En la tercera jornada de juicio oral del caso Luchsinger Mackay, la autoridad ancestral mapuche narró detalles del allanamiento policial que sufrió, negó haber sostenido alguna reunión en su casa antes del incendio de la Granja Lumahue y explicó que sólo conocía previamente a dos de los coimputado.
Por Claudia Riquelme Soto, y Marcelo Padilla V. – Fuente: dpp.cl
Luego de que los defensores privados Sebastián Saavedra y Pablo Ortega expusieran sus alegatos de apertura en favor de sus respectivos imputados –Luis y Juan Tralcal Quidel, el primero, y José Tralcal Coche, el segundo-, la tercera jornada del juicio oral contra los once imputados por la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay estuvo marcada por la declaración voluntaria de la machi Francisca Linconao Huircapán, quien reafirmó ante el tribunal su total inocencia.
Después de que todo el resto de los imputados se acogiera a su derecho a guardar silencio y reservara su derecho a declarar más adelante durante el proceso, la autoridad ancestral mapuche, acusada como supuesta coautora del delito de incendio con resultado de muerte de carácter terrorista en contra de Werner Luchsinger y Vivianne Mackay -ocurrido la madrugada del 4 de enero de 2013 en la Granja Lumahue, situada en el sector de Vilcún, en La Araucanía- subió al estrado.
“Soy machi desde los 16 años, como un don de Dios, para el que luego fui preparada por otra machi. Por lo mismo tengo pocos estudios, llegué hasta cuarto básico y no sé mucho hablar en castellano (…) Conozco a los Luchsinger desde antes y nunca he tenido problemas con ellos. De hecho, don Werner vino a mi ceremonia de inicio como machi, cuando instalé mi rehue. No sé por qué me acusan y piensan que yo pude hacer todas esas cosas, pero estoy aquí para dar la cara y decir que soy inocente”, aseguró.
En su declaración inicial, la machi entregó detalles del allanamiento que Carabineros hizo a su propiedad durante la tarde del 4 de enero de 2013, pocas horas después de ocurrido el incendio, esa misma madrugada.
“ME APUNTABA AL CORAZÓN”
“En mi casa somos tres mujeres solas y una niña. En ese momento, como a las 5 de la tarde, yo estaba tomando mate. Entraron 30 carabineros vestidos como para la guerra, que llevaban sus armas en alto. Le pregunté a mi hermana Juana quiénes eran y luego al salir, uno de ellos me apuntaba al corazón. Le dije ‘no tengo miedo, me puedes disparar, porque no he hecho nada’. Le pregunté ‘por qué vienen así a mi casa’, pero no contestó. Le pregunté si tenían documento judicial y no contestó. Después me dijo que tenían orden verbal. También andaba gente de civil, con mochilas. Registraron mi casa y mi pieza. Entraban y salían”, recordó.
Agregó que durante el allanamiento, los policías encontraron un cuchillo que ella mantenía al lado de un saco de harina, un cuaderno con números de teléfono y un gorro negro de lana, que pertenecía a su hermana. Aclaró, por tanto, que no supo de otros objetos o materiales encontrados por Carabineros durante el procedimiento, como panfletos o incluso un arma.
Francisca Linconao recordó también que se enteró a través de su hermana que en la propiedad de los Luchsinger había ocurrido un incendio. “Esa mañana, a mi hermana la llaman por teléfono y le dicen que no vaya a trabajar porque se quemó la casa (…) Luego prendí la televisión y supe lo que había pasado (…) No tengo conflicto ni menos con él o con su familia. Tenía pena, porque yo los conozco”, señaló.
JOSÉ PERALINO
Linconao reconoció que conocía a José Manuel Peralino desde que éste era un niño, porque había estudiado junto a su madre, quien murió cuando éste era todavía muy pequeño. Aclaró, además, que aparte de Peralino, de todo el resto de los imputados en este caso sólo conocía previamente a José Tralcal, quien fue su paciente como machi.
“En el allanamiento me tomaron de los brazos, me los torcieron y me amarraron. Me llevaron a la comisaría de Padre Las Casas, me encerraron y me sacaron la ropa y todo lo que tenía en el pelo (…) No soy una delincuente, soy una machi, mujer mapuche. Soy inocente, estuve nueve meses en la cárcel”, afirmó.
Al término de la audiencia, uno de los defensores públicos de la machi, Jaime López, explicó que haciendo uso de su derecho a declarar, “ella ha sido enfática en manifestarle al tribunal que no ha tenido ninguna participación, ella no ha tenido nada que ver con la tragedia del fallecimiento de los señores Luchsinger Mackay. También ha dicho claramente que no hubo ninguna reunión en su casa y, de hecho, a casi todos los coimputados los vino a conocer ahora. Ella se caracteriza por ser una persona que siempre da la cara y en este caso lo ha hecho para manifestar su total inocencia”, explicó.