La Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados aprobó este miércoles, en particular, el proyecto de Ley de Fomento al Reciclaje, que entre otras materias fijará metas de recolección y valorización a los fabricantes e importadores de nueve productos prioritarios.
Los denominados rellenos sanitarios en Chile, en su mayoría simples botaderos de basuras, funcionan sin cumplir las exigencias sanitarias y ambientales. La contaminación ha ido en aumento en diversas zonas rurales, con la destrucción de la agricultura, de las economías locales, de la contaminación de las aguas, con impactos que se aprecian como irreversibles en algunos lugares y su solo perfeccionamiento en el control e infraestructura no garantiza la seguridad e integridad de las familias que están expuestas en sus inmediaciones.
Según datos del ministerio del medio ambiente, en Chile se generan casi 17 millones de toneladas de residuos sólidos al año —de las cuales 6,5 millones son domiciliarios—, una de las tasas más altas de Latinoamérica. En la región ningún país supera el 15% de material reciclado, y en Chile esta cifra bordea apenas el 10%.
La realidad es crítica. En la Región de la Araucanía, a modo de ejemplo, la mayoría de los basurales se ubican en suelos de comunidades Mapuche, con más de 20 mil toneladas mensuales de residuos y aun cuando el proceso en estos conflictos implique cambios sustantivos en la política sobre vertederos y manejo de la basura, queda claro que las comunidades enfrentan otro signo de discriminación, en estos casos, hacia el pueblo mapuche y también, campesinos chilenos pobres.
Desde hace rato, organizaciones y comunidades vienen sosteniendo la urgencia de que se establezca un plan de ordenamiento territorial que involucre disminución radical de recintos de residuos con agrupación de comunas, con espacios que involucre tecnología de punta para la compactación. Asimismo, políticas integrales y reales de reciclaje y reutilización, que reduzca más del 50 % de residuos. Medidas de reparación para las comunidades y familias afectadas, entre otras urgencias.
Uno de los grandes problemas que enfrenta el País en materia de reciclaje y reutilización, es el interés de ciertos sectores económicos que basan actividades en el extractivismo y materia prima, como son: Las papeleras (forestales), las petroleras y el plástico, las mineras y los metales para la tecnología, cuyo lucro y ganancias se viene sosteniendo de manera incontrolada bajo criterios de un desbordante consumismo descartable, sin ningún tipo de criterio ni compromiso con el medio ambiente ni con la vida rural.
Se vislumbran avances: El reciclaje
La Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados aprobó este miércoles, en particular, el proyecto de Ley de Fomento al Reciclaje, que entre otras materias fijará metas de recolección y valorización a los fabricantes e importadores de nueve productos prioritarios: aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos; diarios, periódicos y revistas; envases y embalajes, medicamentos, neumáticos, pilas y baterías, plaguicidas caducados y vehículos. Ahora el proyecto pasa a la Comisión de Hacienda de la Cámara, y luego al Senado para su segundo trámite.
Esta ley tiene como objetivo, entre otras cosas, que empresas fabricantes e importadoras se hagan cargo de sus productos al final de su vida útil. Para ello deberán crear sistemas de gestión que permitan recuperarlos y luego valorizarlos (reciclarlos o reutilizarlos) de acuerdo a metas fijadas por la autoridad.
El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, dijo a través del sitio informativo del Medio Ambiente, que entre otras materias, esta ley permitirá que en Chile se cree una industria formal del reciclaje, que permita incrementar nuestros índices en esta materia y lo transformen en una actividad económica relevante.
Agregó que además de productores e importadores, la iniciativa busca incorporar con mayor formalidad a los municipios y a los recolectores de base en este sistema. También ayudará a impulsar una cultura de separación de residuos por parte de la comunidad, incentivando su contribución a la cadena de reciclaje, y ayudará a implementar sistemas de etiquetado y ecodiseño que permitan una mayor recuperación.
“Todos estos elementos van ayudando a generar un sistema que es virtuoso, ya que por una parte permite ahorrar materias primas y energía, y por otro evitar que los residuos vayan a un relleno sanitario, a un vertedero o que sean dispuestos ilegalmente”, dijo Badenier.
Alfredo Seguel