18/04/2017.- Por Sebastián Llantén Rivas, mapuche, Geógrafo de la Universidad de Chile.
A raíz de la ocupación del espacio territorial del pueblo mapuche, iniciada a partir del año 1861 por parte del Estado de Chile, se comenzó a gestar un conflicto territorial abarca extensos territorios desde el río Biobío al sur y que, a la fecha de hoy, no se encuentra resuelto y sobre el que no existe tampoco perspectiva de solución.
El espacio objetivo de este conflicto, entre el pueblo mapuche y el Estado chileno, abarca millones de hectáreas, y asciende a 37.229 Km2 si se incluye la Provincia de Arauco de la Región del Biobío y la Región de La Araucanía en su totalidad si nos concentramos en el conflicto más álgido, vale decir, más de dos veces el tamaño actual de la Región Metropolitana de Santiago. Un espacio que, por sí solo, contiene todos los elementos culturales vigentes para ser reconocidos y además, comprendía una unidad económica enfocada a la ganadería y la agricultura, lo que le dio la fama al momento de la ocupación-colonización, a ser denominado el Granero de Chile.
Dicha unidad económica, enfocada a la producción agropecuaria, antes del año 1861, era dirigida política y económicamente de manera descentralizada, por los diferentes loncos esparcidos por el espacio en los denominados Lof; estos lugares eran la unidad básica del pueblo mapuche para la administración territorial, vale decir, desde su organización social base –consistente en un clan familiar– y que abarcaba desde la vida cotidiana, la economía, la justicia, hasta la administración misma de la violencia, en su grado máximo: la preparación y despliegue para la guerra.
La unión política y coordinación de estos diferentes Lof, iban generando espacios territoriales más amplios, como son las reguas o rehues, los que al unirse conformaban los aillarehue y así mismo, la unión de estos constituíalos butalmapu, siendo estos últimos la expresión mayor de alianza confederada del pueblo mapuche. A razón de lo anterior, las unidades de administración territorial del pueblo mapuche, se construían desde la descentralización hacia procesos amplios de alianzas políticas, sociales, económicas y militares; lo que le valió a lo largo de la guerra de Arauco, la versatilidad para afrontar los desafíos que el invasor proponía para su conquista, situación que hasta la independencia de Chile no ocurrió.
Así la cosas, al momento de la conquista y ocupación por parte del Estado chileno, de estos territorios, se invadieron una cantidad hoy no cuantificada de Lof, rehue y aillarehue, que confederados, constituyó la invasión de los cuatro butalmapu; el Lafkenmapu “territorio marino”, Lelfünmapu “
Conocer la evolución propia del espacio en el tiempo, para comprender los conflictos territoriales, nos lleva a la dimensión que plantea Heidegger donde señalaba que “el espacio contiene tiempo comprimido. Para eso es el espacio”, nuestra historia y nuestros conflictos se encuentran contenidos allí. Hoy el conflicto territorial del pueblo mapuche y el Estado Chileno, se encuentra encerrado en millones de hectáreas de tiempo.
La comprensión de la configuración espacial del pueblo mapuche nos da luces para posibles soluciones, porque independiente de la invasión chilena, la estructura territorial señalada anteriormente sigue estando presente en el espacio. Hoy el conflicto territorial se produce básicamente por la superposición de estructuras de organización por parte del pueblo mapuche y el Estado chileno, siendo este último el que ordena de manera diametralmente inversa, vale decir, desde la centralización territorial en todos sus poderes, la administración jurídica en el marco de estado de derecho y la aplicación monopólica de la violencia centralizada.
En ese orden de ideas, las actuales luchas sociales del pueblo mapuche, si bien tienen un lugar común en el orden discursivo, no lo tienen desde el punto de vista del espacio. Es decir, y sólo por dar un ejemplo, que la demanda social de los mapuche de la actual comuna de Ercilla en materia de discursos es bastante similar a la de los mapuches de la comuna de Cañete, sin embargo, los espacios reclamados territorialmente y que probablemente son sus antiguos Lof, no son los mismos, siendo cada caso particular; debido a que la evolución y administración del territorio ha sido de manera diferenciada en los procesos de orden territorial del Estado Chileno; llámese instalación de fundos y títulos de merced, reforma agraria, contra reforma agraria, concentración de tierras y de capitales silvoagropecuar
Por todo lo anterior, será un avance en el reconocimiento del pueblo mapuche por parte del Estado chileno, comprender la configuración espacial de estos territorios, donde sí sabemos con certeza que se encuentra el conflicto, pero no sabemos cuál es la historia de cada uno de los Lof presentes en el espacio, que hoy administra el Estado y que con su gestión de más de 130 años, ha empobrecido a la inmensa mayoría del pueblo mapuche y generado el conflicto territorial más importante de nuestra novel historia. Siendo esta decodificación del espacio territorial mapuche la puerta de entrada a la solución del conflicto, en el reconocimiento del pueblo mapuche y un paso no menor a la instalación del diálogo político, entre los actores involucrados, que reconozca dos naciones con iguales derechos, para la búsqueda de una solución consensuada.