CATASTROFE ECOLOGICA POR INCENDIO DE CONGUILLIO ACABA CON BOSQUES MILENARIOS DE PEWEN Y AFECTA AL PATRIMONIOCULTURAL, MATERIAL, INMATERIAL Y TERRITORIAL DEL PUEBLOS PEWENCHE
Elisa Loncon
“La veranada[1]. En el verano va mucha gente y lleva sus animales a las veranadas. Es un lugar hermoso con muchas flores, pasto verde y un rico aroma fresco. Los días son calurosos, especiales para bañarse en los esteros”. Nicole Muñoz, Escuela Granja los Mayos en PEWENCHE KIMÜN. Relatos sobre sabiduría pewenche, 1999.
Desde el 14 de marzo del año en curso arde el peweh[2], la lenga, el ñire; también se queman vivos los zorros, pumas, cóndores, huemules; sufren los pewehce y mapuce al ver como el fuego destruye su vida y territorio. Ya son más de 14 mil hectáreas de bosque nativo arrasadas por el fuego; lamentablemente ello ocurre ante la indiferencia de los empresarios del bosque de pino y eucalipto, instalado en el wajmapu, quienes cuentan con brigadistas especializados en combate de incendios, pero nada han hecho por solidarizar con un pueblo que ha cuidado por siglos su territorio. A la situación se suma la indolencia de las autoridades municipales y regionales denunciadas por los pewehce de la zona; y la falta de iniciativa de apoyo de la política indígena nacional, que está completamente inmovilizada ante los hechos; mientras las Presidenta desesperadamente busca atender el desastre del aluvión que afecta a nuestros hermanos en el norte. Por cierto el sufrimiento de los pueblos indígena sigue sin ser escuchado ni atendido.
El peweh es un árbol perenne, produce frutos después de los 25 años y para ello debe haber una especie macho y otra hembra; también puede vivir más de 1000 años y su altura puede alcanzar hasta 50 metros. En Chile este árbol fue declarado Monumento Natural en 1976.
Para los pewence, el peweh es su árbol sagrado y principal sustento, no en vano se autodenomina pewence, gente del peweh; por lo mismo las comunidades agradecen al peweh y reconocen su valor en todo momento de su vida. En los gijatun ‘ceremonias espirituales’ lo llaman entre sus espíritus tutelares y le dicen peweh kuce, peweh fvca, peweh vjca, peweh wece (anciana madre del peweh, anciano padre, joven mujer y hombre del pewen). Del peweh obtienen el fruto, el gvjiw ‘piñon’ su principal fuente de alimento, rico en vitaminas, proteínas, calorías, hidratos de carbono que consumen cocido, tostado, en pan, sopa, y en diferentes deliciosos platos derivados de la harina de gvjiw, incluyendo el cavi o muday de piñon.
El patrimonio pewehce no solo lo integra el peweh. Los cerros, los animales, las cascadas; todos lo que forma parte del territorio y que hoy están en llamas, han dado sentido y vida a los pewehce y a su cultura a lo largo de la historia; de modo que la destrucción de este espacio afectará profundamente la vida pewence. El concepto de patrimonio tradicional acuñado por las políticas públicas chilenas, no incorporaban el territorio, ni la cultura viva en este concepto, muchas veces el patrimonio se entiende como la cultura del museo y no como cultura viva, pero recientemente, los pueblos en la Consulta Indígena para Crear el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, solicitaron expresamente que se incorpore en el proyecto de ley el concepto de “patrimonio cultural indígena”, en su dimensión íntegra como patrimonio cultural material, inmaterial y territorial, concepto que esperamos sirva para combatir tanta indiferencia hoy instalada en la política y cultura chilena que no reacciona ante la catástrofe que afecta a los pewence.
Tampoco los Medios han dado debida cobertura a este desastre y la ciudadanía no sabe que el incendio destruye el patrimonio de los pueblos originarios, que se destruye una de las identidad territoriales mapuce y que si no se actúa, simplemente colaboran con el exterminio de un pueblo; tal cual lo hicieron con Ralco. Los pewence víctimas del incendio necesitan toda la solidaridad del pueblo de Chile y políticas de protección se su patrimonio cultural, material e inmaterial y territorial.
[1]Práctica pewence que consiste en subir a la montaña con sus animales durante la primavera y parte del verano, allá viven con su familia por unos dos o tres meses. Luego a fines del verano bajan a tierra más baja para pasar el otoño e invierno.
[2]Para la escritura del mapuzugun se emplea grafemario Ranguileo, que difiere del Unificado, y donde el grafema h corresponde a n; x a tr; j a ll; v a ü, b a l; g a ng ; q a g, y c a ch.