sábado, noviembre 2, 2024

El Trafkintun en el marco de la cosmovisión mapuche

 

Por Juan Ñanculef Huaiquinao

Investigador historiador mapuche

 

 

Antecedentes:

Uno de los temas hoy generalmente aceptado en la sociedad global, al menos los estudiosos del tema indígena mapuche, es que la cultura mapuche contiene en sus principios lo que hemos llamado la integralidad.  Es tan integral la cultura del Mapu, que no podemos separar ningún tema para analizarlo, sino es al menos a través de  la cosmovisión del pueblo mapuche.  Otro tema previo importante a tener en cuenta es la data cultural mapuche, es decir tener en mente cuantos años tiene nuestro pueblo, como cultura, como sociedad, y para ello nos valemos de idioma mapuche, del mapuzugun, pues la lengua para que haya evolucionado tal como estaba a la llegada de los españoles, debió de haber pasado muchos años.  Han sido miles de años necesario para que hayamos patentado, ponerle nombre a miles y miles de cosas, proceso de sustantivación que hemos calculado por mas de 12 mil años,  dato que  pueden verificar  en la página: www.sepiensa.net;  La Data Cultural mapuche y Los 12 mil años, autor Juan Ñanculef.

En ese aspecto, el tema del Txafkintu o Txafkintun no está ajeno a la idea cosmovisional y filosófica mapuche, toda vez que, lo que hoy conocemos como el Amor en mapuzugun se dice piwkeyewün, el quererse, dicen los antiguos Kimche Mapuche, es un Txafkintu del Piwke, (corazón).  El Txafkintu en realidad es un intercambio de sentimiento mutuo, primero de afinidad,  de empatía, luego de simpatía y finalmente  del Piwkeyewün, es decir  tenerse mutuamente en el corazón.  Todo ello en la idea del que si yo quiero al otro(a),  debo por ende querer a todo el grupo social, esto es el sentido del mundo cíclico, del mundo de la reciprocidad en la cultura mapuche, de la idea de un querer ser y estar en el otro, como el otro quiere ser y estar en los otros, así se quiere el todo, se quiere o se tiene piwkeyewün a la naturaleza, a la Mapu, el Ko, la Kürrüf, pues kürrüf es la Ülcha, la joven doncella, por tanto es de género femenino en el mapuche kimün. 

Con todo,  la noción del mapuzugun del Piwkeyewün,  que hoy por comparación o analogía lo entendemos como quererse  o  “amarse”, originalmente en la cultura mapuche no era más que un concepto de intercambio y reciprocidad,  Inche Piwkeyeyu — Eymi  Piwkeyeyen.   Yo te soy reciproco, como tú me eres reciproco a  mí.  Tu estas dentro de mi corazón como yo estoy dentro del tuyo.  Ese es pues la base del   Txafkintu.

En nuestras presentaciones sobre música y canto Mapuche en tantas comunidades mapuche en los últimos diez años en muchos Lof, hemos hablado de la importancia del PIWKEYEWÜN y DEL TXAFKINTUN, en forma picaresca  y la gente no solo se ríe ante lo pícaro de la idea, sino que entiende  la gran vedad y luego muy serio indican, que lo que usted dice Peñi, es verdad, así  es, y así  ha sido siempre Peñi…me dicen.

Pues claro, si se intercambia Poñü con Txapi, papas con ají, si inicialmente la gente intercambiaba Gülliw  (piñones) con  Kollof (cochayuyo),  los Wenteche llevaban Gülliw a los Lafkenche  y los Lafkenche llevaban Kollof a los Pewenche,  y luego de varios intercambios o Txafkintun, entonces comenzaban muy luego a intercambiar cariño, y venía  el sentimiento de uno con los otros, se conocían, se atendían, se hacían amigos, se agasajaban y ya no era un mero Txafkintu, sino se generaba una hermandad, Peñiwen Inchiñ se decían, (como hermanos se trataban) y se agasajaban una y otra vez, luego de lo cual vienen otros tipos de protocolos, como el Llallitun, el Küyümtun, y el Konchotun. Cuantas mujeres Wenteche se habrán metido en el corazón casi literalmente a un Lafkenche, y otros cuantos habrá  sucedido con las mujeres Lafkenche respecto de los pehuenche. 

Todo ello en un ir y devenir del sentido cosmovisional que se tenía originalmente en la cultura mapuche sobre el TXAFKINTUN, como una institución del intercambio mucho más que lo meramente  económico,  (trueque dice el wigka), y con un fuerte énfasis  social   y territorial, de tal manera que todo el Txafkintun, se practicaba en todo el Meli-Witxan-Mapu es decir en todo el Wall-Mapu o país mapuche, desde el río Limarí por el Pikum Mapu y el mundo de Chiloé por el Willi-Mapu.

EL ORIGEN DEL TXAFKINTUN: El mal llamado Trueque:

Hemos sostenido, que la base de nuestro propio Kimün están en dos grandes principios que vienen a ser cómo dos grandes fuentes  bibliográficas: Primero  la propia palabra ancestral de nuestra lengua vernácula mapuche, el mapuzugun, el habla de la tierra que fue generándose en un largo proceso de instalación de los mapuche en el Wall-Mapu, por un  periodo de mas de 12 mil años.  Sobre  esto hemos  elucubrado para explicitar el sentido del habla de la tierra,  que todo nace de la  onomatopeya, de la lógica de sonido y desde  donde emerge la necesaria energía que genera la voz. (de la tierra). De donde más podría ser que no sea de la convergencia de las moléculas de los 4 elementos, de los meli newen,  Mapu, Ko, Kürrüf, y Kütxal, (Tierra, Agua, Aire y Fuego), de allí emerge pues el sonido, y por ello la base del mapuzugun es la onomatopeya. Txif dice un Koliwe al quebrarse, Wal-Wal hace el agua al hervir, Küf-Küf  hace el viento cuando suena fuerte.  En fin, gran parte de la generación de conceptos en la lengua mapuche proviene de la onomatopeya.

La otra base o fuente bibliográfica ancestral del saber mapuche son los Epew,  lecturas del pasado que en metáforas plantea una forma de aprendizaje a través de la observación de la naturaleza que en mapuzugun se le llama Inarrumen, observar y observar.   En efecto, el Epew de Txeg-Txeg y Kay-Kay es la metáfora de la instalación del hombre mapuche en el Mapu, tierra que emergió desde las Agua y que permitió la existencia humana, luego de los sucesivos glaciares en los últimos 80 mil años.  La Tierra se encuentra actualmente en un período interglaciar dentro de la glaciación cuaternaria, con el último período glacial del Cuaternario terminado hace aproximadamente 12. 500 años con el inicio de la época conocida como Holoceno.   Lo que verdaderamente narra la metáfora de Txeg-Txeg y Kay-Kay, es este fenómeno científico, y no el diluvio universal, muy bien sincretizado por misioneros Franciscanos y Jesuitas por mas de 300 años.

Con todo, es a partir de la palabra la importancia que adquiere el concepto Txafkintun y constituye la base semántica para entender desde la palabra, desde el mapuzugun el análisis del concepto.  Si nosotros tomamos el concepto etimológico de TXAFKINTUN,  y del análisis  semántico segmental, como me dice mi Peñi lingüista, don Necul Painemal[1] en mis conversaciones sobre este y otros conceptos que hemos tenido, entonces tendremos una mayor y mejor comprensión del verdadero sentido de la palabra Txafkintun:

·         TXAF =  significa los dos, o nosotros dos, que van acompañados uno al lado del otro. Es el dual, es el par esencial de la creación, el cual es concebida, como siempre DOS.

·         KINTUN = Significa mirada, búsqueda con la mirada, agrado de ver y de encontrar algo con la mirada. Los ojos, la vista permite el Kintun.

Por tanto a partir de este análisis tendremos, que del origen de la palabra misma de Txafkintun tendremos los siguientes significados:

1.       La mirada de los dos, implica que sólo ENTRE DOS se puede hacer intercambio. Este es el principio de la paridad, el PAR permanente en la cosmovisión mapuche, de ahí la importancia del TXAF, LOS DOS JUNTOS.

2.       Estamos mirándonos los dos, lo que implica una mirada afectiva que se genera para el Txafkintun lo que es recíproca,  tu me das yo te doy, es una empatía permanente.

3.       Miremos los dos?.  Como pregunta;  el uno invita al otro a un Txafkintun, a buscar y mirar los dos juntos. Y finalmente,

4.       Miremos los dos; que implica la posibilidad de buscar y de encontrar más y mejor cosas entre los dos.

 

En fin,  desde el análisis semántico segmental de la palabra nos encontraremos con una serie de enfoques que enriquecen lo  que hemos  venido afirmando, respecto del profundo sentido que tiene el concepto y el valor de la palabra Txafkintun.

 

Todo lo que está dicho y últimamente escrito en nuestra lengua vernácula,  es como si estuviera  inscrito  en el derecho natural  de miles de años de proceso y evolución del mapuzugun como lengua mapuche, y si una palabra existe dentro de ella es,  porque de ello el pueblo mapuche tuvo una larga práctica y observación y conocimiento como para instalarla en su propio acerbo.  Tanto es así, como que lo que no conoció simplemente no está en la lengua mapuche, como sucede con el caballo, la  vaca y los vacunos en general.   Por eso la importancia de este análisis, pues nuestra lengua tiene la palabra para indicar intercambio en forma muy especial, asumido desde la idea Cosmovisional y por ello decimos; TXAFKINTU  o TXAFKINTUN, no meramente como intercambio que no es lo mismo, y menos aún como trueque, que implica el mercantilismo, en este caso la palabra Txafkintun no es mercantil, pues mucho antes de que nosotros conociéramos la palabra “mercantil”, a miles de años de ello, nosotros ya decíamos Txafkintun, desde nuestra propia noción semántica. Esta comparación con el trueque ha dañado el verdadero concepto de la lengua originaria mapuche, pues el Txafkintu no era un fenómeno de la economía o el intercambio visto desde  las relaciones económicas, sino como una acción humana, un proceso social, donde el intercambio no es relación comercial, como se le podrá atribuir ahora  luego de más de 470 años de intercambio que tuvimos con los españoles, sino como una reciprocidad de sentimientos e intercambio del uno para con el otro.  Y no solo de Txafkintun como concepto propio, sino además por elongación del sentido social,  quienes se intercambiaban habitualmente sus familias, sus linajes, sus Kimün, su “tótem” como principios epistemológicos propios,  lo hacían en el marco de la cosmovisión como primera idea mental y ontológica del ser mapuche.  Tanto era así esto del Txafkintun,  que ellos luego de un Txafkintun pasaban a llamarse mutuamente  TXAFKIN  en el caso de las mujeres y he escuchado decirse también entre hombres, aunque en los últimos 100 años entre hombres se usa el concepto TXAWKI, pareciera esto en el caso de los hombres una especie de denominación gentilicia de una acción socio cultural y ritual. Antiguamente podían decirse  Txafkin;  entre hombres, entre mujeres y hombres, entre mujeres y mujeres.

Como ya lo dijimos, la otra base del saber ancestral o Kimün Mapuche  son los Epew, y en ellos podemos encontrar  mucha metáfora de Txafkintun  de intercambio de sabiduría, de Kimün de elementos de sentido humano, del  Chegen, cuando el Txafkintun se ha adscrito a los animales, como que de tanto intercambiar un animal con otros tipos de bienes, hoy el animal que en lengua mapuche se le llama KULLIN, pasó a ser como sinónimo de dinero, del común denominador que actuó por más de 300 años en la relación comercial  española mapuche generado a partir de los Parlamentos, y que tergiversó el verdadero sentido de un Txafkintun.   Tantos Chil-li (Llamas)  o tantos Weke (Guanacos)  podría costar un lote de género, o tantos Chil-li  (llamas), por un caballo o una vaca, fueron la base de los intercambio de los mapuche con los wigka en el siglo XVI-XIX.[2]

De ahí la importancia de la noción semántica del Txafkintun en la lengua mapuche, se externaliza hasta en los animales y plantas, a partir del sentido profundo de los Epew.  Luego esta misma expresión se pasó al canto, al ÜL,  ül, que denota la pronta  convicción social y cosmovisional de la palabra Txafkintu.  He aquí el tema del  TXAKFIN ANAY TXAFKIN, que ya hemos cantado muchas veces a nuestros Peñi con mucha picardía, y que la obtuve escuchándolo del Peñi Domingo Carilao hacen muchos años atrás:

“Txafkin txafkin txafkin anay,  Txafkin txafkin txafkin anay,  Txafkin txafkin txafkin anay, 

Txafkin piwayu  txafkin anay,  Txafkin nuwayu txafin anay, Txafkin piwayu  txafkin anay

Txafkintuafiyu txafkin anay, Txafkintuafiyu txafkin anay, Txafkintuafiyu txafkin anay,

Gülliw egu  Kollof anay,  Gülliw egu  Kolof anay, Gülliw egu  Kollof anay,

Txafkintuafiyu txafkin anay, Txafkintuafiyu txafkin anay, Gülliw  egu  Kollof anay “.[3]

 

Cuya traducción debe ser mas o menos la siguiente:

Querida Txafkin Querida – Querida Txafkin- Querida Txafkin – Querida Txafkin Querida

Nos haremos y no diremos Txafkin – Nos haremos y nos diremos Txafkin

Intercambiaremos querida Txafkin – Intercambiaremos querida Txafkin – intercambiaremos

Piñones con cochayuyo  Piñones con Cochayuyo, Piñones con Cochayuyo

Eso intercambiaremos querida Txafkin – Eso intercambiaremos querida Txafkin

 

COMO NACE EL TXAFKINTUN?.

El proceso de intercambio en la cultura mapuche nació con la estructuración de la cultura misma, tanto es así, que en la conformación inicial de la sociedad mapuche, los pasos de instalación en un territorio dado, permitía el intercambio de Lof completos con otros Lof, a veces debido a cierta conveniencia  agro ecológica, otras veces por estrategia militar.  Luego en la conformación de la estructura social y política y división administrativa del país mapuche o Wall-Mapu, estos permitían el intercambio de trofeos políticos, de banderas, de cargos y simbologías de los cargos, según sea  Nagche. Wenteche, Williche,  Pikumche, etc., u otra entidad territorial.  El Txafkintu pues da cuenta de la esencia misma de la cultura mapuche y de su filosofía.

Ancestralmente hubieron espacios de Txafkintun, espacios de encuentros en varios lugares del Wall-Mapu cientos de años antes de la llegada de los españoles, los mismos que mas tarde utilizaron los españoles para intercambiar sus mercaderías  por pontxos,  Makuñ, Txariwe, y  una serie de animales, tales como Chil-li o Llama,  Weke  o Guanaco,  Püzu o Pudú, Choyke y otros tipos de Kullin, con los mapuche.

 

El Txafkintu  como práctica cotidiana y de recomposición de la memoria colectiva.

De seguro y lo más común es que la gente cree hoy que el Txafkintu nació en la relación con los españoles a partir de la idea de Frontera que se generó en el río Biobío a partir de los 1.598.  Ciertamente esta relación fronteriza acrecentó un proceso propio y tan propio como nuestra sangre a partir de esta nueva realidad, y toda vez que no había moneda como común denominador del intercambio, y aún cuando las hubo, los mapuche no realizaban intercambio por el valor intrínseco de un bien en el sentido mercantil, sino por la ventaja comparativa que le daba la moneda de plata que años más tarde  circulaba en forma natural entre mapuche y españoles.  Los Mapuche preferían  que les pagarán  en mas  o menos cantidad de monedas por el mismo valor,   en 10 chauchas, o 4 monedas equivalentes,  pues la cantidad de moneda le permitía fabricar más cantidad de joyas y sacarle buenos precios a esas joyas.  Es decir a las monedas españolas, los mapuche le colocaban ya en esos años un valor agregado, y transformado en Joyas las monedas, volvían pues al mercado del Txafkintun propio del sentido original, ontológico del mapuchegen, del ser mapuche. Hay muchos antecedentes que prueban que por la misma cantidad de monedas y su valor, no habrían logrado ni la mitad de lo que compraban o TXAFKINTUCABAN por decir así,  los mapuche, con un Joya de plata, que conllevaba la gran creatividad humana del arte mapuche.

A mediados del siglo XIX, era una imagen común ver en los territorios de la Frontera – nuestros hermanos kuifikeche,  en grupos de gente mapuche transitando a uno y otro lado de la cordillera. Durante los Parlamentos realizados entre la Nación española y la Nación Mapuche, la primera estableció una serie de agentes únicos que podían relacionarse de manera política y regular el amplio tráfico comercial entre las dos naciones y entre las comunidades, entre los Rewe-Mapu, los Aylla-Rewe y los Fütxa-El-Mapu, de ambas lados de la cordillera. Estos eran los Comisarios de Naciones, los Capitanes de amigos y tenientes de amigos. Por el lado de la sociedad mapuche, se encontraban los Ñidol Lonkos o Ulmén y Lonkos comunes de los distintos Lof (territorios). Por el lado actual chileno el territorio mapuche se denominada Gülu-Mapu y desde el argentino Puel-Mapu, los Txafkintun eran comunes desde tiempos precolombinos.  Controlar el activo comercio entre los dos lados de la cordillera se convirtió en un imperativo categórico de las autoridades del lado chileno y trasandino cuando se formaron los Estados nacionales dominantes, luego lo persiguieron, lo “declararon ilegal” hasta que terminaron por acabarlo, para instalar o los seudo comerciantes “oficiales”, o los mercados dominantes del capitalismo vigente hasta los días de hoy.

 

Se dice que el gobernador de la ciudad de Valdivia en 1766 describía así la situación:

 

“ los habitantes de la ciudad continuaban trocando con los indígenas sus ponchos o mantas y truecan por añil, paños, manzanas , como también algún ganado..”2[4] 

 

Es en ese contexto que surge la presencia del Ñizol Lonko  Mañil  Wenu, que se transformaría en uno de los Ülmen  que tuvo un mayor tráfico de bienes con los Lonkos trasandinos. Estos intercambios que también tenían como propósitos establecer estrategias de subsistencia, con el tiempo fueron generando fuertes alianzas políticas y territoriales. Uno de los Lonkos más influyentes del Puel-Mapu fue Kalfukura que mantuvo relaciones simétricas con el Estado Argentino, antes que éste decidiera invadir el territorio en lo que se conoce como “La campaña del desierto”. Kalfukura fue un gran aliado de Mañil Wenu, éste fue el padre de Kilapán, a quién le tocó organizar, de manera militar, todos los territorios Wenteche  que su padre consolidó con sus alianzas de intercambio de amistad y alianza.

 

 La ciudad de Valdivia fue un punto importante de intercambio en la primera mitad del siglo XVII- XVIII, y  los mapuche  de la región según relata un cronista “venían todos los días en sus canoas por el río a comerciar y vender carneros, gallinas, aves nativas, “kollonkas”, huevos azules, semillas, verduras y demás frutos de la tierra…”, la fuente alternativa de recursos que ofrecían los mapuche fue crucial en más de una oportunidad, y permitió la alimentación y sobre vivencia del conquistador por mas de 300 años.  Acabaron con nuestros miles y miles de Llamas o Chil-li, exterminaron nuestros Weke o Guanacos, y nos dejaron sus chanchitos y corderos llenos de grasa saturada, de colesterol y de diabetes.

 

Sin embargo se ha persistido en la práctica y compresión del Txafkintu, y mas allá de su verdadero sentido Cosmovisional en buena hora, lo estamos recuperando, a propósito de las semillas,  y los transgénicos; nuestra gente guardaba las semillas originales y las cuidaba mas que a su propia vida, dentro de Pichike metawe, en Meñkuwe, y muchas veces enterrados.  Lástima esto de la intervención genética de las semillas, que los wigka están realizando desde hace tanto tiempo, y ya no encontramos nada que no haya sido manipulado.  Las manzanas para que sean mas rojas y mas duraderas, se le han agregado una serie de hormonas que no sabemos cual será el resultado del futuro de esta fruta.  Los tomates para que se vean mas rojo de lo natural, las frutillas, las semillas de trigo, las arvejas, las lechugas, etc., todos contienen hormonas que hacen uno u otro efecto al cuerpo humano y que hablar de los transgénicos que van degenerar todos los productos alimenticios existentes.  Los niños mapuche están creciendo demasiado, producto de la ingesta desmedida del Yogur con hormonas, del pollo que contienen otras hormonas de crecimiento que traen enfermedades a los huesos y a las articulaciones.

 

Casi a manera de chiste hoy, mientras los pobres comen pan blanco, (Incluido los mapuche), los ricos comen pan integral, con harina no intervenida, pues ellos tienen el capital, para darse esos lujos.  Antiguamente nosotros los mapuche comíamos el pan integral, sin cernir la harina, comíamos nuestras papas o Poñü con cáscaras, el Kuwen Poñü enterradas en la ceniza, que mantenían al 100% sus vitaminas y además de ser mas sabroso y mas sano, nuestras habas o Awarr, nuestro kachilla o Trigo, nuestro Kawella, todo  en forma integral y ya quedan muy pocos.  El mundo está “patas arriba”, y exactamente al revés de hacen 400 años, los pobres buscamos el pan blanco intervenido con quien sabe cuantas hormonas, y los ricos comen todo integral.  De ahí la importancia de estos eventos territoriales de hacer Txafkintun en uno u otro lugar, de potenciar este sistema ancestral mapuche como una estrategia de mantener ciertas semillas y plantas lo mas sanas posible.

 

Tengamos presente pues, que los mapuche cuando intercambiaban lo hacían con cariño, con amor a la naturaleza, con sencillez, no teníamos el vicio del PRECIO, de la comparación del valor y del costo.  Sólo nos interesaba intercambiar en el verdadero sentido social. El precio, la especulación, la ganancia del sacarle mas al otro, de estafarlo si es posible; eso nunca importaba en la cultura mapuche, y de eso se aprovecharon por 400 años en forma burlesca los Wigka, cuando se daban cuenta que obtenían suculentas ganancias y rentas, al intercambiar ciertos bienes con los mapuches.  Hoy esto aún persiste en el instinto comercial y en el ADN,  del hermano Wigka, en el comercio establecido, mineras mas lucro, mejor.

 

 

JUAN ÑANCULEF HUAIQUINAO

Investigador Historiador Mapuche

jnanculef@conadi.gov.cl

 

 

Notas

 



[1]Necul Painemal, en el análisis oral de la palabra y los apellidos.

[2]El Parlamento de Txapiwe, Leonardo León Revista Nütxam, 1.989.

[3]Versión de Mapuche ül  Txafkin , de Juan Ñanculef.

 

[4]León , Leonardo .(1990).Maloqueros y conchavadores en Araucanía y las Pampas

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