La doctora en Sociología e investigadora de la Universidad de Chile, estuvo la semana pasada en Iquique, gracias a una invitación del tercer encuentro “La Infancia mundial en la escuela aumenta el capital cultural”, donde su charla precisó sobre el racismo desde la infancia en los colegios chilenos. Conversó con el diario El Independiente, y aclaró que sus próximos trabajos van enfocados hacia el racismo, pero no desde la perspectiva de quienes lo sufren en este país (los inmigrantes), sino desde la perspectiva de quienes lo sostienen: nosotros, los propios chilenos/as.
Académica María Emilia Tijoux en entrevista con EI Independiente
Por Roberto Bustamante
¿Cuál podría ser la génesis de esta xenofobia que se ha dado en los últimos años, como por ejemplo con aquellas marchas anti-colombianos que hubo en Antofagasta?
En el siglo XIX, cuando también llegan inmigrantes,pero desde Europa, y se dio como respuesta desde el Estado chileno la política de “blanqueamiento de la raza” (así se llamó) y sus responsables, entre otros, son Benjamín Vicuña Mackenna y Vicente Pérez Rosales. Hay un texto muy bonito que se llama “Ensayo sobre Chile”, léanlo y se van a sorprender. Había que blanquear a la raza, y te preguntarás por qué, porque era el momento que el Estado-Nación se constituía como Estado-Nación de desarrollo blanco y europeo, por lo tanto desde ese momento y desde mucho antes, desde la colonia con los esclavos y lo que tiene que ver con lo “negro”, se suma además al “indio”, denominación equívoca que se le da a los pueblos originarios. Lo que se pretende es blanquear la raza, colonizando territorios del sur a través de inmigrantes empobrecidos, porque había crisis en Europa, que llegarían entonces a demostrar que eran trabajadores, buenos, serios, etc.
Hay un segundo momento que no hay que olvidar, y que tiene que ver con la ley de 1975: emigración de chilenos. Se supone que hay más de un millón y medio de chilenos en el extranjero, a cualquier país que tú vayas, hasta el más lejano y menos conocido,te vas a encontrar con un chileno. Y lo vas a encontrar vendiendo mote con huesillos, vendiendo sopaipillas, en definitiva, tratando de salir adelante porque allí él es un inmigrante (recalca el vocablo). Eso se olvidó, se olvidó que países como Perú, Colombia, etcétera, nos recibieron. La emigración es el resultado de la expulsión de los Estados que expulsan a su propia gente, eso no hay que olvidarlo.
¿Cuáles son los principales rasgos racistas de los chilenos?
Uno de los rasgos del racismo es la aplicación de lo que se supone es un principio de herencia, una suerte de transmisión familiar de elementos biológicos, psicológicos y hasta espirituales. Eso se llama etnicización de las poblaciones, lo que es un tremendo error, es ficción política, es un invento del Estado-Nación y que viene del origen de lo nacional, del mito de la identidad nacional, que es un mito político, armado para hacernos sentir algo así como “emocionados” cuando escuchamos nuestro himno nacional, lo que hoy en día ha cambiado mucho. Antes no se cantaba el himno con la mano en el corazón, y menos todavía mirando hacia el cielo. En muchas partes se da que el fútbol es el lugar que nos contiene a todos en esa emoción de lo nacional, insultando a quienes vienen de otro lado. Entonces, este ideal del blanco europeo se construyó políticamente, tuvo mucha potencia y sigue teniendo esa potencia porque seguimos diciendo “aquél es más blanquito que aquél”. Los niños y los adolescentes lo hacen. Y aunque seamos muy rubios y de ojos azules, en Suecia nos dirán igual “cabezas negras”. Así nos llaman. Además de los letreros que dicen “si ve un chileno robando no le diga nada porque es su cultura”, cartelitos puestos en varios países del norte de Europa. Por tanto, como dice un amigo hay que viajar para darse cuenta de lo que somos capaces nosotros.
¿Cómo influye la clase social también en nuestro racismo?
Juega como un marcador de diferencia racial. En Chile, entre los propios chilenos. A los inmigrantes obviamente ya los tenemos clasificados, además ya están clasificados los nichos laborales, ella para trabajar en la casa, ella para trabajar en el sexo, el para trabajar en los servicios, ahí se maneja una especie de reemplazo eterno cuando falta alguien en esos puestos. La clase entonces es un tremendo marcador, y que no sólo tiene que ver con el dinero, también tiene que ver con el cuerpo. Tiene que ver con mi color, con mi altura, con las dimensiones de mi cuerpo, tiene que ver con la forma de mis pómulos. Tiene que ver con un marcador que opera junto con los demás. Entonces es nación, es raza, entre comillas, y es clase. Y agreguemos además el género, y estoy entendiendo el género en su dimensión total, no sólo como el hombre y la mujer.
¿Por qué no sólo entenderlo como hombre y mujer?
Porque están los transexuales inmigrantes que son las más maltratadas, y si además llegan a estar en una cárcel, imagínate. En ese lugar no sólo no hay derechos humanos, ahí son consideradas desechos, son consideradas basura, eso no hay que olvidarlo.
CLASE MEDIA Y RACISMO
¿Somos nosotros, como trabajadores, racistas con los otros trabajadores?
El racismo también es de clase, y esto es lo más grave, se ata dentro de nuestra propia clase trabajadora, en la que yo me considero, en un país donde todo el mundo se considera de “clase media”. En este racismo de clase se racializa todo dentro de nuestra propia clase social. Entonces, vamos poniendo de un lado y del otro, dependiendo de nuestros capitales culturales, y soy mejor recibido por si tengo estudios, por si pude conseguir un postgrado o por si me casé con alguien que estaba en un sector más alto del que yo estaba. Por lo tanto, hay racismo de clase que funciona al interior de nuestra propia clase trabajadora. Y no olvidemos que ese es el lugar donde se construyen los fascismos.
¿Ese sería el nicho de construcción, la propia clase trabajadora?
Durante la Segunda Guerra Mundial, en el campesinado fue donde Hitler encontró sus mejores aliados. Ahí había crisis, había problemas, y ahí se consolidó, donde la gente tenía más dificultades económicas. Cualquier problema que yo tenga debo encontrar al culpable y ahí podemos volver al origen de esta conversación. Este racismo tiene también un rasgo interracista, que se revela con la crisis del empleo, con la crisis de las instituciones, de la educación, de la salud, o sea todos los problemas que ya tenemos y además, imagínate, llegaron los inmigrantes para que las cosas se pusieran peor. Ese es el discurso del sentido común que opera a cada rato.
Ya que usted menciona tipos de racismo, que se entrelazan ¿hay uno más común o naturalizado que otro?
No hay que olvidar que hay un racismo, y que es de los más graves porque todos lo cometemos, que es el racismo cotidiano. Nosotros lo hemos trabajado como un racismo que se expresa en gestos, en miradas, en chistes, en canciones, considerando todo lo que hemos hablado como lo más natural y evidente del mundo. Tenemos que desalojar el racismo que tenemos dentro,empezando por ése. Cada vez que alguien viaja a un país caribeño, surge la broma, incluso dentro de nuestro propio campo, colegas que dicen “tráeme un negro, tráeme dos” y lo que hay detrás de eso es una suerte de fantasma ridículo de la dimensión de sus genitales y su capacidad amatoria.
¿Por qué trabajar con lo “chileno” para desvelar el racismo?
Porque el problema no está en los y en las inmigrantes, está en nosotros, en la crisis de la familia chilena, está en la represión sexual erótica de la familia chilena, está en la imposibilidad de pensar que se puede hacer el amor en cualquier momento y en cualquier parte, porque tenemos todo marcado por el horario, por el trabajo. Entonces cuando aparece una persona distinta, que consideramos distinta porque ya históricamente ha sido considerada así, a esa persona la convertimos en broma y esa broma funciona súper bien. En la sonrisa, en la risa, en la picardía, en lo que se supone. Como se supone que una chilena lo único que desea es apropiarse de un hombre como ése y un hombre lo que desea es apropiarse de una mujer como ésa. Y esto puede suceder porque quizás ninguno de los dos es sexualmente feliz en su casa. Eso es lo que hay que ver detrás. ¿Por qué digo esto? Porque nuestros últimos estudios los hicimos en los cafés con piernas, en las boite, en los martes femeninos, en los nightclub, donde está repleto de chilenos y chilenas, donde solamente se contrata al haitiano, colombiano o dominicano. Porque las señoras dueñas de casa, que son señoras comunes y corrientes, van con sus amigas a festejar una despedida de soltera.
Entonces surgen las preguntas ¿cómo somos nosotros, quiénes somos nosotros para ser como somos y para hacer lo que hacemos? Estos son procesos racializantes, de odio, sexualizados, de aniquilamiento, repletos de insultos.
** María Emilia Tijoux es licenciada en Filosofía en la Universidad de Chile en 1972. En 1992 se licencia en Ciencias Sociales y en 1993 obtiene el grado de Magíster en Ciencias de la Educación, ambos en la Universidad de París 12. Finalmente obtiene el grado de doctora en Sociología por la Universidad de París 8. En Chile, se gradúa como Magíster en Ciencias Sociales en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (ARCIS), y le fue homologada su licenciatura en Ciencias Sociales obtenida en Francia como título profesional de socióloga por la Universidad de Chile en el año 2010. Actualmente es profesora e investigadora en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.