La Biblioteca mapuche autogestionada Mogeleam Kimün de Temuco, es un espacio autónomo e independiente que lleva ya algunos años funcionando, contribuyendo activamente a la recuperación y rescate de conocimientos y saberes ancestrales.
“No somos partidistas, tampoco financiados por el Estado”, destacan sus impulsores, quienes buscan generar un espacio de encuentro y re-encuentro de saberes mapuche ancestrales v/s “contemporaneizados” y de saberes de la ciencia occidental que a juicio del colectivo que lo sostiene, resultan ser amigables para el mapuche, ubicado en un escenario social y político urbano de raíces rurales de la “fütra waria” gran ciudad de Temu-ko, mediante la difusión de material bibliográfico- audiovisual y el levantamiento de talleres y espacios de aprendizaje y socialización tales como: telar mapuche, orfebrería, danza afro-peruana, trabajos en greda, mapuzugun, xilografía, serigrafía, conversatorios, güxamtun, matetun, cenas “solidarias”, mishawün, tocatas-peñas, poesía, jornadas de ampliación de redes de defensa territorial , entre otros eventos anclados en la contingencia nacional mapuche.
Resalta que este espacio se construye día a día, en una “junta” de voluntades volcadas al derribe de los prejuicios y los miedos implantados por la patronal “sociedad dominante chilena y colona” .El público que asiste a la Biblioteca es transversal, desde el trabajador sin estudios universitarios (estudiante de la vida), estudiantes universitarios, profesionales de diferentes especialidades (desde el ingeniero al trabajador social) mapuche y no mapuche, personas que buscan un espacio democrático real, en el cual puedan opinar libremente ..Las personas que asisten a la Biblioteca comparten en común el respeto a los derechos territoriales del pueblo mapuche, también la visión de la autogestión y lucha por aportar al rompimiento de la desigualdad social del mapuche y del winka en situación de pobreza social, económica y cultural.
Experiencia Pedro Calderón Riquelme
Pedro es participante de la Escuela quien señala: “Llegue a la biblioteca gracias a una invitación que me hizo la lamngen Ingrid. Desde el momento en que entras a la biblioteca, sientes una sensación de bienestar, que estas en un ambiente de apertura y el aire se respira distinto”. Agrega: “Con el pasar del tiempo no solo se van adquiriendo nuevos saberes propios de la lengua de la ñuke mapu, si no todas las líneas y corrientes posibles del kimun ancestral, convergen en un nuevo conocimiento y una nueva forma de ver y admirar la existencia completa (wallontuapu)”.
Sobre las formas de participación, destaca: “En cada encuentro se conversa compartiendo vivencias personales y particulares de cada integrante de los talleres de mapuzungun, que ya sea por un origen ancestral o una ideología en común nos convergen. Incluso cada vez que la vida te atrapa en la vorágine laboral, es un respiro lleno de newen, ir a cada clase/reunión en la biblioteca. A pesar de que a veces las conversaciones nos llevan a darnos cuenta que las situaciones pueden ser difíciles o adversas, la mayoría de las veces es reconfortante compartir la esperanza de que en conjunto y a través de la autogestión es posible avanzar en luchas que se perciben titánicas”. Insiste: “Siempre estaré agradecido de la biblioteca en especial de nuestro kimeltuchefe, de recibirnos y compartir todo el kimun”.
“Invito a todo aquel que tenga ganas de encontrar un espacio de conocimiento y experiencias en, no solo la lengua mapuche, si no en gran parte de la cosmovisión del wallontuapu y asi entre conversa y conversa entre mate y mate va creciendo el newen y se van haciendo we wenuys”, indica Calderón Riquelme.
Experiencia Kathia Benítez Pino
“Nací en Temuco y he vivido más de 30 años acá, lo mapuche ha estado siempre en mi entorno pero desde la ignorancia más absoluta, como para muchos de los que nacemos acá está presente pero es algo que no conocemos, aunque en lo profundo de mi corazón siempre estuvo la empatía por esas mujeres con grandes trenzas, de pañuelos coloridos en la cabeza y canastos con mote y tortillas, empatía con los hombres de manos gastadas por el trabajo y grandes mantas”.
Sobre el idioma mapuche señala: “El mapuzungun nunca estuvo en mi entorno, en mi familia, amigos, ni tampoco en el liceo donde quizás más de la mitad era mapuche, tampoco coincidí con él en algún trabajo, así llegué a la biblioteca, primero por la valiosa autogestión del espacio y segundo para abrir mi mente winca a esa cosmovisión que he respetado desde la ignorancia”. Destaca en su proceso de aprendizaje: “Desde marzo he aprendido más de lo que esperé, hablante no soy, pero he aprendido a entender, se nos ha explicado el contexto y ahí van naciendo las palabras, los sonidos, las frases…no hay diccionario que traduzca eso, el entendimiento de los elementos, de los ciclos de la naturaleza, de las formas de relacionarse y quizás por se hace más fácil de que entre y se quede instalado en mi”.
Sobre lo que ha significado en acercarse a estos conocimientos, señala: “Aún me falta mucho por entender, aprender y conocer, pero se abrió un camino que espero caminar por mucho tiempo entre sonidos que la tierra donde nací siempre escuchó, entre palabras que mis abuelos y abuelas seguro escucharon y conocieron.Hoy me emociona acercarme a entender el respeto profundo por la madre tierra, a quien siento más viva que nunca, hoy siento también ese amor profundo por la tierra, por la vida, por el agua, hoy me siento una CHE”.
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