Gabriel Segundo Salazar Vergara es un historiador chileno, profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, quien fue galardonado con el Premio Nacional de Historia 2006. Es en la actualidad uno de los más destacados exponentes de la historiografía social y política contemporánea en Chile.
Salazar es considerado uno de los fundadores de la corriente historiográfica llamada la Nueva Historia Social. Tras el golpe de estado, luego de ser detenido y torturado, tuvo que abandonar el país, comenzando un periodo de reflexión entre los círculos intelectuales a nivel internacional.
El historiador, recientemente compartió en Temuco un panel denominado “Universidad y Educación. Reforma y crisis del modelo”, organizado por el Observatorio de Medios y Movimientos Sociales de la Universidad de la Frontera, actividad que también contó con la presencia de la dirigente sindical Ingrid Letelier, y el líder estudiantil Ricardo Luer, quienes discutieron en torno al modelo de educacional actual y a los cambios que experimentará con la reforma, estando ausente en las visiones el componente ancestral e intercultural en la Región, pero aún así dio luces sobre el escenario actual en la academia, en las Universidades públicas y los procesos sociales por transformación.
Asimismo, fue entrevistado por medios locales. A continuación se comparte videos entrevista de programa contrapunto del Observatorio de Medios y Movimientos Sociales , enseguida nota informativa sobre la jornada y finalmente la entrevista realizada por el Diario Austral de Temuco en el marco de su visita a Temuco.
Programa Contrapunto, entrevista Gabriel Salazar
https://www.youtube.com/watch?v=m2RcL6Zj8vs&feature=share
I Diálogo Ciudadano «Universidad y Educación. Reforma y Crisis del Modelo»
https://www.youtube.com/watch?v=wUGHZde9vhA
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Exitoso primer diálogo ciudadano del Observatorio de Medios y Movimientos Sociales
Observatorio de Medios y Movimientos Sociales
Con la presencia de trabajadores, estudiantes de enseñanza media y universitaria, académicos y sociedad civil en general, se realizó el primer diálogo ciudadano en la Universidad de La Frontera, que tuvo como invitado especial al destacado historiador y premio nacional de Historia, Gabriel Salazar.
El diálogo denominado “Universidad y Educación. Reforma y crisis del modelo”, también contó con la presencia de la dirigente sindical Ingrid Letelier, y el líder estudiantil Ricardo Luer, quienes discutieron en torno al modelo de educacional actual y a los cambios que experimentará con la reforma.
Salazar comentó en su intervención que nuevamente se está trabajando bajo un modelo vertical que no contempla la realidad de los estudiantes del país “En Chile la educación nunca ha sido construida como sistema público desde abajo, desde profesores, comunidades, estudiantes. Nunca el sistema educacional ha sido construido en base a la realidad de los niños chilenos, siempre ha sido construida por las elites de acuerdo a su identidad cultural, las cuales siempre se han sentido occidentales”, puntualizó.
Para señalar que es posible construir desde las bases una nueva educación, se remitió a un hecho histórico del año 1924 donde el presidente de la república de aquel entonces, Arturo Alessandri plantea el Estado docente, sin embargo, las profesoras y profesores se oponen rotundamente. Luego de asambleas y reuniones locales, donde participaron trabajadores, estudiantes y docentes, decidieron entregar un escrito proponiendo una serie de leyes para cambiar el sistema educativo, donde Salazar agrega “No salieron a la calle a marchar, ni esperaron que el Estado arreglara el problema educativo, sino que se reunieron en asambleas para discutir cómo debía ser el sistema educativo chileno. Apostaron por una comunidad”.
Planteó además una fuerte crítica al modelo actual de educación, donde agregó que históricamente el sistema educativo chileno siempre ha sido una mala copia de otros sistemas de educación, explicando que “educar no es solo transmitir ciencia, pasar materia y evaluar la pasada de la materia en la memoria de los niños. Educar es formar a un niño, es quererlo. La esencia de la educación es el cariño, sobretodo en la realidad de nuestros niños”.
Por su parte, Ricardo Luer, hizo énfasis a la crisis del modelo actual; que ha traído como consecuencia la precarización laboral, la cesantía y el endeudamiento, donde se ha notado el descontento en diversos sectores de la comunidad, especialmente en los movimientos de profesores y estudiantes.
Diálogos ciudadanos
Durante la actividad, varios asistentes plantearon la necesidad de crear este tipo de instancias de conversación donde diversos sectores de la comunidad tengan el derecho a reunirse y discutir temas de contingencia. En la oportunidad Salazar añadió que “los conversatorios están apuntando a un tiempo nuevo en el país, porque son las comunidades locales, regionales y barriales que están conversando para dialogar, pensar y así enfrentar colectivamente los problemas que le afectan y aplicar soluciones directas a esos problemas”.
Además, durante gran parte de su intervención, hizo énfasis en lo necesario que es volver a la comunidad “todos podemos pensar, todos debemos pensar y construir un pensamiento colectivo. Construir socialmente la realidad, porque ahí está la verdad. Construir colectivamente la realidad que queremos también es ciencia, también es verdad. No solo la verdad que explica, sino la verdad que es producto de una realidad colectiva con un ejercicio soberano” finalizó.
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«Ahora estamos de nuevo en otra etapa de La Guerra de Arauco»
La Araucanía está viviendo La Guerra de Arauco segunda parte. Esta es la opinión del historiador, académico de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar Vergara, quien esta semana estuvo compartiendo en La Universidad de La Frontera, en el marco del primer diálogo ciudadano dictado por el Observatorio de Medios y Movimientos Sociales de la casa de estudios estatal.
En la oportunidad y al término de la actividad se le consultó por las últimas definiciones del jefe regional en torno a la no existencia del conflicto mapuche y otras materias.
– El nuevo intendente Andrés Jouannet ha dicho que en la Región no existe el conflicto mapuche, aludiendo que dicha denominación obedece a una dialéctica falsa. ¿Qué opina?
– (Ríe varios segundos). La clase política chilena y el empresariado chileno fueron los que promovieron la ocupación de La Araucanía cuando comenzaron a debilitarse todas las otras fuentes de capital que tenían. Cuando comenzó a declinar el precio del trigo a nivel internacional, cuando cayó la exportación de cobre, el precio de la plata colapsó totalmente, entonces la oligarquía se quedó, prácticamente, sin recursos. Fue ahí cuando se les ocurrió ocupar La Araucanía para aumentar la cobertura de producción de trigo, de madera y por eso conquistan La Araucanía -ellos dicen pacificar- y luego remataron los terrenos que les quitaron a los mapuche especuladores de Santiago. Así fue como se instaló poderosamente la oligarquía nacional en esta zona. Ahora los mapuches están tratando de recuperar su territorio y eso es una lucha que data desde el siglo XVI. Lleva cinco siglos y desconocer que esa lucha no existe que no hay un conflicto, es porque esta oligarquía no quiere reconocer este conflicto o porque son estúpidos. Es claramente estúpido no reconocer una lucha de cinco siglos como una lucha real y además legítima.
– Partiendo de la base de que existe un conflicto ¿de qué naturaleza es? ¿Corresponde el apellido de mapuche?
– Es un hecho que aquí había un pueblo originario que era el dueño de este país, porque tiene una existencia ancestral en este territorio, la memoria mapuche va mucho más allá de la conquista. Son los dueños del territorio en función de una cultura que está profundamente inserta en la naturaleza. Para ellos el territorio no es una cuestión más, es el sentido de su existencia y que les permite tener una relación con la naturaleza que es muy distinta a la que la sociedad chilena tiene que es explotarla a beneficio individual. Estamos en presencia de un pueblo con una profunda raigambre en su tierra cultural que se le quitó. Es un pueblo que ha sabido mantener esa memoria viva por siglos y yo creo que ahora estamos de nuevo en otra etapa de La Guerra de Arauco.
– ¿Por qué lo ve así?
– Porque esta política de incendiar camiones y casas ¡es guerra! Claro no es guerra al estilo antiguo con ataques de caballería o tanques. Es una guerra de resistencia de un pueblo ancestral y el que no reconoce eso, repito, o es porque tiene intereses que lo ciegan o porque es tonto.
– ¿Es peligroso que esta segunda Guerra de Arauco de la que usted hace mención no se transparente como tal por la clase política y la sociedad?
– Yo creo que es peligroso porque ellos mismos están pagando un costo en camiones incendiados, casas incendiadas, en ataques a fundos, en inseguridad de vida de los propietarios de esa zona, cuando podían haber desarrollado una política inteligente para reconocer la existencia del pueblo mapuche y hacer una especie de nuevo parlamento con ellos para resolver de una vez por todas este problema. Puede ser un parlamento o una Asamblea Constituyente. Se necesita una suerte de tratado especial de pueblo a pueblo, no tanto de Estado a pueblo mapuche, sino de pueblo a pueblo y llegar a un acuerdo histórico y definitivo.
– El camino que toma el Gobierno al decir que estos son delitos comunes ¿es un mal camino?
– Sin duda, porque está ateniéndose a reconocer la propiedad privada de los que especularon con los territorios que fueron despojados a los mapuche. En el momento que apoya ese derecho está ratificando el despojo.
– Jouannet habla de que en la Región «todos somos mapuches y todos somos chilenos». ¿Somos todos mapuches?
– Esas son frases hechas para la ocasión. El no reconocer que aquí hay una etnia y un pueblo es un enceguecimiento provocado.
– ¿Enceguecimiento o argucia política con un propósito de invisibilización?
– No, sin duda, se enceguecen, entonces deben encontrar la frase adecuada. Una frase demagógica que todos somos chilenos y todos somos mapuche. Eso es ridículo no hay que ser hitlerista o racista para distinguir que hay pueblos y pueblos. No reconocer eso…por algo en Chile nunca se habla de la existencia de un pueblo mestizo que es el más grande que tiene este país.