Desde Amnistía Internacional reiteramos nuestra preocupación por la situación de Lorenza Cayuhán, mujer mapuche privada de libertad, que en octubre de 2016 dio a luz prematuramente a su hija Sayén y en condiciones claramente cuestionables. En la actualidad existe comprobación de que Lorenza estuvo engrillada durante gran parte de su proceso de parto, acompañada además por personal de gendarmería, al punto que la Corte Suprema en diciembre de 2016 determinó “el Estado ha transgredido su obligación de proteger a la amparada de la violencia ejercida por funcionarios de Gendarmería, al permitir que aquella, que se encontraba en una especial condición de vulnerabilidad, dado su estado de embarazo y su privación de libertad, fuera sometida a tratos vejatorios e indignos, que debieron evitarse”.
Además, la Corte concluyó que el maltrato recibido también tiene un origen discriminatorio, debido a su pertenencia a una comunidad mapuche, constituyendo, según el máximo Tribunal una “situación paradigmática de interseccionalidad en la discriminación”.
En la actualidad, Sayén ha sido dada de alta y tanto ella como su madre serán trasladadas nuevamente al mismo penal donde fueron indebidamente tratadas durante el parto. Lorenza está solicitando su traslado a un penal diferente, que a su juicio tiene mejores condiciones para la crianza (por ejemplo, más acceso al aire libre y la luz solar) y una menor distancia con su comunidad. En este sentido, está pendiente ante la Corte Suprema un recurso de protección.
Para Amnistía Internacional resulta fundamental que se asegure que las condiciones de reclusión de Lorenza tengan en cuenta el daño físico y sicológico que le puede haber generado los malos tratos recibidos durante el parto, y el efecto que puede tener para ella y su hija regresar a ese mismo penal.
Asimismo, es imprescindible tener en cuenta que la pena que debe cumplir Lorenza no puede afectar indebidamente a Sayén, debiendo seguirse en todo momento el principio de interés superior del niño establecido en la Convención de Derechos del Niño. En este sentido, debe asegurarse que no se separe a Lorenza y Sayén, permitiéndoles una crianza en línea con las costumbres propias de la comunidad mapuche. Además, en el caso que sigan recluidas, es esencial que el lugar cuente con las condiciones necesarias para proteger la vida, la salud y el bienestar de ambas.
Fotografía: Radio Bio Bio
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