– EN ANECÓN CHICO – Acusa a la Estancia Los Amigos, que tiene como administrador a un israelí. El hecho tuvo lugar el último 20 de diciembre, cuando sus animales “fueron arreados impulsivamente” de un cuadro que tradicionalmente ocupa. Hay otros pobladores afectados. Se presentó una denuncia penal.
Los sucesos tienen lugar en el paraje Anecón Chico, distante 165 kilómetros de Bariloche. Según el comunicado que hizo público en la víspera la comunidad “Mariano Epulef”, “el despojo fue ordenado por el administrador de la Estancia Los Amigos SA Nir Weinberg”, sin que medie ninguna disposición judicial o administrativa. Weinberg sería ciudadano israelí.
El establecimiento que administra se hizo presente en Anecón Chico en 2011, cuando le adquirió a “Las Chinitas SA Agropecuaria” un título de propiedad por más de 25 mil hectáreas. Informaron los afectados que “en la zona, las unidades productivas de campesinos y pobladores mapuche oscilan entre las 1.000 y 3.000 hectáreas”. A su vez, la primera firma arribó al paraje en 2005, “luego de haber comprado un título que se encuentra siendo investigado por fraudulento e ilegal”.
Los mapuches aportaron una historia reciente del conflicto. En 2008, Las Chinitas Agropecuaria “inició el juicio contra dos integrantes del Lof Epulef con el objetivo de lograr una medida judicial que ordenara la expulsión de sus animales. Durante el proceso judicial, que lleva más de seis años, el Lof Epulef ha demostrado ampliamente la ocupación y posesión tradicionales que ejerce sobre su territorio mediante testigos, documentación y una inspección judicial realizada en el área. Hasta la fecha el juicio se encuentra sin sentencia firme y para ser resuelto en el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro. En pleno proceso judicial, Las Chinitas S Agropecuaria vende el título de propiedad a la Estancia Los Amigos SA”.
Durante el año que acaba de terminar, la estancia despojó “de las áreas de pastoreo a los animales de productores mapuche y no mapuche que llevan décadas de ocupación en la zona. Además, ha ordenado cerrar accesos a áreas de pastoreo y caminos vecinales que comunican los parajes Anecón Chico, Tres Cerros y Cerro Mesa y ha realizado tendidos y refacciones de alambrados sin consultar con los vecinos linderos (incurriendo en una ilegalidad)”, advirtieron los mapuches.
Bajo investigación administrativa
En un párrafo central de la denuncia pública explicaron los integrantes del “lofche Mariano Epulef” que “el título que detenta la estancia Los Amigos SA se encuentra en investigación en la administración pública rionegrina por haber sido fundado en ilegalidades y en abusos a los pobladores mapuche y no mapuche de la zona. Desde 2005, el Lof Epulef viene presentando reclamos administrativos denunciando la usurpación de su territorio. Mediante mecanismos de apropiación ilegal, en la década de 1960 se otorga un título de propiedad constituido sobre la base del despojo de las familias mapuche de las áreas rurales de Anecón Chico, Tres Cerros, Laguna Blanca, Cerro Mesa y Quili Bandera”.
En consecuencia, afirmaron los afectados que “la orden de la estancia Los Amigos SA replica una historia de avasallamiento que creíamos superada por la existencia de un estado de derecho que está plenamente vigente. La decisión de un privado de despojar a pobladores y comunidades mapuche que ejercen su posesión pública y tradicional desde hace décadas, desconoce leyes nacionales, provinciales y derechos garantizados constitucionalmente”.
Explicó el pronunciamiento que “si bien ya se ha radicado la denuncia penal y se han constituido los organismos indígenas correspondientes, se hacen públicos estos acontecimientos porque estos grupos empresarios se valen del temor y el amedrentamiento a los pobladores rurales y del receso de la administración pública para hacer este tipo de atropellos. Tanto el Lof Epulef como otros pobladores afectados por el mismo privado se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Quienes pastorean los animales son, en su mayoría gente mayor o mujeres en un área donde las comunicaciones son de difícil acceso y donde se deben transitar varios kilómetros para llegar a otras poblaciones o a las localidades de Comallo y Bariloche (distantes de Anecón Chico a más de 40 y 150 kilómetros, respectivamente)”. A nadie escapa que “en estos momentos las instancias judiciales y administrativas se encuentran en receso, por lo que cualquier tipo de intervención se encuentra demorada”.
Cabe destacar que después de que finalizaran las campañas militares que terminaron con la libertad mapuche y usurparon su territorio, Mariano Epulef arribó al paraje Anecón Chico, alrededor de 1890. Allí se casó con Rosa Sáez y del matrimonio nació Elvira Epulef. Por su parte, en 1904 hizo su arribo a la zona Benito Linares, quien con el tiempo, unió su destino al de Elvira. Los reclamos formales por la ocupación de las tierras comenzaron en 1927.
El último párrafo del texto que hicieron circular los mapuches asevera: “lo único que pedimos, es que se cumplan los derechos reconocidos y en plena vigencia.
Asimismo, dejamos constancia que hacemos responsables a los mismos privados que ordenaron este despojo por cualquier hecho de amedrentamiento o violencia que pudieran sufrir miembros del Lof Mariano Epulef o vecinos de la zona en su contra o en contra de sus bienes. Finalmente, exigimos la intervención de los organismos públicos a fin de hacer valer la existencia de un estado de derecho que sancione hechos delictivos como el ocurrido en nuestra contra”.
Robo sugestivo
A la situación que se da en el ámbito rural, la comunidad añadió información sobre otro hecho delictivo por lo menos, llamativo. “A esto se suma que la vivienda que tienen integrantes del Lof Epulef en Bariloche sufrió un robo entre el 28 y 29 de diciembre pasados. Llamativamente, lo único que falta es una cámara fotográfica y se encontraron revueltas carpetas con documentación. Tanto los actos de despojo territorial, como sus secuelas, fueron registrados fotográficamente. No se tienen pruebas sobre la vinculación entre un hecho y otro, pero es llamativo que el robo a la vivienda familiar ocurriera a poco más de una semana del despojo en el campo y sólo falte una cámara fotográfica”.