martes, noviembre 5, 2024

Mapuches de Bariloche respaldan a comunidad despojada en Anecón Chico

Apoyo a LOF “MARIANO EPULEF”  / El Espacio de Articulación deploró “el despojo territorial” y al “arreo compulsivo de ganado” que puso en práctica en diciembre último una estancia. Sospechan de intereses mega-mineros, al tratarse de una zona de baja productividad.

 

El Cordillerano

El Espacio de Articulación Mapuche de Bariloche y otros grupos (ver recuadro) cuestionaron el desalojo que sufrió recientemente la comunidad mapuche “Mariano Epulef” del paraje Anecón Chico, a la vez que exigieron que la situación se retrotraiga al estado que presentaba antes del 20 de diciembre. Pidieron premura al Poder Judicial y a los organismos con incumbencia del gobierno rionegrino.

 

El primero de los ámbitos hizo saber que “deplora el despojo territorial del que fuera objeto recientemente el lof Mariano Epulef, del paraje Anekon Chico. El arreo compulsivo del ganado de nuestros hermanos y hermanas con el posterior cierre del cuadro Mellao, remite a las más tenebrosas prácticas que durante décadas se pusieron en práctica para despojar a los pobladores mapuche de sus espacios territoriales. La maniobra también afecta a otros vecinos mapuche y no mapuches del paraje”, puntualizó el comunicado.

Con la firma de Sanmartiniano Painefil y Daniel Jaramillo, el pronunciamiento añadió que “los mapuche de esta ciudad conocemos muy bien esas metodologías porque nuestros mayores las padecieron en carne propia desde fines de la Campaña al Desierto hasta la actualidad. Si todavía se ponen en práctica, es porque el estado provincial de Río Negro tiene una deuda histórica con nuestro pueblo, al negarse sistemáticamente a titularizar los campos que centenares y hasta miles de familias mapuche ocupan desde fines del siglo XIX o principios del XX”.

Según los mapuches de Bariloche, “es el caso del lof Mariano Epulef, cuyos mayores arribaron a la zona de Anekon Chico en cercanías de 1890. Si bien hay constancias de que sus reclamos formales comenzaron en 1927, hasta hoy la provincia de Río Negro somete a nuestros hermanos a una indefinición legal que indirectamente, permite atropellos como el que tuvo lugar el 20 de diciembre último”.

Concentración de tierras

El Espacio de Articulación Mapuche advirtió que no permanecerá “de brazos cruzados al observar que la Estancia Los Amigos SA pretende concentrar tierras (25 mil hectáreas) en desmedro de decenas de familias mapuche y no mapuches. Nuestros hermanas y hermanos, quienes se las arreglaron prácticamente en soledad para sobrevivir a siete años de sequía y a la tragedia de las cenizas (2011), asisten ahora a la llegada de otra calamidad: la prepotencia de capitalistas que además, se escudan detrás de un administrador de origen israelí”.

En materia de exigencias, el Espacio de Articulación Mapuche se refirió “al Poder Judicial de Río Negro”, en orden a “que actúe con prontitud para retrotraer la situación al estado que presentaba antes del 20 de diciembre último. Y al gobierno provincial, que asuma de una buena vez el desafío histórico de investigar los títulos de propiedad que hoy están en manos de empresas recién llegadas y otras estancias, porque su origen es fraudulento y en ocasiones, criminal. Hace décadas que las organizaciones mapuche reclaman ese paso justiciero”.

Además, el comunicado se dirigió a la sociedad barilochense y resto de la provincia, para compartir “nuestra extrañeza al apreciar la llegada de inversores de importancia a zonas que supuestamente, son de baja productividad rural. No podemos dejar de asociar el arribo de esos capitales al permanente acoso mega-minero, que ya se expresó años atrás en comunidades mapuche cercanas al paraje, con pretensiones de cateo”.

Por último, el ámbito mapuche invitó “a las demás organizaciones y comunidades mapuche de Bariloche y la región –al igual que a las distintas expresiones de la sociedad no mapuche- a permanecer alertas. También a expresarse y acompañar a los peñi y lamngen del lof Mariano Epulef, quienes afrontan dignamente el renovado atropello winka”. El fin de semana, habría un trawün en la zona del conflicto.

Respaldo de Mamül Müley

Por su parte, el Colectivo Intercultural Mamül Müley recordó en su pronunciamiento que “se define por realizar intervenciones artístico-políticas en espacios públicos de San Carlos de Bariloche, en cuyo transcurso procura recuperar y poner en común el arte mapuche, la manera mapuche de entender la espiritualidad, otra lectura de la historia y el sentido que le da el pueblo mapuche a la naturaleza y el devenir del tiempo”.

No obstante, consideró que “el arte, la espiritualidad y la relación mapuche con la naturaleza no tienen sentido sin la pertenencia territorial. En este sentido, Mamül Müley condena el despojo que sufrió recientemente el lof Mariano Epulef, del paraje Anekon Chico”. Recordó el grupo que “mapuzungun significa habla de la tierra y es el nombre que se le da al idioma mapuche. En cada espacio territorial mapuche, la tierra habla y canta, se hace plástica en el telar y belleza en la platería. Cuando a una comunidad mapuche se le arrebata su espacio territorial se la aleja de su origen, se cercena su continuidad cultural y se atenta contra la memoria de sus mayores, que allí yacen”.

El comunicado añadió que “con estas convicciones en el pensamiento y en la emoción, abrazamos a las lamngen y los peñi del lof Mariano Epulef, a la vez que exigimos la pronta restitución del cuadro Mellao, que fuera usurpado el 20 de diciembre último por la Estancia Los Amigos SA. Ya es tiempo de ponerle fin a los despojos que desde fines del siglo XIX sufre el pueblo mapuche. Tanto el Poder Judicial de Río Negro como las instancias administrativas del Estado, deben actuar en consonancia con los derechos que internacional y constitucionalmente, rigen para el pueblo mapuche”.

El texto del colectivo finalizó con fragmentos de un poema de la poeta mapuche Liliana Ancalo: “… regresaremos al mallín / y habrá la gente alrededor del fuego / las ollas tiznadas y la luna / y cada hoja de los álamos brillando…” Los versos están en el libro “Mujeres a la intemperie / Pu zomo wekuntu mew”, de la escritora de Comodoro Rivadavia.

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