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Santiago warria mew: El Cerro Blanco en disputa

 

Miércoles 15  de noviembre de 2017.-Por Mapuexpress.-

El  Cerro Blanco, wingkul ubicado en la cordillera de Los Andes, es parte actualmente de la comuna de Recoleta de la región Metropolitana. Espacio sagrado ceremonial en el que confluyen en la actualidad el Pueblo Mapuche y Aymara, tiene a su haber una valiosa y profunda  historia: antes de la invasión española, el cerro se utilizaba como centro ceremonial  Mapuche Picunche, así,  quedaron vestigios de las llamadas “piedras tacitas”. Igualmente, se han encontrado vestigios y espacios arqueológicos de la cultura Inca, Aymara, Quechua y Diaguita.

Habitó en el lugar el Cacique Huechuraba, por tanto, los españoles  denominaron así al cerro. Posteriormente, el cerro sería utilizado para su explotación: de ahí se extraía piedra blanca que sería utilizada para la arquitectura en el período conocido como la “Conquista de Chile”,  etapa en la cual se construirían en el lugar parroquias y capillas. Desde ese entonces, el wingkul pasaría a conocerse ampliamente como “Cerro Blanco”.

Imagen: Archivo Visual de Santiago

Actualmente, como Monumento Nacional, es administrado por el Parque Metropolitano de Santiago, propiciando el espacio como Centro Ceremonial Indígena. El espacio, se encuentra en disputa y son principalmente organizaciones indígenas  por una parte e indianistas por otra, quienes luchan, por la recuperación del espacio.

La lucha Mapuche y Aymara por la recuperación del Wingkul

El espacio, patrimonio cultural indígena, está siendo reivindicado por la comunidad Mapuche del Lof Pillañ Wingkul y por organizaciones Aymara Quechua desde los Pueblos Indígenas.

Khano LLaitul, Mapuche del Lof Pillañ Wingkul, nos comenta: “El cerro blanco es un lugar arqueológico, patrimonio cultural indígena, es un espacio que reconocemos como un pillan wingkul. Este reconocimiento obedece a nuestra experiencia en el lugar. Al llegar al cerro a fines del año 2001, tuvimos pewma sueños de rogativas las que con el tiempo fuimos realizando, así entendimos que lo que se debe hacer acá responde a una coherencia territorial: los newenmapu hablan a través de pewma y de los machi, y así hemos recibido ese zungun, ese nutram del wingkul. Antes de ser cantera, el wingkul era un lugar de rogativa para los kuifikecheyem para los antiguos, ahora este pillan wingkul está dañado pero mantiene su fuerza espiritual”.

Así, nos relata: “La fuerza del wingkul levantó nuestro propio newen y con los años nos convertimos en comunidad mapuche urbana, desde ese tiempo realizamos un trabajo de re educación, para las nuevas generaciones, la paradoja es que desde el cerro blanco en el periodo de la conquista surge la evangelización y la alcoholización, esto  porque alrededor del cerro se instalan las primeras imágenes religiosas y los primeros viñedos, lo mismo que nos afecta como Mapuche hasta el día de hoy: la pérdida del territorio, la evangelización, el alcoholismo”.

Por su parte, la lagmien Rosita Paillalef Painemal, presidenta del Consejo Indígena Cerro Blanco – Consejo que agrupa a la Asociación Aymara Quechua para el desarrollo de la cultura, salud y género Kurmi; la Asociación cultural, espiritual y de salud Andina Awatiri T’iknamarka y la Asociación Mapuche Lof Pillañ Wingkul- se refiere a la situación: “Nosotros como Mapuche tenemos nuestra historia que nos señala cuál es nuestro tuwun, nuestra familia padres, abuelos, de dónde venimos. Los indígenas hemos llegado a Santiago por distintos motivos, tenemos nuestra historia que nos respalda”.

Así, señala: “La fortaleza que tenemos como Mapuche es la espiritualidad, así,  toda persona Mapuche que ha nacido en la ciudad tiene  un espacio en  Cerro Blanco para sacar conversación mapuche. Ahí realizamos llellipun  ceremonias, nos trasladamos también a ayudar en gillatun en otros espacios territoriales. No solamente nos movemos en la ciudad, estamos movilizándonos y fortaleciéndonos como Mapuche. No somos Mapuche de menor categoría por haber nacido en Santiago, van a seguir naciendo Mapuche en la ciudad y nuestra fortaleza es nuestra espiritualidad”.

Finalmente, la lagmien Rosita expresa: “Queremos restituir los inicios, restituir este espacio histórico indígena, para trabajar en conjunto para recuperar y fortalecer nuestra cultura, para seguir caminando como Mapuche con las comunidades”.

Por su parte, Susy Gómez, del  Pueblo  Aymara, Presidenta de la Asociación Cultural Espiritual y de Salud Awatiri T’iknamarka, Secretaria del Consejo Indígena Cerro Blanco, Integrante del Consejo Regional Metropolitano de Pueblos Andinos,  se refiere a su agrupación y a la lucha por el Cerro Blanco:  Desde el año 2002, en el Centro Ceremonial Indígena del Cerro Blanco, ubicado en la comuna de Recoleta, hemos difundido la cultura y ritualidad Aymara realizando las celebraciones tradicionales ancestrales más importantes de nuestra cultura Andina como herencia de Hernán Gómez. Creamos el Consejo Indígena Cerro Blanco,  para proteger el espacio Ceremonial que ha sido mal administrado. Gracias a esta figura legal de Consejo Indígena, nos resguardamos legalmente y esto nos permite exigir derechos y protección de nuestra cultura, desde la ancestralidad de nuestros Pueblos dentro del marco legal”.

 

A ello, agrega: “También fomentamos la territorialidad a través del comité Awatiri T’iknamarka Vivienda que se crea a partir de las necesidades básicas de las personas Andinas que residen en región Metropolitana; el Buen Vivir y habitar en comunidad, manteniendo nuestras tradiciones. Creamos “Expo Mujer Manos Ancestrales” para impulsar una posibilidad de trabajo a través de fomento productivo para mujeres artesanas, jefas de hogar y sus familias indígenas de los diferentes Pueblos Originarios”.

Es así como nos comenta que forman parte del Consejo Regional Metropolitano de Pueblos Andinos: “Nuestra asociación-comenta-tiene una participación activa en la Mesa de Pueblos Originarios de las comunas de Santiago, Recoleta y en Gobierno Regional, para defender nuestros derechos indígenas ante la constitución política del Estado chileno. Hemos buscado la forma de poder recuperar el espacio para los Pueblos Originarios, implementar el Centro Ceremonial con lo necesario para honrar a nuestros ancestros e incentivar la participación de nuestros descendientes y la ciudadanía”.

Con ello, Susy agrega que el Cerro Blanco es un lugar ceremonial para el Pueblo Aymara, “especialmente porque es una Waka, lugar sagrado donde realizamos nuestras rogativas, y por esto es un punto espiritual de trabajo para nuestra comunidad indígena. Desde el año 2002 hemos cuidado el espacio, realizado nuestras ceremonias y enseñado a otros acerca de la cosmovisión, salud y del principio del Buen Vivir, buscando generar conciencia y respeto hacia los Pueblos Originarios y a nuestra Pachamama”.

Al recuperar el espacio, esperan a nivel íntimo, poder realizar sus rogativas y ceremonias “para nuestros ancestros y para la Pachamama, además de practicar tranquilamente nuestras tradiciones”, según nos explica, mientras que a nivel comunitario, buscan  integrar, educar conscientemente a la ciudadanía y escuelas adherentes, como asimismo  recibir a grupos musicales y de danzas andinas para difundir la cultura con respeto hacia los Pueblos y sus prácticas ancestrales.

Finalmente, concluye señalando: “Esperamos que todo se resuelva a favor de los Pueblos Originarios, ya que el Gobierno chileno tiene una deuda histórica con nosotros”.

La disputa indígena- indianista por el Cerro Blanco

Anteriormente, el comodato del Cerro le pertenecía al Centro de Cultura Indígena de Santiago (CONACIN) – actualmente del movimiento “Somos Cerro Blanco” – comunidad que se autodefine como “indianista” instalada en el Cerro,  que reivindican el espacio. Así, desde hace años atrás, y con una extensa trayectoria,  realizan  actividades, entre ellos talleres, música, eventos musicales, encuentros formativos. Sin embargo,  se le revocó el comodato desde la institucionalidad por «no utilizar el espacio de acuerdo al contrato», específicamente por: La ocupación del inmueble en una superficie mayor a la autorizada; la falta de instalaciones eléctricas básicas ; la inexistencia de agua potable y de servicios higiénicos; la falta de mantención del inmueble; el incumplimiento del deber de no pernoctar en él; la instalación de viviendas de uso habitacional; la utilización del inmueble para actividades lucrativas; el consumo de alcohol; entre otros”. Según señala la contraparte Mapuche, la pérdida de tal comodato se revoca debido a  “malas prácticas”.

En su página en redes sociales[1], “Somos  Cerro Blanco” de CONACIN señala: “Somos una comunidad compuesta por diversas agrupaciones y personas en defensa del cerro Blanco, espacio que hemos ocupado y reivindicado hace más de 16 años, y que hoy peligra por la revocación del comodato por parte de SERVIU y su apropiación por parte de la Municipalidad de Recoleta y la mesa indígena de la misma, compuesta exclusivamente por organizaciones indígenas con certificación CONADI”.

Ante ello, Susy Gomez, Aymara, Presidenta de AwatiriT’iknamarka que pertenece al Consejo Indígena de Cerro Blanco, señala al respecto: “Actualmente,  nos encontramos en conflicto con 5 personas que se instalaron en el espacio del Centro Ceremonial Indígena. Ellos y las personas que los apoyan han tergiversado, descontextualizado, suplantado, usufructuado y mercantilizado a costa de nuestras tradiciones, ceremonias y actividades tradicionales que deben ser realizadas por las autoridades ancestrales y reconocidas por los Pueblos Andinos; como Willka Kuti, fiesta de la Pachamama en Agosto, carnavales, entre otros. Ellos, al realizar estas prácticas, han folclorizado y se han burlado de nuestra Pachamama y cosmovisión. Ha sido un tema delicado, pero gracias a la existencia de La Ley Indígena N° 19.253 y el Convenio 169 de la OIT, hemos podido entablar diálogo a través de la “Mesa Cerro Blanco”.

Son, así, diversas las opiniones  y visiones sobre el mismo espacio. Por una parte, están las comunidades  Mapuche y Aymara principalmente,  y por otra, las afinidades indianistas que disputan el espacio territorial.

Ante la disputa sobre el Cerro, Khano LLaitul, nos comenta: “El espacio Ceremonial no puede tener  actividades desde el enfoque de productividad, ahí el pensamiento indígena se pierde, la apropiación cultural la realizan personas no indígenas que están carentes de identidad, tal vez con buenas intenciones, pero no pueden apropiarse de las tradiciones y reinterpretarlas, combinarlas y tratar de legitimarlas desde un enfoque académico con el comodín de “resignificar”, eso es lo que en sus propios términos se llama neo-colonización.   Nosotros vamos a seguir con el trabajo de re- educación: debemos diferenciar el folclor y la moda indígena con lo que somos como Pueblo, nuestra historia y tradiciones tiene un kimun, un tipo de saber propio”.

“La institución señaló como imposible volver a entregar el comodato a CONACIN producto de las malas prácticas e impedimentos legales, esto fue el 16 de noviembre del año pasado en una Mesa de negociación en las dependencias de la Municipalidad de Recoleta. En esa oportunidad CONACIN firmó un acuerdo junto a otras organizaciones en el que se acordó el uso exclusivamente indígena del centro ceremonial, creación de una mesa de trabajo y la declaración de Patrimonio Cultural Indígena en su totalidad al Cerro Blanco. Días más tarde CONACIN  se desdijo de dicho acuerdo, acusó discriminación ya que las organizaciones no indígenas ya no podrían hacer sus actividades, levantaron entonces la bandera de indianismo, algo así como indios de conciencia, pero no de sangre”, finaliza señalando KhanoLlaitul.

Ahí es donde interviene el Municipio, el SERVIU, Parque Metropolitano, CONADI, quienes actualmente solicitan el cese de actividades y el desalojo del espacio. Actualmente las organizaciones Mapuche en el lugar señalan que el principal acuerdo al que se desea llegar por parte de las comunidades Mapuche y Aymara es que el espacio sea principalmente de administración indígena.

Por su parte, la Coordinadora Nacional Indianista publicó el 10 de noviembre un comunicado Público donde señalan: “Hoy hemos hecho entrega de cartas a CONADI Santiago y al Parque Metropolitano, esperando concertar una reunión de trabajo para frenar cualquier orden de desalojo y ver la posibilidad de creación de una plataforma ciudadana que nos permita recuperar el comodato revocado.”

Para finalizar,  sobre el “indianismo” de la organización CONACIN, Llaitul se cuestiona: “¿si toda organización indianista tiene como principal objetivo el situar al sujeto al indígena y a las colectividades, comunidades indígenas como sujetos de derecho, por qué cuando nosotros los Mapuche y los Aymara  queremos recuperar  y hacer uso de un espacio que nos es propio, ellos  no lo permiten, nos relativizan, nos niegan, seguramente es otra resignificación académica… Este indianismo resulta ser una nueva especie de evangelio, ser indio por fe, no por tuwun ni kupalme. Sabemos que hay muchos intereses creados, pero de parte nuestra sólo nos interesa que nos respeten como Mapuche y respeten el wingkul, donde está nuestro ngillatuewe, nuestro newen”.

 

Información relacionada:

Consejo Indígena Cerro Blanco Comunicado Público: https://www.youtube.com/watch?v=YG_Pc7fnB1s

Consejo Indígena Cerro Blanco:  https://www.facebook.com/consejo.cerroblanco/

Somos Cerro Blanco: https://www.facebook.com/somoscerroblanco/posts/358364014628772

Programa Wixage Anai, visita de peñi y lamgen de comunidad Pillan Wigkul de Comuna de Recoleta. Entrevista 12 de noviembre de 2017: https://cl.ivoox.com/es/domingo-12-noviembre-2017-audios-mp3_rf_22060077_1.html

  

Referencias: 

[1]Somos Cerro Blanco. Enlace en Facebook: https://www.facebook.com/pg/somoscerroblanco/about/?ref=page_internal

Fotografía Cerro Blanco. Disponible en Plataforma Urbana 

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