viernes, noviembre 15, 2024

Pejerreyes celebra retiro de proyecto minero

En la localidad de Pejerreyes, comuna de Ovalle, desde hace unas semanas se celebra el fin del conflicto minero en esta pequeña localidad ubicada en la conexión con La Serena. Los vecinos del sector mantenían una lucha contra una minera de capitales chinos que pretendía conseguir  autorización para la ampliación de sus obras, lo que incluía procesar cerca de 60 mil toneladas de material y construir un segundo depósito de relaves en el sector.

Finalmente, al no poder probar su inocuidad, la minera presentó al Servicio de Evaluación Ambiental una carta de desistimiento, con lo que se cierra un proceso que se extendió por tres años y que cuestionó la normativa ambiental vigente. La comunidad cataloga el hecho como un triunfo de la organización territorial, nos indica desde la zona: Fernando Elorza, dirigente de Pejerreyes, y Cristofer Flores, director del Departamento Ambiental Comunal.

A continuación, nota informativa sobre este importante logro:

Fin de este conflicto: Pejerreyes celebra retiro de proyecto de minera china

Después de tres años de conflicto, la empresa China Co presentó al Servicio de Evaluación Ambiental su desistimiento de la Ampliación del Proyecto Minero Pejerreyes. La comunidad celebra la defensa del territorio: “La gente perdió el miedo, se enfrentó y venció a un verdadero Goliat. Ojalá sirva de inspiración para otras comunidades”, destacó Fernando Elorza Retamal, dirigente de la Junta Vecinal.

Por Nicolás Hermosilla Alfaro

La localidad de Pejerreyes, perteneciente a la Provincia del Limarí en la Región de Coquimbo, vive días de fiesta. Esto porque el proyecto minero que pretendía ejecutarse en la zona y que representaba una amenaza medioambiental, finalmente echó a pie atrás, poniendo fin a un conflicto que se extendió por tres años.

Se trata de la Ampliación del Proyecto Minero Pejerreyes, presentado por primera vez al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en 2015 y que contemplaba un significativo aumento de la capacidad de procesamiento de material (de 4.800 a 60 mil toneladas mensuales) y la construcción de un segundo depósito de relaves en el sector que albergaría cerca de 1.800 metros cúbicos de tóxica concentración. Finalmente, nada de eso sucederá, pues la Minera China Co., titular del proyecto, presentó su desistimiento, al no poder demostrar ante la comunidad y el SEA la inocuidad de su obra.

“La sensación no es tanto de sorpresa; sabíamos que esta batalla se podía ganar. La minera estaba muy a mal traer por la evaluación que estaba realizando el Servicio de Evaluación Ambiental. Si se cumplía con la normativa ambiental, se iba a ganar. Queríamos que la autoridad hiciera cumplir la ley”, sostiene Fernando Elorza Retamal, dirigente de la Junta Vecinal de la localidad que se encuentra ubicada a 28 kilómetros de Ovalle, en la conexión con la ciudad de La Serena.

En efecto, el proyecto fue declarado inadmisible en tres oportunidades, una en 2015 y otras dos en 2016. La cuarta vez que ingresó al sistema se encontró con la solicitud de Participación Ciudadana que exigió la comunidad y que sirvió para revelar una serie de irregularidades y deficiencias que aún contenía la iniciativa y que ponían en riesgo al ecosistema y al derecho constitucional de la comunidad a vivir en un ambiente libre de contaminación.

¿Qué sigue ahora? La minera de capital asiático aún cuenta con la infraestructura para procesar las 4.800 toneladas mensuales de material que le fueron autorizadas por el SERNAGEOMIN inicialmente. Sin embargo, las faenas se encuentran detenidas por el incumplimiento de normativas ambientales que fueron fiscalizadas por la misma entidad estatal minera. Además, la empresa enfrenta ahora otro problema: una demanda de liquidación forzosa ingresada en febrero ante la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (SUPERIR) por el incumplimiento del pago de dos facturas por más de 32 millones a la Minera Andes Pacifico e Ingeniería y Geología Limitada. A las deudas, se suman la Compañía de Petróleos de Chile COPEC ($2.617.386); Osman Olivares ($9.387.193); Rodrigo Morales Gestión y Minería EIRL ($31.820.005) y por último, Ambiental Chile SPA con $37.995.750.

En Pejerreyes permanecen cautos, con la esperanza de un cierre definitivo. “Se terminó una etapa, pero vamos a seguir atentos a lo que venga, con esta u otra minera que quiera vulnerar los derechos de nuestra comunidad”, acota Elorza Retamal.

“Nos sentimos abandonados por el Estado”

Al evaluar el proceso, el dirigente hace hincapié que pese al resultado, la labor de las autoridades dejó mucho que desear: “La comunidad se sintió abandonada por parte del Estado debido al deficiente rol que cumplió el SEA y también SERNAGEOMIN, en su momento. Al final hubo un cambio de actitud cuando las inconsistencias del proyecto comenzaron a ser evidentes y la comunidad lo hizo notar. Es una lástima que se faciliten tanto los procesos para las empresas, pero nunca para la comunidad, porque costó mucho hacernos oír. El único respaldo que recibimos fue por parte de la Municipalidad de Ovalle y de algunos diputados de la región”.

Desde la Municipalidad de Ovalle, en tanto, valoraron lo conseguido por Pejerreyes. Cristofer Flores, director del Departamento Ambiental Comunal, sostuvo que “lo que la comunidad nos enseña es que la organización comunitaria puede lograr cosas importantes. Destacamos la importancia de la participación ciudadana en los procesos de incidencia en el territorio. El llamado desde el Departamento es que la gente ejerza su derecho de vivir en un lugar libre de contaminación y sienta el deber de defender nuestro territorio”,

“Así también, hacemos un llamado a que la gente participe de todas las instancias de discusión que tienen a su disposición, como el Comité Ambiental Comunal, que reúne a la comunidad a discutir acerca de las problemáticas socioambientales que se presentan en el Limarí”, agregó.

En esa misma línea, Fernando Elorza Retamal finaliza enviando un mensaje de aliento a otras comunidades que enfrentan conflictos medioambientales: “La gente perdió el miedo. Para una comunidad tan pequeña como Pejerreyes, era enfrentarse a un Goliat. Siento mucho orgullo por nuestra comunidad que se supo mantener cohesionada hasta el final de este proceso. Ojalá sirva de ejemplo e inspiración para otras comunidades que tengan estos problemas o similares; de que sí se puede luchar contra estos gigantes”.

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