sábado, noviembre 16, 2024

Las masacres cometidas por las “glorias” del ejército en Chile

Desde 1915, cada 19 de septiembre los chilenos son espectadores del tradicional desfile de las Fuerzas Armadas y del Orden, en una fiesta que rinde homenaje a los militares caídos, batallas heroicas y al rol fundacional del Ejército en la identidad nacional. Pero la historia se dibuja con luces y sombras; sombras que -para varios historiadores- se quedan en el olvido.

El propio Ejército define su razón de ser: preservar la paz, garantizar la soberanía nacional, mantener la integridad territorial y proteger a la población, instituciones y recursos vitales del país, frente a cualquier amenaza o agresión externa. Y ello lo debe hacer con obediencia al Poder Ejecutivo, no deliberante, según establece nuestra Constitución Política.

Sin embargo, la emancipación de la corona española, la defensa del territorio, las grandes batallas y héroes que memorizan los niños en la escuela, tienen matices y episodios “vergonzosos” -en palabras del historiador Gabriel Salazar- donde los intereses políticos y particulares motivaron matanzas en el seno del propio pueblo chileno.

Batalla de Lircay

De acuerdo a la historia oficial, el 17 de abril de 1830 un enfrentamiento en la ribera del río Lircay dio fin a la guerra civil que selló el triunfo de las fuerzas conservadoras de Diego Portales por sobre los liberales. Las bases de la República de Chile, con un estado autoritario, se cimentaron con más de 200 muertos a su haber.

Para Salazar, se trataba de “un ejército mercenario improvisado por el patriciado mercantil santiaguino”, que derrotó y descuartizó a hachazos al “ejército ciudadano que había ganado la guerra de la Independencia”.

“Pacificación” de La Araucanía

Ejército de la Frontera

Ejército de la Frontera

Desde 1860, los intereses económicos, militares y políticos obligaban al Estado chileno a dominar definitivamente los territorios mapuche, que mantenían su independencia, defendida por más de tres siglos, por medio de la fuerza y por sucesivos tratados.

Es “una de las páginas más negras de la historia de Chile”, en palabras del historiador y antropólogo José Bengoa. El ejército chileno usó los métodos más bárbaros de la guerra: mataron mujeres y niños, quemaron sus casas y robaron miles de cabezas de ganado. En 1869, los diarios de la época ya hablaban de una “guerra de exterminio”.

Si bien sólo se quedaron como testigos los adornados partes militares, se calculan en varios miles los mapuche masacrados y muchos más murieron como consecuencia del exterminio, desplazados, empobrecidos y hambrientos, según relata Bengoa en sus libros.

Nota aparte de Mapuexpress: De acuerdo a investigaciones realizada por un equipo encabezado por el historiador Hernán Curiñir, las masacres cometidas por el ejército chileno, de manera directa en la denominada «Pacificación de la Araucanía», involucrarían entre 50 mil a 70 mil mapuche asesinados entre los años 1860 a 1881. Similar realidad vivieron comunidades mapuche al otro lado de la cordillera a manos del ejército argentino, en una operación simultanea y coordinada a la chilena, financiada por el imperio británico, que habría arrojado unos cien mil asesinados en la denominada campaña del desierto.

Masacres obreras a inicios del siglo XX

Huelga portuaria de Valparaíso 1903 | Memoria Chilena

Huelga portuaria de Valparaíso 1903 | Memoria Chilena

En aquella época, el joven movimiento obrero crecía, sus acciones eran cada vez más masivas y por consiguiente, la represión era aún más dura. Así quedó demostrado con “la huelga de la carne” en 1905, cuando trabajadores y consumidores salieron a las calles de Santiago a reclamar por el encarecimiento. La respuesta militar dejó cerca de 250 muertos.

Dos años antes, una huelga de portuarios en Valparaíso terminó con 50 muertos; luego, en 1906, las fuerzas armadas frenaron una huelga en ferrocarriles de Antofagasta, matando a trabajadores en una cifra que oscila entre los 50 y 300, según distintas versiones.

Matanza en la Escuela Santa María de Iquique

Memoria Chilena

Memoria Chilena

Las versiones más moderadas hablan de unos 2.200 muertos. Otros aseguran que las víctimas superaron las 3.600. Todos coinciden en que fue la más cruel matanza de trabajadores en la historia de Chile, a manos de ejército.

Miles de trabajadores del salitre y sus familias marcharon a Iquique en diciembre de 1907 exigiendo al gobierno apoyar sus urgentes demandas. Cuando la huelga ya superaba los 20 mil paralizados, el gobierno ordenó al ejército desalojar a los manifestantes que se instalaron en la Escuela Domingo Santa María y ante su negativa, comenzó la masacre. Hombres, mujeres y niños fueron acribillados en las salas, pasillos y en el exterior del establecimiento.

De Tarapacá a Puerto Montt: el reguero de sangre continuó

Funerales tras matanza en Puerto Montt

Funerales tras matanza en Puerto Montt

Los siguientes decenios siguen siendo testigos de violencia militar. Entre 1921 y 1925, cientos de obreros fueron asesinados en oficinas salitreras de Antofagasta, en episodios conocidos como San GregorioMarusia y La Coruña. Una época en que el oro blanco ya entraba en crisis, la cesantía comenzaba a golpear y los trabajadores aún exigían terminar con las fichas y recibir su pago en dinero.

Más al sur y en 1934, entre 100 y 200 campesinos, trabajadores y mapuche murieron cuando marchaban armados a Temuco, en lo que se llamó la “Masacre de Ránquil”. También se recuerda la muerte de 10 pobladores en Puerto Montt -una niña de 9 meses entre ellos-, en marzo de 1969, cuando el gobierno ordenó a Carabineros el desalojo de una toma de terrenos en el sector Pampa Irigoin.

Golpe de Estado y crímenes de lesa humanidad

Sebastián Rodríguez | Agencia UNO

Sebastián Rodríguez | Agencia UNO

“Como consecuencia de la crisis política, social y económica a la que había llegado el país, las Fuerzas Armadas y de Orden asumieron el poder de la Nación el 11 de septiembre de 1973″. Esa es la reseña que el Ejército presenta en su sitio web, sobre el Golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende y dio inicio a una dictadura cívico-militar de 17 años.

La legitimidad del quiebre de la institucionalidad democrática aún divide a los chilenos. Pero lo que cada día suma condenas transversales son las violaciones a los derechos humanos, consideradas absolutamente injustificables y “atroces” por nuevas generaciones de sectores antes aliados al régimen, como la UDI.

En cifras, cerca de 35 mil personas fueron víctimas de violaciones a sus derechos fundamentales. De ellas, 28 mil fueron torturadas, 2.279 ejecutados y 1.248 permanecen en situación de detenidos desaparecidos.

Nota aparte de Mapuexpress:

Con el golpe de estado se declara el Estado de Sitio en todo Chile y se prorroga hasta 1987. Esto significó la sustracción de la justicia y el traspaso a jurisdicción militar de tiempo de guerra el conocimiento y decisión de las causas por infracción a las normas de dicho Estado de Sitio.

Bajo esta excusa el gobierno de Pinochet se dedicó a hacer detenciones arbitrarias. Se calcula en más de 250.000 detenciones las realizadas los primeros días del golpe.

Ejecuciones sin previo aviso, desapariciones y muertos en falsos enfrentamientos, se volvieron prácticas habituales. Diversos testimonios han dado cuenta de la existencia en ese periodo de la delación entre vecinos y colegas fomentada por la Junta Militar.

A comienzos de la dictadura se disolvió el Congreso Nacional y el Tribunal Constitucional, los partidos de izquierda fueron considerados ilegales y disueltos. Otros partidos fueron considerados en receso, mientras que los Registros Electorales se incineraron y se cesaron las funciones de Alcaldes y Regidores.

Si bien, no existe unanimidad respecto al número real de víctimas de las violaciones a los derechos humanos en Chile durante ese periodo, el número que se ha dado bajo el comando de Augusto Pinochet, se estima en 40.280 personas, entre asesinados, desaparecidos y torturados. El dato consta en el informe oficial en 2011 de la Comisión Asesora para la Calificación de Presos, Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura

Entre 1990 y 1991, la Comisión de Verdad y Reconciliación -más conocida como Comisión Rettig- reunió miles de testimonios y documentos sobre los muertos y desaparecidos. Su trabajo fue completado entre 2003 y 2004 por la Comisión sobre Prisión Política y Tortura -más conocida como Comisión Valech-, que conoció los relatos de las víctimas y los métodos que utilizaron los militares y agentes de la dictadura.

La Comisión Rettig estimó en 2.279 el número de muertos o desaparecidos, pero un tercer grupo de trabajo, la Comisión de Reparación y Justicia, añadió una nueva lista de 899 crímenes, que elevó la cifra final de víctimas a 3.197.

A su vez, en el informe elaborado por las Fuerzas Armadas, entregado a una Mesa de Diálogo cívico-militar que se reunió entre 1999 y 2001, figuraron 200 nombres de detenidos desaparecidos. Todos ellos fueron lanzados al Pacífico, a los ríos y los lagos de Chile o sepultados en lugares ignorados, sobre un total de 1.198 hombres y mujeres, publicaba laverdad.es.

Las principales cifras de estos informes arrojan que un 46 % aproximado de las víctimas asesinadas no tenía afiliación política y la mayoría de los ejecutados militantes, eran integrantes del Partido Socialista, del Movimiento de Izquierda y del Partido Comunista. Los sindicatos también sufrieron parecida suerte. Estos fueron unos de los principales blancos de la oleada inicial.

Fuente pincipal de la información: RADIO BIO BIO

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