El sector Trañi Trañi, en la sureña ciudad chilena de Temuco, sufre el impacto ambiental gracias a las descargas de aguas servidas de la empresa, Aguas Araucanía.
Por Manuel Arismendi – Fuente: hispantv.com
Las ganancias por cobros fantasmas, pero, principalmente, la contaminación, provocan molestias entre los consumidores y habitantes.
El accionar de la empresa de capitales japoneses, Aguas Araucanía, que opera en el sector Trañi Trañi de Temuco, es otra muestra de cómo los intereses corporativos y económicos se sobreponen a los derechos de los chilenos.
Existe un sentimiento de desamparo, provocado por las autoridades, hacia los dirigentes de la zona. Éstos últimos evitaron referirse al problema que les genera Aguas Araucanía. Múltiples excusas para hacerle el quite a un tema que huele a sepulcros blanqueados.
Una de las claves para solucionar esta problemática radicaría en un nuevo plan de ordenamiento territorial.
La responsabilidad para brindar una mejor calidad de vida para los habitantes del sector recae, finalmente, en las autoridades de salud y medio ambiente del Gobierno, las únicas que pueden sancionar a esta empresa, o bien, avalar sus abusos contra una población indefensa.