La cantora y percusionista aguarda que su placa esté lista en febrero y pensó que resultaba oportuno dar a conocer parte de su contenido. Se denominará “Kisülelayiñ – No estamos solas”. Composiciones propias de inspiración mapuche.
Información extraída de «El cordillerano»
Cuando en general se producen cierres por la altura del calendario, ella compartió un anticipo en la Sala de Prensa en Bariloche, Anahí Mariluan dio a conocer recientemente varios de los “cantos” que integrarán su primer disco solista. Se trata de “Kisülelayiñ – No estamos solas”, obras de su autoría que pondrán en aprietos a los críticos especializados ya que si bien podrán rotularse como “música mapuche”, se diferenciarán claramente de los sonidos tradicionales.
Voz e integrante de Tamborelá hasta comienzos de 2012, Mariluan trazó diferencias y continuidades con aquella experiencia. “Las vivencias que uno va teniendo, la búsqueda de significados transforman el canto y lo vuelven a amasar. Creo que la herencia de Tamborelá se va a seguir representando a través de los tambores porque les tengo un profundo amor. Más aún por el tambor de la cultura mapuche… La diferencia va a radicar en que los ritmos no serán latinoamericanos, se van a acercar a la tierra y van a brotar nuevos ritmos, inspirados en la mayoría de los cantos mapuches. Los cantos que hay por acá casi nunca tienen percusión. Tradicionalmente o ceremonialmente se diferencian los cantos de los toques y en este caso, como música se me ocurre amalgamarlos para darles estructura en canciones nuevas”.
Para el “anticipo” que tuvo recientemente, adelantó la música «con versiones de los temas del disco que hicimos con el músico y compositor Leopoldo Caracoche», dijo. «El CD está compuesto y arreglado por mi hermano Daniel Mariluan y yo, pero en la búsqueda de nuevos músicos encontré a este gran compañero que es Leopoldo en guitarra. También va a participar parte del Colectivo Intercultural Mamül Müley, con sus percusionistas Alicia Golan y Carmen Marpegan”.
“Nos rodean los newen”
La denominación de la futura placa hace referencia a cuestiones profundas de la cosmovisión mapuche. “Los cantos se agrupan bajo el título Kisülelayiñ, pensando que No estamos solas… Más allá de lo que pueden ver nuestros ojos en este lugar del mundo, nos rodean los newen, nuestros ancestros y una larga fila de mujeres de donde venimos nosotras”, precisó Mariluan.
La artista aclaró que su música tiene como referencia la herencia musical mapuche, aunque no se trate de una mera recreación. “A mí me parece que los cantos y los toques tienen su lugar en la tradición y sirven de inspiración para la recreación y proyección, por fuera de las tradiciones. Entonces, estos cantos están inspirados en la lengua del pueblo del que yo soy parte y aluden a las vivencias significativas cuando uno vuelve a vivir a Patagonia, como es mi caso… Cuando vuelve a elegir como piso el lugar donde nació, cuando experimenta eso de volver como pez a su naciente… Entonces, muchos de los cantos hablan del paisaje y de las vivencias, en particular una: el nacimiento de mi hijo. También con preguntarse qué es la tierra, cómo se vuelve a la tierra y cómo se recupera. Además, cómo se recuperan los cantos y cómo se recupera la voz, esos territorios que también nos fueron quitados. Entonces, en búsqueda de salir del silencio y de la frase hecha de que aquí no hay música, a mí me dan ganas de seguir construyendo. El material tiene un pie en la creatividad, en la posibilidad de la creación concreta actual y también futura. A mí me sale eso, me sale crear a partir de la inspiración en los cantos que tienen tantos años en estos lugares”, explicó.
Esa fuente tiene un costado bien definido. “A mí siempre me llamaron muchísimo la atención los cantos que tuvieron que ver con las mujeres, con el panteón femenino de esta región del mundo. En este caso, los cantos surgieron un poco por investigar y en segundo término por un propósito político firme, que es no dejar avanzar más al silencio o al supuesto silencio con el que se caratula a nuestras tradiciones”.
Como puede advertirse, Mariluan se refiere en forma continua a “cantos”, no a “canciones”. Existe una distancia importante, porque “las diferencias entre un canto y una canción son sobre todo estéticas y estructurales. Mientras una canción tiene una forma pautada, los cantos tienen características cíclicas y que a veces, no riman. Nos alejan profundamente de Europa por la diferencia entre rimas y versos. También del folklore argentino… Entonces, cuando uno habla de cantos, refiere principalmente a la expresión pura”. A la pura expresión, entonces.
En febrero
Según precisó su protagonista, “Kisülelayiñ – No estamos solas”, estará disponible en los primeros meses de 2015. “El disco ya está terminado, se encuentra en su etapa de finalización, que quizá sea en enero para tenerlo en mano en febrero. Va a salir por un sello de Buenos Aires y después, para presentarlo la idea es empezar a responder todas las invitaciones que tengo de distintos lugares”.
Inclusive, hay intención es llevarlo fronteras afuera. “Hemos postulado (a un programa de Nación) para presentarlo en el exterior, por la importancia que tiene la presencia de nuestro pueblo y sus expresiones. Queremos plantearnos como epicentro la región y en segunda instancia Buenos Aires, donde las redes ya están tendidas por la larga trayectoria que tuve con Tamborelá y con los caminos que se fueron tejiendo, no sólo por mi trabajo como música sino también como investigadora y realizadora de documentales”, detalló Anahí Mariluan.