martes, noviembre 12, 2024

Opinión: El estado de excepción en Chile y la cuestión mapuche

Dos fuerzas políticas se ven enfrentadas en el escenario de la convulsión, el pueblo atrincherado en su  lugar de exclusión y supeditado al uso de su legitima expresión en las calles, campos y ciudades, mientras el Presidente entrega el destino del país a un General del ejército para reprimir por fuera de toda legalidad y ética las demandas políticas de la sociedad.                                                                                                                               

Fuente de la imagen de La Izquierda Diario.-
Wall mapu, 25 de Octubre 2019.-

Por Eduardo Curín Paillavil*

CONTEXTO GENERAL

En los últimos seis días, el país ha sido testigo  de una evidente crisis de gobernabilidad por parte del presidente Sebastián Piñera Echeñique  y su equipo político.

Dos evidentes fuerzas políticas se ven enfrentadas en el escenario de la convulsión, quedando el pueblo atrincherado en su  lugar de exclusión, lejos de los espacios de poder y supeditado al uso de su legitima expresión en las calles, campos y ciudades, mientras el presidente entrega el destino del país a un general del ejército de  su confianza para reprimir por fuera de toda legalidad constitucional y de ética las legítimas demandas sociales y política de la sociedad.

En otro lugar del poder político, la izquierda parlamentaria, queda completamente al margen de la posibilidad de poder entregar un claro mensaje al descontento social expresado espontáneamente en todo el territorio nacional. De este modo, la casta privilegiada encerrada en Valparaíso pierde legitimidad de vocería y conducción de contener las justas rebeldías del pueblo, con excepción del partido comunista que se niega a dialogar como fuerza política mientras se mantengan los militares flagelando al pueblo.

 

PRIMERAS CONTRADICCIONES LEGALES, ÉTICAS Y EXPRESIÓN DE LUCHA.

El poder judicial quien debe velar por el cumplimiento del respeto de los derechos humanos, una vez más observa y actúa en completa consonancia con su histórico rol  de fiel obediente de la oligarquía patronal, alineada con la doctrina del Pinochetismo, ha quedado entrampado culturalmente en la promoción de la impunidad tal cual ocurriese en casos de dictadura de Pinochet.

La lucha empieza a desdibujar el orden político de la institucionalidad chilena y surgen como es de esperar el ordenamiento de las correlaciones de fuerza, quedando el pueblo expuesto a una lucha del pueblo con el pueblo mientras  la oligarquía se despliega en  diplomacia artificiosa para evitar la toma del poder del pueblo, pueblo que además sufre de un conjunto de carencias de orden político y disciplinario.

 

¿CÓMO SE EXPRESA ELLO?

En el contexto de la institucionalidad  policial y militar, el pueblo excluido y víctima de la desigualdad se ubica imperiosamente en la sub-oficialidad,  sin embargo, limitado en  su nivel de conciencia histórica, origen étnico y de clase, los sub-oficiales por historia, golpean, reprimen, torturan y atacan a su propia gente, transformándose en el enemigo directo de su pueblo y defensor del poder que ha vulnerado a su sector de origen sistemáticamente por historia.

Vecinos y vecinas pobres, debaten la política, sin embargo, no pueden atacar la militarización como fenómeno de anti-democracia, porque un familiar es parte de la sub-oficialidad e incluso adhieren  a la propaganda del gobierno, que debemos legitimar los tanques en las calles con la excusa de que combaten el vandalismo, el saqueo, la delincuencia y otros adjetivos que se promueve para desmovilizar la política de la indignación social, eludiendo el verdadero saqueo que tienen los empresarios, los uniformados y los políticos institucionales detrás de la banderas democráticas y humanistas.

 

EL PUEBLO CHILENO MOVILIZADO.

El pueblo chileno movilizado, angustiado por las deudas, bajos salarios y otros elementos de orden económico, grita “Basta de Abusos, ” sin embargo, no se percibe con claridad ningún otro derecho vinculado a derechos, civiles, políticos, económicos,  culturales  u otros, de tal manera que se puede deducir, que a nadie le importa atacar el problema estructural, sin embargo, es irresponsable deducir que el pueblo vaciado de contenido cívico, hoy pueda referir con claridad  a poner fin a la doctrina de las fuerzas armadas de Pinochet, cambio al poder judicial y una asamblea constituyente a la brevedad para pedir la renuncia inmediata del presidente Piñera.

 

CUAL DEBERÍA SER LA FUNCIÓN DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE.

Para la coyuntura, este órgano debería proponer un poder constituyente desde el pueblo,  e iniciar una inmediata investigación de los crímenes de estado en estos seis días, y condenar a todos los responsables políticos, intelectuales y materiales de dicho crimen,  en virtud que el presidente hizo público su incapacidad de gobernar e incluso entregando su poder al general del ejército de su confianza y no al comandante en jefe del ejército en términos de protocolo institucional. Todo ello hace suponer que el grupo que reprime en las calles son el grupo armado de Piñera y no del estado mayor,  triquiñuelas que Piñera creía sería eficaz, sin embargo, en rigor, se está usando la figura del estado para sus oscuros propósitos, cuestión que crea todo un ambiente de molestias al interior de los uniformado y de las FFAA,  por tanto, su destitución lo debe dar el pueblo organizado y no la institucionalidad fracasada del poder judicial, ni el parlamento, menos la constitución de Lagos-Pinochet.

 

EL PUEBLO EN LAS CALLES Y SUS CARACTERÍSTICAS.

Es evidente que el pueblo cuenta con sus únicas armas articuladas por la pasión, indignación, molestia e impaciencia. Carente de otras armas, es aplastada con fusiles, tanquetas, bombas lacrimógenas y los medios de comunicación de masa, prensa, tv y otros en su contra.

En la calle, la consigna es  “el que no salta es paco” tibiamente lienzos aluden a la renuncia de Piñera, sumado a que la conducción no alcanza una organización de carácter orgánico, no tiene la experiencia de agendar acciones de reuniones de planificación, de denuncia organizadas,  ni un órgano que pueda responder a los vejámenes del poder institucional. Echado al completo abandono, organismo de derechos humanos solo actúan como observadores, pero en ningún momento garantes de derechos civiles.  En ese debate de debilidad, la organización del pueblo chileno está construyendo su proceso, en un manto de contradicciones internas.

 

¿QUÉ ROL JUEGAN AHÍ LAS CUESTIONES DE FONDO DE LA TEMÁTICA MAPUCHE?

La cuestión mapuche invisibilizado históricamente por nuestros vecinos chilenos, aún no logra la comprensión de los movilizados, entre otras razones, porque los movilizados surgen espontáneamente,  sin embargo, el movimiento mapuche, cumpliendo su rol moral, entregó en un momento de profundas contradicciones internas,  de acidas  autocrítica, e incluso, compleja en términos de sanciones en el proceder individual frente al derecho a la libre-determinación, una señal de apoyo el día martes 22 de Octubre al pueblo chileno, en claro reconocimiento a los estudiantes, a los trabajadores y a todos quienes anhelan la paz sin presión militar, judicial o de criminalización.

El movimiento Mapuche, quien sabe de militarización, de tortura, de muerte, genocidio, encarcelamientos, detenciones injustas y otras desapariciones forzadas, tiene la moral alta para exigir la renuncia de civiles golpistas, son ellos mismos los que tienen propiedades en el Wall mapu, mantienen la doctrina de la negación de nuestros derechos y promueven la ocupación y confiscación de nuestros recursos, son ellos mismos los que encarcelan a nuestros dirigentes y aprueban la militarización, por tanto, desde las cárceles del colonizador, se escuchan, los apoyos a la creación de una nueva institucionalidad, donde se reconozcan los derechos del pueblo chileno y mapuche bajo un nuevo paradigma que destruya el colonialismo institucional objetivo y subjetivo.

El movimiento mapuche ha fijado su agenda y ruta de transito político y espera en su maduración se aborden como objetivo estructural los siguientes asuntos:

– El cese de la militarización, cuando hablamos del cese, nos referimos que debe haber un debate en la doctrina ideológica del ejército y de todas las ramas de las FFAA, por tanto, el congreso debe hacer el inmediato  retiro presupuestario  en gasto militar y terminar con la lógica de ver al pueblo como enemigos internos  haciendo un completo abandono de las calles de toda forma de represión.

Como señal de abordar y superar la desigualdad de clase, la carrera militar en la oficialidad debe  como toda educación  ser gratis.

– En materia de derecho territorial mapuche, la agenda del nuevo paradigma institucional, debe ser capaz de restituir el derecho territorial ancestral del Wallmapu.

Se propone la creación de una Comisión de Esclarecimiento histórico Mapuche.

– La libre-determinación mapuche, se debe ampliar a la libre determinación del pueblo chileno en sus propios términos de construcción de poder fuera y autónomo del estado.

– Mediante una asamblea constituyente, órgano al que adherimos, podremos construir nuestro propio estatuto de gobernabilidad que esté basado en el legítimo ejercicio constituyente mapuche.

Si estos elementos en esta etapa de la historia son diluidos por la movilización chilena, siempre será necesaria más convulsión social,  de nada será útil las decenas de muertos esparcidos por el territorio nacional, junto a los torturados, mujeres violadas, las detenciones ilegales, sin olvidar el esfuerzos de los estudiantes secundarios del Instituto Nacional que fueron largamente sitiados y criminalizados por el régimen de la derecha y el parlamento chileno quien hizo vista gorda, mientras eran violadas sistemáticamente los derechos humanos a plena luz del día por parte de carabinero bajo el total silencio del poder judicial.

Muchos son los jóvenes mapuche muertos y heridos en estos días, fuera de su lof, pareciera existir un objetivo selectivo en su persecución, sin embargo, desde las autoridades ancestrales y los liderazgos mapuche, debemos ser responsable en cómo dar conducción política a nuestros objetivos, y desde ese contexto, esperamos el pueblo chilenos en las calle entienda  nuestra agenda, que gravita desde el 12 de junio del 2019 en la esfera política institucional del congreso.

Por  otro lado ansioso de combate, grupos de personas mapuche desesperados se intentan plegar a un acto de protesta, sin embargo,  a la fecha de maduración del movimiento mapuche, no puede caer en desesperación, menos aún confundir sus derechos alcanzados en la esfera internacional, en otras circunstancias hacía apoyo a gremios mineros, de transporte, de profesores y médicos; mientras éramos analfabetos, saqueaban y explotaban nuestros subsuelo y presentábamos enfermedades jamás ayudado por los médicos chilenos, y nuestros medios de y transportes eran carretas, caballos  y caminatas a pies.

Ha llegado el momento de romper con la chilenización colonial, necesitamos un chilenismo distinto, colectivo, solidario, comprensivo, respetuoso y leal, basta ya de traiciones y engaños.

*Sociólogo mapuche.

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