Mientras continúan los planes de sectores políticos empresariales por seguir expandiendo plantaciones exóticas de pinos y eucaliptus, como lo hace Magasa (Mario García Sabugal) en la zona pre y cordillerana de la Araucanía (Cunco y Melipeuco), los estragos por la pérdida del bosque nativo han sido inmensos, con graves impactos a ecosistemas y a la biodiversidad, lo que se agravó aún más por los incendios intencionales de principios de año con gran pérdida de bosque nativo, entre ellas araucarias y que estarían relacionados con intereses mineros y de explotación extractivista, arrasando con importantes cantidades de extensiones de reservas, parques y parcelas con importantes fuentes naturales.
Se estima que en la Araucanía, el 25 % de la superficie está poblado por plantaciones exóticas de pinos y eucaliptus, buena parte de estas plantaciones ha venido reemplazando bosque nativo, con una importante responsabilidad de empresas como CMPC Forestal Mininco (Grupo Matte) y Forestal Arauco (Angelini – AntarChile), superficies coincidentes con los lugares de mayor erosión y falta de agua (más de 50 mil personas sin agua en zonas rurales de la Araucanía), por ello la preocupación de diversos sectores por la protección de las últimas reservas naturales que se ubican mayoritariamente en zonas pre y cordilleranas.
Pérdida del Bosque Nativo en la Araucanía
Recientemente la revista campo sureño hacía referencia a una reciente publicación de investigación científica.
La investigación referida fue publicada en la revista científica Applied Geography y sostiene que entre 1973 y 2008 han desaparecido alrededor de 275.000 hectáreas. Es decir; cerca de un 50% del bosque nativo del área en estudio ha sido reemplazado principalmente por plantaciones forestales exóticas.
El doctor Adison Altamirano, del Laboratorio de Ecología del Paisaje Forestal, Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera, uno de los autores de esta investigación, sostiene que en este mismo periodo de tiempo las plantaciones exóticas han aumentado en 366.000 hectáreas, casi un 2.000%.
La homogeneización de las plantaciones en La Araucanía también han impactado los terrenos agrícolas. Entre 1973 y 2008, 139.000 hectáreas , aproximadamente un 11% de la superficie de la Región, dejó de ser destinada al cultivo de alimentos.
“Al multiplicar estas cifras evidencia una pérdida de bosque nativo, en 35 años, de cerca de un 50%. Si nosotros analizamos – sin considerar los límites de estas áreas fisiográficas- las tasas de forestación se demuestra que éstas han ido en aumento en La Araucanía, al contrario de lo que dicen las cifras del catastro del Bosque Nativo que lleva Conaf y que es la información oficial”, aclaró el experto.
CAMBIOS
La Araucanía hace 40 años era eminentemente agrícola, situación que ha ido cambiando. En 2008 se ve con fuerza el crecimiento de las plantaciones forestales exóticas. Este crecimiento es distinto dependiendo de las áreas. Es en la cordillera de la Costa donde se han producido los mayores cambios, aquí dominan las especies exóticas en casi un 70% del paisaje.
En tanto, en el valle central la mayor pérdida de bosque nativo ya ocurrió y se muestra una caída en la superficie agrícola (actualmente sólo un poco más del 50% es agrícola).
En la zona precordillerana la tasa de crecimiento de las plantaciones forestales exóticas ha sido más lenta. Esto porque las condiciones de accesibilidad son más difíciles.
PREOCUPACIÓN
Este fenómeno, según sostuvo el experto, no ha sido producto de la casualidad, esto obedece a las políticas públicas que han fomentado las plantaciones forestales, principalmente exóticas. En este contexto, cobra relevancia la eventual prórroga del Decreto Ley 701, cuerpo legal que nace el año 1974 con el objetivo de impulsar el desarrollo forestal de Chile; para este efecto se establecieron subsidios e incentivos a la actividad forestal.
Si bien en el año 1998 se dicta la ley N° 19.561 que modifica el D.L. Nº 701, a través del cual se incentiva la forestación de pequeños propietarios y de suelos frágiles y degradados y las prácticas de recuperación de suelos; los expertos aseguran que esta norma así como está es perjudicial para el país y recalcan que los beneficios sociales y ambientales esgrimidos para subsidiar las plantaciones forestales por 40 años han cambiado significativamente en Chile.
Algunos de los impactos negativos más significativos de los monocultivos son la disminución de la provisión y calidad de agua en cuencas, el aumento de la ocurrencia de incendios forestales, la homogeneización del paisaje y la pérdida de biodiversidad, sustitución y fragmentación de bosques nativos, además del aumento de invasiones de especies exóticas.
“Ya se hicieron algunos cambios en el Decreto Ley 701, pero si incentivas las plantaciones forestales a los pequeños productores, es importante preguntarse a quiénes ellos venderán sus productos; quiénes van a manejar los precios y si se produce encadenamiento productivo”, aclara.
El profesor Antonio Lara, del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Universidad Austral de Chile, quien también participó de la investigación señala que existen dos iniciativas favorables del Gobierno que se ven empañadas por el proyecto de Ley de prórroga del DL 701.
Una es la creación del Consejo de Política Forestal y la otra es el proyecto de ley de Fomento Forestal enfocada a la restauración de los bosques nativos, la provisión de agua, los servicios ecosistémicos y a la adaptación al cambio climático.
Según los académicos la Prórroga del D.L. 701 no debiera ser aprobada y es en la formulación de la Ley de Fomento Forestal en la que debieran centrarse los esfuerzos, con una visión de largo plazo que establezca regulaciones sobre las prácticas forestales, protección de los cursos de agua y conservación de suelos, y en los incentivos económicos a la conservación y restauración del bosque nativo.
Lara recalcó la necesidad de eliminar el DL 701. “No se trata de razones políticas. Mientras la Ley de Bosque Nativo es mezquina para apoyar a los propietarios a conservar y restaurar su bosque nativo, el DL 701 ha sido derrochador y su prórroga promete seguir esa tendencia”.
Además indicó la importancia de la creación del Servicio Forestal, ya que Conaf continúa siendo una Corporación de Derecho Privado, y es necesario asegurar un marco legal e institucional con una dotación presupuestaria y de personal que permitan una fiscalización efectiva de la legislación forestal, del manejo y administración eficiente de los recursos públicos entregados.
Tanto Altamirano como Lara aclararon que no se está en contra de las plantaciones. Aseguran que éstas seguirán existiendo y que son relevantes para el desarrollo económico; sin embargo existe un tema de asignación correcta de los recursos públicos para promover el sector forestal y eso tiene que estar concentrado en la restauración y conservación del bosque nativo.
“El incremento de las plantaciones forestales (la homogeneización) produce un daño ecológico y social. Las plantaciones “per se” no son malas. Lo preocupante es la forma en la que se desarrollaron, tomando grandes extensiones. Lo que se requiere es una nueva ley que incentive la generación de paisajes más heterogéneos. Un paisaje homogéneo produce consecuencias ecológicas negativas en lo que se refiere al agua, a la biodiversidad y por supuesto esto tiene consecuencias sociales”, recalcó Altamirano.
El investigador agregó que: “el agua es un recurso crítico para las comunidades, por lo tanto si tú tienes un paisaje altamente homogeneizado vas a tener deficiencia de acceso al agua y, por lo tanto, no vas a poder desarrollar tus actividades productivas de manera normal y eso hace la gente migre de esos lugares o que la gente viva en condiciones de alta pobreza”.
Extracto Revista Campo Sureño