María Emilia Tijoux Merino, es licenciada en Filosofía en la Universidad de Chile en 1972. En 1992 se licencia en Ciencias Sociales y en 1993 obtiene el grado de Magíster en Ciencias de la Educación, ambos en la Universidad de París 12. Finalmente obtiene el grado de Doctora en Sociología por la Universidad de París 8. En Chile se gradúa como Magíster en Ciencias Sociales en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales y le fue homologada su licenciatura en Ciencias Sociales obtenida en Francia como título profesional de Socióloga por la Universidad de Chile en el año 2010.
Ha trabajado como académica en diversas universidades chilenas, como la Universidad de Artes y Ciencias Sociales, Universidad Academia de Humanismo Cristiano y la Universidad Alberto Hurtado. Actualmente es profesora e investigadora jornada completa en el Departamento de Sociología de la Universidad de Chile.
Es coordinadora del Núcleo de Sociología del Cuerpo en la Universidad de Chile, donde ha sido la principal impulsora de la temática en el país, donde ha coordinado además, el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Se ha destacado principalmente en las temáticas sobre discriminación racial, la miseria y los estudios del cuerpo en Chile y en ese contexto, participó el miércoles 7 de septiembre en un seminario que se realizó en la Universidad Diego Portales que se denominó: “libertad de expresión y racismo”, organizado por el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (ICSO UDP), la Fundación Heinrich Böll Stiftung, y el Centro de Estudios Mapuche Rümtun, instancia que abordó la intolerancia racial en Chile fomentada a través de medios de comunicación.
Allí, Tijoux, realizó una breve pero profunda radiografía sobre diversos elementos de racismo, discriminación y diversas formas conexas de intolerancia en Chile, con alusiones breves sobre la situación de los Pueblos Indígenas, afrodescendientes, inmigrantes, de género o de diversidad sexual. “El racismo en Chile no es simbólico, es primario y es el más brutal de los racismos. Hemos visto orinar, escupir y manosear a mujeres extranjeras e indígenas. Incluso, podríamos decir que todos somos racistas porque tenemos actitudes preconcebidas respecto al tema (…) el abanico de odio es cotidiano”, señaló la académica.
A continuación, parte de la intervención de María Emilia Tijoux
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