza, lo más difícil esta por venir y para ello se requerirá contar con la comunidad, integrarla en la planeación de la política. Los pueblos con vida comunitaria tienen el colectivo como sostén, los indígenas llevan en sus mundos la espiritualidad de la naturaleza y la memoria histórica de sobrevivencia. Todo ello es necesario para responder a cuestiones de interdependencia de nuestras vidas, entre nosotros y con la naturaleza. Proveernos de alimentos, cuidado y protección de las familias.
No sabemos cómo será el futuro, pero la lucha mapuche por su sabiduría, lengua y territorio no está perdida, hoy más que nunca tienen valor y vigencia y nos ayudará a enfrentar el koronavnfi; ello forma parte de la autonomía, la soberanía de las comunidades y de sus organizaciones territoriales.
Entrevista : Camila Vásquez
Redacción: Elisa Loncon