A continuación, una noticia del 2002 frente a una amplia devastación de las araucarias, que es vigente en el presente ante la situación que se vive principalmente en la Araucanía ante el consumo de bosque nativo y araucarias.
Publicación de «La Cuarta»
De autorizarse la comercialización de araucarias muertas por los últimos incendios forestales en la Novena Región, marcaría un grave precedente que podría significar el llamado a los particulares a quemar estos bosques protegidos, para luego poder comercializarlos dadas las utilidades que arroja.
La denuncia fue hecha por la Agrupación de Ciudadanos por la Conservación del Bosque Nativo de La Araucanía, que asegura que existirían importantes intereses económicos que incluso podrían tener fuertes influencias en organismo gubernamentales para lograr sus objetivos.
De hecho, según cálculos hechos por fuentes cercanas al rubro forestal, producto de la especial calidad de la madera, en las cerca de 20 mil hectáreas que se quemaron en la Novena Región el verano último, especialmente en el Parque y la Reserva Nacional Malleco y Conguillío, los particulares podrían hacerse, como mínimo, de un ingreso de 600 mil millones de pesos.
Hasta mil años
En el caso de las araucarias o pehuén, éstas presentan un atractivo adicional, por cuanto se trata de árboles que en promedio tienen 800 o mil años de vida, por lo que la pérdida es prácticamente irreparables para las próximas 12 generaciones.
Manuel Gedda, dirigente de la agrupación, explicó que la razones que existieron para protegerla legalmente, está su calidad de especie arbórea endémica y exclusiva de esta parte del mundo, cuya presencia en Chile se encuentra circunscrita a la Región de La Araucanía.
Bajo estos argumentos, la agrupación plantea que de autorizarse el levantamiento y comercialización de las Araucarias muertas, se sentaría un grave precedente, más aún si se considera la idiosincrasia chilena que podría llegar, entonces a provocar incendios para luego lucrarse con la muerte d estos árboles.
Agregan que de efectuarse faenas de explotación, además se afectaría gravemente al ecosistema de la zona, por cuanto se trata de terrenos de especiales condiciones y de alta fragilidad, muy delgados, de altas pendientes donde sólo éstos permiten el crecimiento de la Araucaria.
Conaf
En forma paralela, la agrupación acusó a la Corporación Nacional Forestal de la Novena región de ser la responsable de los graves daños sufridos producto de los últimos incendios, al no asumir su incapacidad técnica y humana para prevenir, primero, y hacer frente, después, a las emergencias.
La acusación plantea además que las pruebas de ello, estaría en la demora de la institución para hacer público el informe final preparado por especialistas respecto de lo ocurrido. En el estudio, que ya estaría terminado, quedarían en evidencia las responsabilidades de Conaf en lo ocurrido, lo que motivaría el ocultamiento de la información.
Finalmente, se indicó que de no hacerse algo inmediatamente por proteger las especies arbóreas como las Araucarias, en momentos en que Chile exponga una falsa realidad de protección al medio ambiente ante Naciones Unidas en el encuentro de agosto en Sudáfrica, ellos expondrán la real situación que se vive en el país.