A través de una marcha por el centro de Talcahuano organizaciones sociales manifestaron su rechazo al proyecto GNL Talcahuano que se votaría en la comisión evaluadora durante el mes de julio. El principal cuestionamiento de parte de las organizaciones es el daño ambiental y social que provocaría, evadiendo en su estudio la evaluación de partes importantes del proyecto, así como el conflicto de interés de autoridades políticas.
Bulnes sin termoeléctrica
La marcha partió desde El Morro, uno de los principales sectores que se vería afectado por el megaproyecto energético, para culminar en el centro de Talcahuano donde se visibilizó el malestar social que ha generado GNL Talcahuano. “La comunidad hoy día mostró su descontento contra la corrupción político empresarial que trae este proyecto viciado desde hace mucho tiempo” manifestó Antonio Carrasco, representante de la Coordinadora Chorera, en las afueras de la Municipalidad de Talcahuano, aludiendo al financiamiento que tuvo el concejal Eduardo Saavedra por parte de la Compañía Regional de Infraestructuras (CRI) a cargo del proyecto.
“Lo que está ocurriendo en nuestro mar no se puede permitir más. Este saqueo es un crimen contra nuestra madre naturaleza” dijo Gerardo Díaz, más conocido como el “pescador caminante” que recorre las costas de Chile juntando firmas contra la Ley de Pesca y que también quiso expresar su malestar contra los proyectos que atentan contra el mar y sus trabajadores.
Dentro de los principales cuestionamientos se encuentran el daño medioambiental y social que dañaría la fuente de trabajo de pescadores, comerciantes y toda la cadena productiva ligada a la pesca artesanal. Asimismo, el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) no contempla el impacto que tendría la conexión del terminal al Gasoducto del Pacífico, para lo que el movimiento exigió la suspensión de la tramitación del EIA.
“El Gasoducto del Pacífico tiene una vida útil de veinte años y le queda solamente un año, y quieren instalar dos gasoductos de alta presión lo cual podría traer graves consecuencias a la vida de las comunidades aledañas a estos dos proyectos que serían Penco, Tomé, Lirquén y Talcahuano” explica Carrasco.
El proyecto se votaría durante el mes de julio estiman las organizaciones opositoras, por lo que hacen el llamado a la comunidad de la Región del Biobío a estar alertas para el día de la votación que sería en las próximas semanas para continuar la oleada de movilizaciones. “Vamos a hacer una convocatoria afuera de la intendencia donde Rodrigo Díaz y sus seremis van a votar este proyecto, así que los dejamos a todos invitados a que se sumen a esta lucha y mostremos ese día nuestro descontento a este proyecto nefasto” señaló el representante de la Coordinadora Chorera.
