Hace dieciséis años en medio de amplios cercos informativos, censuras y montajes comunicacionales, nace desde el Wallmapu, el territorio ancestral del Pueblo Mapuche, Mapuexpress, un diario que comienza como un sitio informativo en internet y que progresivamente se consolida como un colectivo ampliándose a diversas formas en el plano de las comunicaciones, incursionando en la producción impresa (boletines y dos libros) y la producción radial, iniciativas inmersas en los procesos colectivos relacionados a la libertad de expresión, la defensa de los territorios, justicia y reparación de derechos.
Son dieciséis años ejerciendo el derecho a la comunicación, situándose al lado de los proyectos y propuestas de vida, con una línea anti neoliberalista, anti patriarcal y anti colonialista-racista, en medio de un territorio donde las injusticias y los atropellos han sido constantes por parte de grupos minoritarios que son la base de los despojos, las violaciones sistemáticas a los derechos humanos y la depredación de la naturaleza. Los mismos grupos que se visten de etiquetas pro vida y pro paz pero que se esconden en las miserias y cobardías cuando impulsan a que agentes del estado asesinen a un mapuche que lucha por la tierra, a que se gasten miles de millones de pesos para fines bélicos con el objeto de militarizar, reprimir y criminalizar amplios territorios contra toda expresión que exige respeto, reparación y justicia. Son los mismos, que intentan manipular las realidades para hacerse ver como víctimas a través de los montajes comunicacionales y de inescrupulosas conspiraciones, de baja calaña.
Mapuexpress continúa en las comunicaciones en un presente donde se enfrenta un estado grave de persecución y violencia, justo en momentos que la decrépita y deslegitimada institucionalidad política pública ha desnudado buena parte de sus bajezas de corrupción, colusiones y rastrerismo con sectores empresariales – poderes fácticos. El mejor ejemplo de ello son el Ministro del Interior, el Ministro de Energía del actual gobierno de Bachelet y el intendente de la Araucanía, Andrés Jouannet.
El estado chileno gastó más de 8 mil millones de pesos durante el 2015 para fines de unidades represivas y maquinaria bélica con el objeto de reprimir los procesos de recuperación de tierras y la protesta social, las que en buena parte involucran los intereses de dos grupos económicos del sector forestal: Matte de Forestal Mininco – CMPC con más de 750.000 hás de tierras en el centro sur; y Angelini, con más de 1.200.000 hás. De tierras también en el centro sur; con miles y miles de millones de dólares a su haber a costa del saqueo del estado, la destrucción de los territorios, del desplazamiento y la muerte de la vida rural, de la grave sequía de los territorios a causa de los monocultivos, frente a un Pueblo que lucha por su territorio, con más de un millón quinientas mil personas que se autoidentifica como Mapuche en Chile y cuyo territorio no supera las 600.000 hectáreas de tierras.
Así como fue el “Plan de Operación Paciencia”, articulado por el gobierno de Ricardo Lagos a través de los servicios de policía militar del estado chileno con agentes privados ligados a los sectores empresariales (2002 al 2005), el que partió con el asesinato de Alex Lemun de 17 años en noviembre del 2002. Así como fue el “Plan de Operación Bandera Negra” (2008-2009) durante el gobierno de Bachelet que tuvo como hechos criminales el asesinato de Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collio por parte de dos agentes del GOPE (Grupo de Operaciones Policiales Especiales de Carabineros), en medio de los montajes comunicacionales impulsados por Agustín Edwards. A su vez, como fue el montaje de incendios forestales del 2012 para favorecer con seguros a las empresas madereras y esconder las plagas de las plantaciones por parte del gobierno de Sebastián Piñera, el mismo que levantó la campaña “Farc – Mapuche”, junto al ex jefe de la policía colombiana José León formado por la CÍA (EE-UU) en el periodo de Bush. En efecto, durante el gobierno de Piñera se asesinaron a comuneros bajo anonimato y a sangre fría, como ocurrió a modo de ejemplo en medio de la oscuridad y en la puerta de su hogar a Víctor Mendoza Collío por “ocultos agentes”. Hoy, en los territorios ancestrales se vive una nueva maquinación política-empresarial-bélica, que busca frenar un amplio movimiento que existe justicia y reparación. Atentados incendiarios, grandes golpes noticiosos contra el “terrorismo mapuche”, decenas de mapuches detenidos por recuperar tierras, campañas noticiosas y la manipulación sensacionalista de un caso de muerte por atentado incendiario que es usado en el presente para levantar cortinas de humo. Mientras, por el lado, la corrupción sigue latente, las forestales buscan seguir expandiéndose y se busca imponer una nueva invasión y saqueo de territorios a través de cientos de proyectos de energía, realidades que no solo afectan al Pueblo Mapuche, sino también al Pueblo chileno y todos sus “descendencias”, incluyendo a los pro nazis que reinan en algunos latifundios e instituciones colonialistas, como el obispado de Villarrica.
Son dieciséis años del tránsito de Mapuexpress, desde donde se ha denunciado el racismo ambiental en la Araucanía, a causa de basurales, de la contaminación de las aguas y tierras a miles de personas que tienen que vivir al lado de la basura urbana y de las plantas de tratamiento de aguas servidas, como también de las pisciculturas de la industria salmonera y las contaminantes plantas de celulosa o las petroleras en suelo ancestral Mapuche en Puelmapu. Asimismo, Mapuexpress también ha sido una tribuna activa donde ha quedado de manifiesto la corrupción en la Ley de pesca y todos sus descaros allí que van desde un UDI Longueira hasta un PS Rossi. También, sobre los nuevos intentos de saqueos para las mineras como la Ley de glaciares; O las nefastas implicancias del tratado internacional como el TPP a las soberanías de los Pueblos; y en general, sobre el actual régimen jurídico político dictatorial establecido para saquear, despojar, usurpar y violentar. Sin embargo, nada es para siempre y sus miserias van cayendo una tras otra, por eso tanta crisis, por eso tanta desesperación, por eso tanta violencia.
Es tan miope y tan limitada la capacidad de raciocinio de quienes hoy sustentan este modelo de saqueo y de destrucción a través de instituciones político – empresariales, que no son capaces de darse cuenta que por más despilfarro de recursos en unidades represivas, que por más montaje comunicacional se levante, que por más infiltraciones y conspiraciones que intenten hacer, que por más violencia intenten fomentar, que por más intento de instalar el pavor, no se puede frenar el paso a las justas y dignas luchas, esas que van por el respeto, por los derechos, por revitalizar los territorios, por cuidar las últimas reservas naturales, por cuidar y proteger a la tierra y a las aguas, que nos dan la vida. Deberían aprender, madurar y evolucionar, aunque sea un poquito.
Son dieciséis años de tribuna a las expresiones de los movimientos por recuperar y revitalizar la lengua, por el arte y la cultura propia, por la música consciente, por la soberanía alimentaria, por el bosque nativo, por las aguas libres, por los pueblos libres.
Mapuexpress, desde Wallmapu, por la libredeterminación de los Pueblos, con autonomía y autogestión, ejerciendo el derecho a la comunicación, caminando junto a varios otros medios libres e independientes, siendo parte de nuevas fuerzas sociales.