Durante las fechas de We Tripantu, año nuevo mapuche, las comunidades mapuche renovaron sus fuerzas y continuaron con ímpetu los siguientes procesos de lucha, defensa y movilización por volver a vivir libremente en aquel inmenso territorio del sur que pertenece al pueblo mapuche.
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El puelche.cl les comparte este video y nota realizado por el colectivo audiovisual Nuke Mapu
Durante las fechas de We Tripantu, año nuevo mapuche, las comunidades mapuche renovaron sus fuerzas y continuaron con ímpetu los siguientes procesos de lucha, defensa y movilización por volver a vivir libremente en aquel inmenso territorio del sur que pertenece al pueblo mapuche.
En Trafun, un lugar en lo alto de la cordillera, entre ambas repúblicas neocoloniales, Chile y Argentina, se desarrolla una recuperación territorial de 13.000 hectáreas. Allí levantaron un “Rewe”, un espacio ceremonial fundamental para la cosmovisión originaria mapuche y para la resistencia cultural, política y territorial de los Lof del Wallmapu. Carabineros junto al personal de los Latifundistas y civiles armados en un violento procedimiento policial destruyeron y quemaron el “Rewe”, utensilios sagrados, banderas y rukas de la recuperación y espacio ceremonial. Las comunidades, con rabia e indignación expresan su reacción ante lo sucedido: que la represión impunemente haya profanado un lugar sagrado en su vida espiritual y junto a eso haber violado los tratados internacionales firmados por el Estado de Chile, que reiteradamente no son respetados. La deuda histórica sigue vigente. Todas las medidas tomadas por ambos Estados apuntan a proteger los intereses de los poderes económicos capitalistas aposentados en las zonas de conflicto.
El Kull kull mapuche, aquel épico cuerno que resuena llamando a la guerra, toma más fuerza en este nuevo ciclo que comienza, el alzamiento se multiplica, van en aumento las tomas de fundos y predios, anhelando un horizonte de recuperación territorial más amplio y con esto el nivel de violencia policial y terrorismo de Estado es cada vez más grave. Las palabras expresadas son claras, habladas tanto en wingkazungu como en mapuchezugu, reflejan una dolorosa historia de lucha y resistencia que continúan a sangre y fuego, soñando un territorio libre, recibiendo balazos más que soluciones, entre la profundidad de la tierra y el alba, hasta habitar aquel lugar donde caminaban los antepasados, hasta las últimas consecuencias, hasta recuperar todo el territorio.