El 8 de marzo, un día de conmemoración y visibilización de las luchas dadas por mujeres en la construcción de un mundo nuevo, recuerda y reivindica la muerte de 129 obreras que murieron quemadas en la ocupación de la fábrica donde trabajaban, para exigir mejores condiciones laborales, razón por la que en varias consignas emerge el día de la mujer trabajadora. Pero no nos levantamos sólo por mejores condiciones laborales, sino también por la defensa de la tierra, por nuestros derechos sexuales, reproductivos….es decir, por distintas luchas con la posibilidad de tener un rol activo en la construcción política de una sociedad sin relaciones de opresión.
Es en este contexto y con la necesidad de trascender consignas importadas de otros territorios es que creemos que en un día como hoy, debemos juntas y juntos pensar cuál es la particularidad de ser mujeres en el lafkenmapu y levantarnos por construir un mundo nuevo, ya que es responsabilidad de nosotras tomarnos la palabra y no replicar practicas colonialistas o capitalista que transforman este día, en un día de celebración y consumismo.
Para quienes nos reunimos en la asamblea de Tirua, este 8 de marzo es un día de lucha, resistencia, denuncia contra el sistema capitalista, las forestales y el sistema patriarcal y el machismo, que oprime, explota y violenta a nuestra madre tierra, que con su espíritu femenino representa la necesidad de organizarnos para defenderla y protegerla.
Hemos sido testigo como en el lafkenmapu aumenta la violencia contra las mujeres que defienden el territorio, la criminalización de sus resistencias, la militarización y los operativos policiales con el desmedido uso de la violencia y abuso de poder, el ejercicio de la violencia política sexual y la vulneración que sufren niños y niñas que crecen en esta tierra, aspectos que demuestran que la violencia que ocurre en este territorio es más cruda cuando se trata de mujeres.
El modelo de producción extractivista de la industria forestal, es otra de las violencias capitalistas y patriarcales que emergen y agreden nuestro territorio y nuestro modo de vida, atentando con los saberes vinculados a la agricultura, la producción de alimentos y a la salud, pues con la extinción de las hierbas medicinales (lawen) se extingue también el ancestral conocimiento vinculado a ellas y su poder de sanar física y espiritualmente. La industria forestal violenta al erosionar los suelos, secar las napas y eliminar el bosque nativo, lo que se traduce la destrucción de la vida.
¿Si tu madre es avasallada, no te levantarías para defenderla?
Por todo esto es necesario que este 8 de marzo visibilicemos esta violencia que vivimos las campesinas, que nos movilicemos, actuemos y defendamos nuestros derechos, nuestras tierras, nuestras semillas, nuestros alimentos sanos, sin químicos ni modificaciones.
MUJERES Y HOMBRES POR LA VIDA, LA TIERRA
Y EL TERRITORIO
FUERA FORESTALES DEL LAFKENMAPU
FIN A LA MILITARIZACION EN EL WALLMAPU
ASAMBLEA DE ACCION TIRUA