DOS TERRITORIOS SE FORTALECEN AL COMPARTIR EXPERIENCIAS
El 09 de febrero participantes del programa Huerta Mapuche del Parlamento de Koz Koz efectuaron una visita a Curarrehue para conocer la experiencia organizativa de la Feria Walüng. A la vez continuaron avanzando en el trabajo para identificar en conjunto los elementos propios del trabajo en la huerta en la cultura mapuche.
Rescatando la experiencia de las visitas, tan propia de la cultura mapuche, se dieron tiempo en plena temporada alta de afluencia de turismo y de la actividad de la huerta para encontrarse y hablar de los temas que tienen en común ambas organizaciones tanto en la autogestión comunitaria como en la defensa territorial. “Recibirlos a ustedes es como recibir familia” planteó Ana Epulef participante de la organización que sostiene la Feria Walüng,
Según comentaron las participantes, la “Walüng” partió como una organización de mujeres mapuche hace 11 años atrás y hace 3 funciona en lo que era un camping municipal. Situada en medio de un bosque de robles y a orilla del río Trancura actualmente posee varias construcciones próximas unas de otras con espacios diferenciados para la gastronomía mapuche, artesanías, textilería y productos en lana, frutos del bosque, hierbas medicinales, platería, productos para una salud natural, entre otros. El espacio de reunión es una ruka recubierta con barro que construyeron los más jóvenes de la organización luego que la anterior construcción fuera quemada.
Lo que sostiene y da vida a este Feria es una organización en que conviven adultos y jóvenes mayoritariamente mapuches, pero también se han involucrado vecinos del territorio y voluntarios que llegan a apoyar desde otras partes del planeta. “Los principios siempre van a ser los de la cultura mapuche porque estamos en territorio mapuche” comenta la ñaña Ana.
Además agrega “nuestra organización tiene relación con una forma de vivir, no es una organización que tiene como propósito temas económicos o políticos. La forma de vida se va adaptando a las situaciones, por eso si hay que estar en la lucha por las aguas lo hacemos, si hay que resguardar la semilla también, los huertos, la alimentación. Estamos preocupados por el tema del mapuzungun” comenta Ana Epulef.
En ese sentido, ambas organizaciones se reconocen como pares valorando la posibilidad de apoyarse y compartir experiencias entorno a cultivar actividades económicas que cuiden el territorio. “Estamos construyendo ideas para el futuro” planteó Francisco Kakilpan, dirigente del Parlamento Mapuche de Koz Koz
Ana Epulef agrega además “una actividad como ésta es una costumbre tan antigua de nuestro pueblo de juntarse de un territorio y el otro y enriquecerse de conocimiento, de buena vida, de buena salud. Ser parte de esos momentos para mí es siempre tan potente porque le da fuerza a uno para sus luchas. Yo estoy muy contenta porque uno siente que lo que está haciendo es en todos lados, entonces no es una cosa de pocos, somos muchos”.
Trabajar juntos
Habilitar el espacio, levantar las construcciones o hacer las instalaciones de luz, agua y servicios higiénicos reconocen que no fue lo más difícil. El desafío constante sigue siendo mantener vigente el sentido. Por ello, la Feria “Walüng” se sostiene en principios que se plasman en distintas acciones como preocuparse de almorzar juntos o que quien se integre lo haga primero sumándose a la organización. “Cuando trabajamos todos se hace muy rápido” comenta Ana.
“Cuando llega gente porque ve una feria es distinto a que se junte un grupo de personas y quiera luchar por preservar la cultura. Esa es la base: cuidar el territorio y después pensamos trabajar la economía de acuerdo a estos principios. Acá pasa que gente pregunta: puedo venir a vender mis productos. No poh, venga a la organización, trabajemos juntos para preparar la feria de febrero. Acá hay mucha entrega, la gente tiene que dar” sostiene.
Para mantener la sana convivencia interna, día a día, hay un encargado o encargada de recolectar el dinero para el almuerzo colectivo, además de las colaboraciones de la huerta de cada cual. Cuando está listo el almuerzo se acercan por turnos. “hay un momento que hay que hacer una pausa, saludar al lamgnien que está al lado tuyo, matear juntos un poco, conversar. Que nosotros no nos convirtamos en personas individuales vendedores de productos si no que podamos tener el sentido comunitario de juntarnos por lo menos una vez al día” explica Ana.
Haciendo los cruces entre ambas experiencias, María Curilem, integrante del Programa Huerta Mapuche, le llamó la atención este punto y en la conversación grupal efectuada en torno al fogón, relevó el hecho de poner atención en que el trabajo no se vuelva demasiado comercial. En su experiencia en la Feria de la playa de Chauquén en Panguipulli se han preocupado de que todas las mujeres ofrezcan platos distintos para que todas puedan vender. A la vez, comenta que si a una le falta un ingrediente el otro grupo familiar le presta.
Agustín Ñancupan Reuque, otro de los participantes del programa Huerta Mapuche que participó en la actividad agrega “es un espacio bien grande. Los locales me llamaron la atención porque yo he visto otras ferias que están muy apegados, pero cada uno trabaja individualmente y hay competencia. Acá es como al revés el asunto, los locales están separados, pero lo que nos decían las ñañas, ellas están todas trabajando en conjunto. Además trabajan lo más libre y relajado posible sin andar tenso trabajando o afligidamente. Se va dando solito la forma en que ellos venden, producen. Se puede, pero con una conciencia muy grande, se nota que han trabajado harto tiempo” plantea.
Según comentan las mismas integrantes de la iniciativa de Curarehue el ponerse de acuerdo es una constante para su funcionamiento a la vez que el respeto entre lo que las distintas generaciones tienen que aportar. “la gente más joven respeta a las ñañas, las mujeres que iniciaron este movimiento y, a veces, esas porfías que hay entre los más jóvenes y los más adultos también los tenemos, pero hay que suavizarlos y ver cómo podemos aprender, porque los más jóvenes traen unas ideas muy buenas para estos tiempos de vida” plantea Ana, comentando además que fueron los más jóvenes los que primero llegaron al espacio que actualmente ocupan para usarlo como cancha de Palin.
En ese sentido, Agustín Ñancupan proveniente del sector de Rilín en Panguipulli, rescata varios aprendizajes como parte de las nuevas generaciones de mapuche, “se pueden lograr cosas con harto esfuerzo y tratar de tener cosas naturales. Es bastante la batalla que tenemos que hacer porque tenemos al lado la competencia que va por otro lado y es más fácil de caer en el sentido del consumo mismo. Estuvimos viendo que aquí en alimentación solamente son productos locales, jugos, comida, verdura de la zona, por ejemplo no hay bebidas. Yo como persona joven me cuesta cargarme a ese lado, por lo que es una tarea que hay por delante y hay que empezar a trabajar más fuertemente para que tenga buenos resultados” plantea
Rutas de intercambio
De la participación en la Red de Ferias y Mercados con Identidad desarrollada hace unos 4 años, Ana Epulef recoge la importancia del trabajo durante todo el año desarrollando ferias e intercambio de semillas en las distintas temporadas entre distintos territorios, tanto como la importancia de que una organización tenga presencia en el espacio de la otra. Así, en esta feria de Curarehue hay productos elaborados por comunidades y organizaciones de otros puntos de Wallmapu. “Nosotros somos de la cordillera trabajamos el tema de la madera, pero nuestra gente lafkenche tiene un trabajo muy bonito de la ñocha, las pilwas antiguas para dejar la bolsa de plástico. Por eso es bueno que vengan las señoras que hacen las pilwas o los canastos para que haya en la feria”
Esta gira tecnológica en el marco del programa Huerta Mapuche del Parlamento de Koz Koz que contó con el apoyo Corfo y que apunta a continuar en dicha dirección.