Comunidad de Historia Mapuche, Ta Iñ Fijke Xipa Rakizuameluwün – Historia, colonialismo y resistencia desde el país Mapuche, Ediciones Comunidad de Historia Mapuche, Temuco, Chile,
Roberto Morales Urra
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1Este libro forma parte de un propuesta editorial que se sustenta en sus autores y en un público cautivo, configurándose la “Comunidad de Historia Mapuche”, cuyos antecedentes inmediatos pueden encontrarse en la Comisión de Trabajo Autonómo Mapuche (COTAM) articulada a la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato (CVHNT), cuyo trabajo culminó en 2003 en el Volumen 3 – Anexo Tomo II del Informe CVHNT (pp. 565-1312). Asimismo, en el año 2006, Sergio Caniuqueo, Rodrigo Levil, Pablo Marimán y José Millalén publican, con la iniciativa y respaldo de Ediciones LOM, el libro “Escucha Winka”, el cual tuvimos la oportunidad de comentar en su lanzamiento en Valdivia y cuya reseña fue publicada (Revista Austral de Ciencias Sociales, Nº12, 2007: 159-173). Lo dicho en esa oportunidad adquiere para este nuevo libro una resonancia ampliada: “[los autores] están contribuyendo a un proceso de descolonización política, social y teórica. La descolonización social y política es tarea de colectivos organizados con vocación de poder, que planifican y actúan según definidos proyectos compartidos. La descolonización teórica es obra también de colectivos que se plantean una práctica contra-hegemónica, para ocupar posiciones de influencia en la pugna del conocimiento” (pp. 160).
2A las/os 14 autores mapuche de este libro: Enrique Antileo Baeza, Margarita Calfio Montalva, Luis Cárcamo-Huechante, Felipe Domingo Curivil Bravo, Andrés Cuyul Soto, Susana Huenul Colicoy, Herson Huinca Piutrin, Pablo Mariman Quemenado, José Millalen Paillal, Maribel Mora Curriao, Héctor Nahuelpan Moreno, Elías Paillan Coñoepan, Jimena Pichinao Huenchuleo y José Quidel Lincoleo, me permito identificarlos, siguiendo a A. Gramsci, como intelectuales orgánicos del pueblo Mapuche, quienes construyendo la autodeterminación política y económica hacen posible la sostenibilidad sociocultural. Sus autorías cuestionan, denuncian y subvierten el dominio tanto político como intelectual / epistémico en el cual ha sido históricamente sumido el pueblo mapuche en Chile, emancipándose de la subordinación, mediante la ocupación del lugar que por derecho les corresponde, desplazándose de este modo del espacio de enajenación al cual habían sido confinados.
3Cada autora y autor presenta los resultados de sus estudios y reflexiones desde diversos campos disciplinarios y del saber, abarcando aspectos específicos de los procesos sociales, económicos, políticos y culturales, vividos por el Pueblo Mapuche en distintos períodos. El libro se estructura con una Introducción bilingüe –mapuchezugun y castellano-, cuatro partes que titulan: Independencia Mapuche y Desgarros Coloniales (5 capítulos); Contra la Dispersión: Territorios de Reconstrucción Sociopolítica (4 capítulos); Estrategias Multiculturales y Cuerpos que Resisten (2 capítulos) y Escrituras, Voces y Medios para permanecer en el Tiempo (2 capítulos); para finalizar con un Epílogo y una breve presentación de las y los autores.
4En la primera parte, el capítulo de Jimena Pichinao Huenchuleo aborda a los Parlamentos como una modalidad de negociación, los que habrían sido transformados de acuerdo a un estilo Mapuche de hacer política, aunque no hace precisiones explícitas acerca de las particularidades de tal estilo. Por su parte, José Quidel Lincoleo, en el segundo capítulo del libro, afirma la parcial “mapuchización” del cristianismo, a través de las prácticas de escrituras de los textos en mapuzugun, aunque autores como R. Moulian, han establecido que el cristianismo evangélico de hoy, en particular el Pentecostal, disuelve los sustratos ideológicos de la religión mapuche (Moulian, R. 2012. Metamorfosis Ritual. Valdivia: Ediciones Kultrun, p. 530). En el tercer capítulo, Pablo Mariman Quemenado responde con una discutible etnificación del criollo (chileno) para explicar la exclusión de la nación mapuche en la construcción política de la república de Chile. En el capítulo siguiente, Herson Huinca Piutrin afirma que tanto los 14 mapuche de ayer (1883) que fueron exhibidos en un “zoológico humano” en París, como los 14 de hoy, no obstante han cambiado, siguen siendo estudiados desde las mismas epistemologías políticas de la producción de conocimientos, aunque el autor no da cuenta de las transformaciones de estas últimas, en particular de la antropología. Héctor Nahuelpan Moreno, en el último capítulo de esta sección del libro, caracteriza el dominio colonial como vigente, como un proceso histórico que al articularse al desarrollo del capitalismo mantiene y profundiza la dominación, sin que haya sido superado, sino al contrario, con los Estados de Chile y Argentina, cuya conformación se ha sustendado en la lógica de la violenta desposesión del Pueblo Mapuche: calificados antes como “raza inferior” y hoy como “terroristas”.
5En la segunda parte, Felipe Domingo Curivil Bravo identifica en el proceso migratorio de los mapuche habitantes en Santiago los fenómenos de apropiación e integración de estos a organizaciones no tradicionales en la ciudad, propias de los sectores populares, como factor relevante en una superación de la internalización del racismo, dada la “dialéctica del colonialismo”, generándose prácticas distintas a la tradicional rural de las cuales provenían. A su vez, Enrique Antileo Baeza enfatiza la importancia del lugar desde donde se habla, actúa y moviliza, para superar la dicotomía rural/urbano, dando cuenta de una diáspora mapuche en un territorio, lo que obliga a repensar las conceptualizaciones mapuche de nación, ya no sólo como constituyente sino como instrumento de liberación. Susana Huenul Colicoy, en el capítulo siguiente, destaca el proceso de promulgación de la llamada “Ley Lafkenche” como una experiencia de eficacia política de la Identidad Territorial Lafkenche, que tuerce los efectos de la dominación imperante, sin que la autora explore la dimensión intercultural que emerge no solo en el campo de las relaciones con la institucionalidad estatal (tanto en sus confluencias como en las contradicciones) sino además con la pesca artesanal. Cierra esta sección el trabajo de José Millalen Paillal, quien encuentra en la autodefinición como colectividad, el fundamento histórico y actual de los Mapuche como Nación. Lo explica desde las categorías propias para denominar colectividades, enmendando de paso la interpretación equívoca de la noción de “reche” que ha sido difundida como etnonimo pre mapuche. Reafirma el carácter político autonómico de los Parlamentos, como de las asociaciones mapuche en la dinámica institucional chilena hasta el presente, reconociendo y asumiendo el aporte teórico-práctico de mapuche que -como el mismo-, hacen desde la condición de “profesionales e intelectuales” a la constitución del etnonacionalismo mapuche hoy.
6La tercera parte del libro se inicia con la sostenida y fundada crítica que elabora Andrés Cuyul Soto a la política pública de salud intercultural como herramienta política del dominio estatal, a través del intento de patrimonialización del sistema de salud mapuche. Nos alerta acerca del hecho que, en tales condiciones, se produce un debilitamiento político y cultural del Pueblo Mapuche, por lo cual, desafía a la institucionalidad pública que asuma los aspectos de fondo: los derechos territoriales, políticos, económicos y socioculturales, y propone una agenda de 17 acciones que de implementarse podrían avanzar hacia el “autogobierno mapuche en salud”. El autor debiese ampliar su mirada, centrada en las experiencias en la Araucanía, y considerar la pionera experiencia que en esa dirección ha recorrido el Konsejatu Chafun Williche Chilwe y que ha sido sistematizada para el campo universitario por Manuel Muñoz Millalonco (2013. “El modelo de salud intercultural williche y sus efectos en la gestión de la salud primaria pública en la comuna de Quellón-Chiloé”, Tesis Mg. Desarrollo Social Rural, U. Austral de Chile, Valdivia). Cierra esta parte el capítulo de Margarita Calfio Montalva, quien nos regala una luminosidad lunar del saber mapuche que se renueva cíclicamente, al abordar una temática que aunque fundamental, no ha sido hasta ahora parte de la discusión o el debate público hegemonizado por el androcentrismo. Establece que las conexiones entre cuerpo, género, ambiente y cosmovisión mapuche fueron trastocadas por el sistema de dominación, transformando el sentido de la menstruación en enfermedad y restringiendo los ámbitos del poder de lo femenino.
7Maribel Mora Curriao abre la cuarta parte con un capítulo que destaca la imposición de la escritura al Pueblo Mapuche, por lo que la denuncia de la dominación se ha escrito desde los márgenes tanto societales como en el campo literario. Para responderse y respondernos a la pregunta de por qué entonces escribir, lleva a cabo un examen histórico de la producción poética mapuche en Chile y Argentina, recopila y sistematiza lo que se ha publicado en y acerca de lo que es reconocido como lenguaje poético. Y no se trata solo de la imposición gradual y sistemática de la escritura (en castellano y más recientemente el mapuchezugun), sino del canon que establece qué es la poesía. No superadas las condiciones de dominación, las y los poetas mapuche deben enfrentar la rigidez de los estereotipos sociales y culturales, la trampa dulce de la cooptación y la obligación de ser atractivamente diferentes. Finalmente, escribir es o puede ser también un dispositivo de poder, un instrumento de lucha, un camino para modificar los márgenes que impone la dominación. Finalizan esta última parte Luis Cárcamo-Huechante y Elías Paillan Coñoepan quienes, desde la intensidad de la experiencia personal y colectiva, afirman la relevancia para la revitalización identitaria mapuche, de la emisión y continuidad de programas radiales bilingües (castellano y mapuchezugun). En particular, dando detallada cuenta del aporte del programa Wixage anai!, nacido en Santiago al inicio del período posdictatorial, y que al mantenerse por más de una década contribuyendo al cuestionamiento de la dominación existente, se constituye en una referencia que permite proponer el uso del medio radial que por sus características puede conectarse con las dimensiones “dialógicas y comunitarias” del modo de vivir mapuche, fortaleciendo el proceso de revitalización lingüística y comunicacional, ampliando la auto-afirmación de los mapuche como pueblo. Lo que dejan pendiente es el compartir detalladamente sus análisis acerca de los alcances de estos espacios radiales para la audiencia que le ha dado soporte social y eventual proyección.
8A través de los distintos capítulos que componen este libro, los y las autores / autoras coinciden en una fundada crítica al modelo neoliberal que mantiene las condiciones de dominio colonial, aunque dicha crítica contrasta notablemente con la posición adoptada por Manuel Manquilef González (referido en varios pasajes del libro por su condición de dirigente y escritor mapuche a comienzos del Siglo XX), quién como diputado propuso en 1927, la primera ley de división de las tierras indígenas, en vistas al éxito económico individual en el sistema capitalista ya imperante en esa época. En cambio, el libro destaca que los administradores del modelo capitalista propician una única lectura sobre el y lo Mapuche, que ha consistido en transformar en exóticos los rasgos culturales y privatizar individualmente la producción de conocimientos. Se plantea así la descolonización como imperativo y la autodeterminación como reivindicación presente, lo que se considera debe ser asumido por las familias, las comunidades y las organizaciones mapuche. Aunque la antropología es criticada transversalmente como práctica de colonización, al mismo tiempo la mayoría de los autores de este libro han cursado posgrado en antropología, con lo cual queda de manifiesto el componente liberador que pueden tener los estudios antropológicos y de las ciencias sociales, quedando pendiente la labor de dar cuenta de las tendencias descolonizadoras existentes.
9Finalmente, así como una práctica de liberación es evidenciar la dominación colonial, dando cuenta hoy de tales hechos interconectados por el dominio capitalista, propongo a las/os autoras/es, acoger en futuros trabajos, por ejemplo las resonancias y conexiones de los centenarios del Koyautun Mapunche Williche de Koz Kozy y la Masacre en la Escuela Santa María en Iquique (1907); como también de la Matanza de Forrawe (1912) en la cual hubo Ejecutados hasta hoy Desaparecidos, anunciando las futuras víctimas de las dictaduras (1927, 1973).
Para citar este artículo
Referencia electrónica
Roberto Morales Urra, « Comunidad de Historia Mapuche, Ta Iñ Fijke Xipa Rakizuameluwün – Historia, colonialismo y resistencia desde el país Mapuche »,Polis [En línea], 38 | 2014, Publicado el 03 septiembre 2014, consultado el 13 enero 2015. URL : http://polis.revues.org/10303