En Melipeuco durante varios años funcionó allí la piscicultura industrial Los Fiordos de la empresa “Agrosupuer” (Super salmón) del grupo Vial, quien cerró sus puertas hace un tiempo debido a la baja de las acciones de las empresas ante los vaivenes del mercado de la industria salmonera, incluyendo las consecuencias de la plaga del virus ISA y la oposición de familias del territorio.
En el presente se ha denunciado desde el movimiento de la Defensa del Territorio de Melipeuco que dichas instalaciones habrían sido arrendadas a la empresa «Caleta Bayt», cuyo representante para Melipeuco sería el particular Rodrigo Salgado, quienes destinarían la planta para la crianza de truchas.
Paz Neira de la defensa del territorio indicó al respecto: “Cuando operaba la piscicultura Los Fiordos, vimos con pena y rabias como las aguas del río Peuco quedaron horriblemente contaminadas: malos olores, peces muertos en el río, hongos blancos, muerte de animales como perros y ovejas fueron algunos de sus efectos, sin contar la destrucción de la flora y fauna de este río”, sentencia, agregando al respecto: “En este tiempo que la planta estuvo cerrada, pudimos ver con emoción como las aguas del río Peuco se recuperaban, volviendo a habitar en él toda clase de peces, pájaros y huillines. En sus aguas se volvieron a bañar los niños, los pescadores a pescar y las mujeres a lavar lana en sus aguas. En este tiempo, ha vuelto la vida al río”.
Cabe mencionar que en agosto del año 2013, representaciones de organizaciones en el territorio de Melipeuco ingresaron un informe denuncia en el marco del 83° periodo de sesiones del Comité de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR), dando cuenta de los impactos derivados de la Piscicultura Los Fiordos Ltda. En la Comunidad Mapuche Juan Meli, Comuna de Melipeuco, catalogado como un caso de discriminación racial, la que también fue derivada como comunicación ante el Relator Especial Para la Situación de los Derechos y Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas de la época, incluyendo por parte de los peticionarios dos informes – investigación desde la perspectiva socio cultural y sico social.
Para familias y comunidades del territorio denunciantes, el funcionamiento de dicha planta generó diversos impactos territoriales en diversas dimensiones específicas: económicas, sociopolíticas, culturales, ambientales, sicológicas, información proporcionadas por quiénes se sienten afectado, señalándose que la actividad de la piscicultura, ha deteriorado las actividades turísticas, la artesanía, la ganadería y la agricultura familiar campesina de las familias adyacentes al estero. De esta forma, se había mermado la reproducción de las formas económicas tradicionales vulnerando su derecho a decidir los proyectos de desarrollo propios a las comunidades, según lo establecido en normas internacionales de derechos, razón por la cual se generó una amplia alegría al enterarse hace un tiempo que la empresa había cerrado las puertas de la planta de piscicultura.
Hoy frente a los anuncios de reapertura de esta planta, Paz Neira y Luz María HUenupi, esta última dirigente de comunidad, señalaron: “Como Defensa del Territorio de Melipeuco y Comunidades Mapuches, nos oponemos a que esta planta vuelva a operar, ya que significa la contaminación y muerte del río Peuco, que nace de la montaña un poco antes de la piscicultura, y pasa por medio del pueblo de Melipeuco (…) Le decimos a «Caleta Bayt» que no son bienvenidos, y que la comunidad, sociedad civil y comunidades mapuches daremos la pelea para que no puedan operar en nuestro territorio”.
