08/05/2017.- Segunda reunión en el marco del Proceso Consulta Indígena (PCI) del Terminal GNL Penco-Lirquén nuevamente genera críticas de parte de la Asociación Koñintu Lafken Mapu. El uso indebido de la sede de la comunidad lafkenche se suma a una serie de irregularidades en un proceso que busca realizarse en el marco de la buena fe.
A un mes de comenzar el PCI malas impresiones recoge la comunidad lafkenche, involucrada por el impacto que le generaría el proyecto Terminal GNL Penco-Lirquén. Y es que en tan poco tiempo son varias las irregularidades que surgen de una consulta que ya fue cerrada ilegalmente por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) el año pasado.
“Yo cuando llegué me sentí muy molesta, muy vulnerada por ustedes (GNL Penco) y el servicio (de evaluación) ambiental” dijo María Patricia Flores Quilapan, presidenta de la Asociación Koñintu Lafken Mapu. Esto a partir de que su sede se vio completamente invadida por paneles y material expositivo de la empresa desde temprano de este viernes, asunto que no fue informado, y por tanto, autorizado por la asociación.
“Ustedes nos invadieron nuestro espacio (…). Yo tenía que hacer mis talleres, llegó mi gente y tuve que despacharla. Eso es una falta de respeto tanto para nosotros como nuestra gente que viene a trabajar acá” le manifestó al titular del proyecto la presidenta de la comunidad lafkenche antes de de que comenzara la exposición de la empresa que realizó el 5 de mayo en el marco del PCI, presentación que la asociación no suspendió por respeto a los socios y mayores de edad que llegaron a dicha instancia.
Frente a estos hechos, Juan Gallardo, Gerente Regional de GNL Penco, señaló que había informado por el canal formal al SEA del uso de la sede. Asimismo, el director del SEA, Christian Cifuentes, ratificó estos hechos agregando que el día anterior se habría informado en reunión al equipo asesor de la comunidad lafkenche. El tema es que eso inmediatamente fue negado por Cynthia Escares parte de dicho equipo.
“La buena fe aquí no está” criticó Hugo Rivas, de la agrupación hermana Peumayén, “porque hicieron mal las cosas una vez más. Es lo mismo que yo fuera a su casa, entro y me siento” agregó el miembro de la agrupación lafkenche de Tomé.
Otro punto sensible y polémico han sido las reglas del juego establecidas en el ‘Acuerdo Metodológico’ del proceso de consulta indígena. Si bien, la asociación mapuche-lafkenche pidió reserva para salvaguardar su integridad e intimidad en el proceso, el Servicio interpretó dicha cláusula al extremo de considerar que la Consulta Indígena ha de ser un acto privado, lo que atenta contra el carácter público y transparente de los actos del Estado; justamente cuando el acceso a la información y la difusión de estas instancias se hace fundamental para garantizar el respeto de los derechos de los pueblos originarios acorde al Convenio 169 OIT. Dicha cláusula será sometida a revisión.
La molestia fue mucho más notoria por parte de la comunidad opositora al proyecto cerca del cierre la exposición de la empresa del PCI, donde llegaron manifestantes a pesar de la lluvia a las afueras de la sede, que protestaron de manera radical destrozando un vehículo perteneciente al SEA que también fue rayado con la consigna “SEA vendido”, por lo que tanto los titulares del proyecto como funcionarios del servicio tuvieron que refugiarse en la sede, siendo los últimos en salir escoltados por carabineros.
