sábado, noviembre 16, 2024

México y la violencia estructural: Justicia para los estudiantes desaparecidos

Hace algunas semanas América Latina, horrorizada, asistió a la desaparición de 43 estudiantes normalistas en el municipio de Iguala, estado de Guerrero, México, de los cuales, según confesaron sus responsables (policías municipales y narcotraficantes) fueron asesinados 17, más las seis personas que murieron cuando los buses en los que se encontraban los estudiantes fueron abaleados por la Policía. Este salvaje acto no puede sino ser explicado en razón del deterioro social y humano al que ha conducido la expansión del capitalismo en su ciclo mafioso, el mismo que se inició con la aplicación de la política neoliberal y su evangelio del libre comercio.

 

Por: Natalia Sierra

Catedrática de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Quito 

http://www.planv.com.ec/ideas/ideas/el-capitalismo-y-su-violencia-estructural-justicia-estudiantes-mexicanos?nopaging=1

 

 Imágen: Univisión

 

El 1º de enero pasado se cumplieron 20 años de la firma y vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que abrió las fronteras comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá. El  mismo día, en Chiapas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se alzó en armas en contra de una historia de injusticias, que para los zapatistas y muchos mexicanos, se agudizaría con el acuerdo comercial.

El TLCAN es, sin equívoco, parte del proyecto político-económico del capital transnacional norteamericano para controlar y acaparar los mercados de América Latina, posible por efecto del marco de negociaciones establecido por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Según dice Javier Echaide: “…el libre cambio es una doctrina y un proceso que permite desplegar el poder del capital sobre la naturaleza y sobre la fuerza de trabajo, sus dos principales elementos a doblegar y controlar para favorecer su crecimiento robusto.”

Partiendo de esta premisa, es claro que las consecuencias de dichos tratados comerciales son nefastas, tanto para las sociedades cuanto para la naturaleza sobre la que las mismas se despliegan. Basta poner algunos datos arrojados tras el TLCAN. Al tiempo que algunas ciudades de México (como Hermosillo) se convertía en centros de ensamblaje de la industria automotriz (debido al bajo costo de la mano de obra mexicana en comparación con la norteamericana) Detroit, la ciudad automotriz de Norteamérica, quebró, expulsando a 700.000 obreros al desempleo; algo parecido sucedió en Texas y California. Por otra parte, “La Cámara de Comercio de EE.UU. indica que las exportaciones agrícolas a México en rubros como granos y carne se han quintuplicado desde que se firmó el tratado” (BBC), dato que obviamente indica las graves consecuencias para la producción agrícola mexicana y los  millones de campesinos dedicados al trabajo agrario, más si se toma en cuenta la injerencia de empresas comoMonsanto. Así también, las empresas norteamericanas de servicios incrementaron sus exportaciones a Canadá y México, “pasaron de 27 mil millones de dólares en 1993 a 82 mil millones en 2011, al tiempo que productos que van desde películas de Hollywood a servicios bancarios han encontrado menos trabas para su venta al sur de la frontera.” (BBC) No es necesario decir lo que esto significó para las empresas mexicanas de servicio y las repercusiones que tiene en la vida de los trabajadores. Es importante puntualizar que además del interés del poder económico norteamericano en ganar competitividad frente a Europa y Japón, el TLC le permitió el acceso a productos estratégicos abundantes en México (petróleo), así como la conquista de mercados para sus productos, incluidos los automóviles que hoy se producen en México.

No es difícil darse cuenta quienes son los ganadores: transnacionales productivas, comerciales y financieras, es decir los sectores más concentrados de capital y quienes los perdedores: empresas nacionales, pero sobre todo los trabajadores, campesinos, pueblos indígenas, la cultura y la naturaleza, es decir los sectores más desposeídos por el capital de los TLC.   

Los TLC y todas su variantes eufemistas son inherentes al proceso de la globalización financiera y el capital productivo y, por lo mismo, están estrechamente enlazados con el capitalismo cognitivo y el capitalismo mafiosos, según sostienen Didier y Vercellone. 

El capitalismo cognitivo refiere al papel estratégico del trabajo intelectual e inmaterial en la creación y valorización de capital (fundada en la innovación) y en las formas de propiedad. En otras palabras, la creación y acumulación de valor es posible en el “…control económico y biopolítico de las condiciones colectivas de la producción del conocimiento y de su transformación en capital y mercancía ficticia.” (Didier y Vercellone) 

Ahora bien, es importante saber que la acumulación del capital cognitivo (esencialmente ficticio) ha sido fundamental para la hegemonía del capital financiero; el fortalecimiento de los derechos de propiedad intelectual y su privatización o  subordinación a la lógica del mercado de los sistemas de investigación, educación y salud, verdaderos motores de una economía basada en el conocimiento; la reorientación y reforzamiento de la lógica productivista en base a promover la depredación y destrucción de los bienes naturales no renovables, lo que de suyo provoca devastación y depredación social. (Cfr. Didier y Vercellone)

Las transformaciones, provocadas por el capitalismo cognitivo, han generado una nueva división internacional del trabajo, por medio de la cual, y gracias a los TLC, las grandes transnacionales, con sede en los países centrales, se adueñan de la renta de la propiedad intelectual y de la producción intensiva de conocimiento; condenando, de esta manera, a la mayoría de las sociedades, habitantes de los países empobrecidos, a la producción de bienes de consumo banalizados (ensambladoras, maquiladoras) y al suministros de bienes naturales no renovables (commodities). El capitalismo cognitivo, en el marco de los TLC – que buscan, entre otras cosas, la apropiación de conocimiento-, polariza geográficamente el desarrollo a nivel planetario, regional y nacional, en atención a disminuir el costo de producción y aumentar la valorización de capital, lo cual condena “…a muchos países en desarrollo, a los menos dotados en mano de obra calificada, a una verdadera «desconexión forzada»”. (Didier y Vercellone)
Sumado a la lógica del capitalismo cognitivo y a los TLC, las política neoliberales de privatización aplicadas en todo el mundo occidental desde los años 70, la inmersión de los países del este en un capitalismo altamente desregulado ha provocado una enorme acumulación primitiva de capital, llamada por Harvy “acumulación por desposesión”, cuyo núcleo duro de operación es una violenta redistribución de los derechos de propiedad.  Es en este contexto, mejor conocido como neoliberalismo o “larga  noche neoliberal”, que asistimos, en sus formas clásicas y modernas, a la radical expansión del capitalismo mafioso, propio de la acumulación primaria de capital. De lo que se trata es de la violenta apropiación privada de las tierras, territorios y conocimientos comunitarios de pueblos indígenas y campesinos; de la violenta transformación de la fuerza de trabajo en mercancía ficticia y barata; de la destrucción y depredación de la naturaleza. Expropiación y concentración de capital llevada a cabo por mecanismos extra-económicos, ilegales y mafiosos, ejecutados por aparatos militares mixtos (estatales y paraestatales) o por intervenciones militares criminales.

“Esto significa también que el capitalismo mafioso no se limita a una lógica de valorización basada en contratos y productos ilegales. Significa también, y sobre todo, una actividad empresarial que, aunque trabajando en la economía formal, utiliza instrumentos “no estándar” (amenaza, violencia y corrupción) para la regulación de las relación salarial y de las relaciones de competencia. Es el carácterestructural y socialmente organizado de esta interpenetración de lo formal y lo informal, de lo lícito y de lo ilícito, de lo legal y de lo ilegal, lo que constituye la característica principal de lo que entendemos por “capitalismo mafioso”. (Didier y Vercellone)

Todo lo hasta aquí analizado explica el brutal e injustificable asesinato de los jóvenes estudiantes normalistas de la escuela rural de Ayotzinapa de Iguala, en el estado de Guerrero. La violencia que hoy vemos a través de todos los medios de comunicación de masas, incluida la red, es lo que Zizek llama violencia simbólica, la cual es resultado necesario de la violencia estructural ligada al avance y profundización de la salvaje lógica del capital. Lo que no se explica es cómo un Gobierno, autodenominado revolucionario, mientras promulgaba la lucha en contra de la “larga noche neoliberal” y sus Tratados o Acuerdos de Libre Comercio, negociaba uno con la Comunidad Económica Europea, según lo revelan nueve cables diplomáticos –fechados entre el 22 de noviembre de 2011 y el 18 de enero del 2012  a los que ha tenido acceso La Marea, publicados Associated Whistleblowing Press (AWP). No se explica como un gobierno compuesto por varios funcionarios, antes vinculados con las organizaciones sociales que resistieron e impidieron la aplicación del TLC con EEUU, hoy rebusque argumentos indefendibles para justificar un TLC, sabiendo, como creo que saben, las nefastas consecuencias que tendrá en nuestros pueblos.

Por último, que ciertamente es lo fundamental, quiero expresar el dolor y la indignación que siento por el crimen cometido en contra de los estudiantes normalistas y por toda la represión, persecución, criminalización, prisión, tortura, humillación y asesinato sufrido por todas la personas que luchan contra el capitalismo y su perversión, sea cual sea la máscara que éste use.

 
Referencias
BBC, Los ganadores y los Perdedores del TLC en 
México y EEUU,
http://www.animalpolitico.com/2014/01/los-ganadores-y-los-perdedores-del-tlc-en-mexico-y-eu/
Didier, Vercellone. Capitalismo Cognitivo y Capitalismo Mafioso
http://www.politicaycomun.com/2011/03/capitalismo-cognitivo-y-capitalismo.html
Echaide, Javier, Elementos para una crítica al libre comercio
http://www.centrocultural.coop/economia-politica-y-sistema-mundial/elementos-para-una-critica-al-libre-comercio.html
La Marea, La UE y Correa preparan desde 2011 cómo violar la Constitución de Ecuador
http://www.politicaycomun.com/2011/03/capitalismo-cognitivo-y-capitalismo.html

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