Más al sur del conflicto estado chileno-pueblo mapuche que se vive en las regiones de La Araucanía y Biobío, el territorio mapuche de Mariküga o Mariquina en la región de Los Ríos, ha sido uno de los principales destinatarios de la instalación de empresas forestales. A través de un crecimiento explosivo de plantaciones de pinos y eucaliptos en las últimas décadas, este modelo ha ocasionado graves impactos ambientales, culturales y sociales para las comunidades mapuche.
José Luis Vargas / Colectivo Editorial Mapuexpress*
Historia
Refiriéndonos a la situación forestal en relación al territorio mapuche de Mariküga, desde la década del ´80 en adelante comenzó un fuerte desarrollo forestal, amparado por la dictadura de Pinochet y los sucesivos gobiernos de la Concertación y la derecha (Aylwin, Frei, Lagos, Piñera y Bachelet), de manera similar a lo sucedido en otros territorios. “Fue a partir de la década de los ´80 cuando las empresas forestales comenzaron a llegar con fuerza a la comuna, de hecho en esa época ya se estaba pensando en tener una planta de celulosa como la de Arauco”, reafirma Salustio Saldivia, profesor de historia y autor del libro “Mariküga: entre historia y memoria”, documento histórico centrado en las comunidades lafquenche de Mariquina.
Cabe recordar que en el año 1996, la instalación de una planta de celulosa de propiedad de Forestal Arauco (CELCO) y la proyección de un ducto que arrojaría los desechos tóxicos emanados de la planta de celulosa ubicada en San José de la Mariquina hacia la bahía de Maiquillahue, fue el principal punto de conflicto entre las empresas forestales y la ciudadanía. Fue así que sectores organizados de la sociedad realizaron masivas acciones de protesta para visibilizar su situación a nivel nacional, luego de percatarse de los graves daños sobre el entorno local y formas de vida de las comunidades mapuche, a causa de la destrucción evidente generada en el santuario de la naturaleza Carlos Andwantter.
En tanto en Mehuín, una comunidad fuertemente organizada por pescadores artesanales y comunidades mapuche -a través de una férrea defensa por mar- logró evitar la entrada de embarcaciones que buscaban realizar estudios por parte de la empresa Arauco para la instalación del ducto de desechos en la zona costera de Maiquillahue. No está de más recordar que CELCO es una empresa forestal que hasta 1976 era del Estado y ese año pasó a manos de privados, como tantas otras empresas claves del Estado durante la dictadura, al ser adquirida por la Copec, hoy de propiedad de la familia Angelini.
Para dimensionar el espacio que ocupa la industria forestal en el territorio de Mariquina y el porqué de los conflictos antes mencionados, se calcula que para el año 2010 casi un 23% de la superficie de Mariquina estaba en manos de forestales, convirtiéndose en la comuna de mayor ocupación forestal de la Provincia de Valdivia. Así lo sostiene Karen Palma, quien investigó el impacto forestal en la comuna. La Licenciada en Historia señaló que “para determinar la evolución del sector forestal respecto a las plantaciones realizadas específicamente en lo que se conoce hoy como comuna de Mariquina, si se considera que la superficie de Mariquina es de 1.320,5 km2, equivalente a 132.050 hectáreas (ha), al año 2005 la superficie que abarcaba las empresas forestales correspondía al 21,66% de la superficie comunal, mientras que el año 2010 aumentaba a 22,9%. Si se suma las plantaciones realizadas por las empresas junto a terceros, el año 2005 corresponde a 30.478,87 ha, lo que equivale al 23,08% de la superficie comunal, mientras que el 2010 aumenta a 25,37%”. Es decir, la comuna en la primera productora provincial y la segunda de Los Ríos con un 17,92% de la “producción” regional (Palma, 2013).
Modelo forestal y derechos de pueblos indígenas
La situación de acoso causada por las extensas porciones de tierra que ocupan actualmente las empresas forestales en Mariquina ha sido motivo de discusión por parte de diversos actores locales.
El 2 de septiembre de 2014 en San José de la Mariquina, capital comunal de Mariquina, unas 70 personas, ligadas a comunidades mapuche y organizaciones sociales asistieron al Foro Panel, denominado “Mariquina frente al modelo forestal”, donde analizaron los efectos este modelo. El espacio sirvió para derribar algunos mitos surgidos en torno a la instalación de la industria forestal en el sur de Chile.
Se calcula que para el año 2010 casi un 23% de la superficie de Mariquina estaba en manos de forestales
En la oportunidad el Werken del Comité de Defensa del Mar de Mehuín, Boris Hualme, profundizó acerca de los impactos producidos por la industria forestal sobre el pueblo mapuche de Mariquina, afectando principalmente elementos culturales; “en esta comuna hay una sociedad distinta que tiene sus propios elementos de existencia como pueblo, expresados a través del idioma, educación, espiritualidad, salud y medicina natural. Cuando se interviene el territorio con forestales, por supuesto que es un atentado cultural para las familias mapuche”, manifestó.
Junto con denunciar la vulneración de derechos políticos, sociales y culturales del pueblo mapuche, el Werken Hualme indicó que desde el gobierno se engaña a los pequeños propietarios diciéndoles que hay que plantar pinos y eucaliptus para implantar una política de invasión forestal. “En esta comuna estamos ante un enemigo que invade el territorio y nuestra identidad, las comunidades mapuche lafquenche tenemos los fundamentos históricos y culturales para resistir esta invasión”, expresó.
Refiriéndose al marco legal que protege a los pueblos originarios ante el accionar del Estado y empresas forestales, Hernando Silva, Coordinador Jurídico de la ONG Observatorio Ciudadano, agregó que el modelo forestal chileno, “desconoce el derecho al territorio que les compete a los pueblos indígenas según el derecho internacional, el cual reconoce la estrecha relación espiritual y cosmovisional que tienen los pueblos indígenas con los elementos que componen los espacios territoriales que habitan históricamente”, aseguró. En esta misma línea, el profesional aseveró que la industria forestal representa “un modelo de desarrollo que ha sido definido por el mercado y no por la gente y las comunidades que habitan los territorios”.
Otro de los temas abordados, fue la situación de los monocultivos y el mar en la Comuna de Mariquina. En ese contexto Eliab Viguera, vocero del Comité de Defensa del Mar de Mehuín evidenció que las malas prácticas de las empresas forestales repercuten directamente en el mar; “en la comuna de Mariquina han ocurrido cosas que no se entienden, pues se ha querido hacer sentir que la pesca artesanal es compatible con el modelo forestal”, explicó. Luego añadió que “son muchos los estudios que han ido comprobando que las especies marinas cercanas a los ríos que abastecen a las comunidades lafquenche y pescadores artesanales, limitan su crecimiento a causa de los monocultivos de pinos y eucaliptos. Por eso la actividad forestal y la pesquera no son compatibles”, sostuvo.
Esto lo confirma el estudio elaborado por la académica Tracy Van Holt, denominado “Influencia de los cambios en el paisaje de la pesca de bajura en el sur de Chile”, cuyo trabajo en terreno estableció que el desarrollo de las plantaciones forestales afecta directamente en el crecimiento de moluscos como el loco. “Nuestro estudio sugiere que las plantaciones tienen impactos indirectos ecológicos a la pesca costera [locos de baja calidad más pequeños] y los costos deben ser pagados por los pescadores costeros [precios más bajos]. Los aumentos en las plantaciones forestales podrían por tanto, potencialmente impactar significativamente las pesquerías costeras en todo el mundo y este tipo de problemas debe ser manejado como una red interconectada de cambio de uso de la tierra, los ecosistemas oceánicos, y económica”, señaló la académica.
Impactos del modelo forestal
Según datos proporcionados por la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) a través de presentaciones y la publicación de artículos que se pueden encontrar en internet, el avance de las forestales no solamente tiene impactos negativos en el medioambiente.
En el plano laboral, “las empresas forestales poseen altos índices de subcontratación que impiden la generación de derechos colectivos”, alerta Cárcamo. Al año 2008, existían 127.000 trabajadores en áreas de plantaciones (INFOR, 2009), pero sólo entre 25% a 30% poseían contrato permanente (30 mil trabajadores). Los niveles de ingreso de los trabajadores forestales muestran que el 82% se encuentran bajo la línea de la pobreza, según un estudio del Programa de Economía del Trabajo en la Región del Biobío.
El 82% de los trabajadores forestales se encuentran bajo la línea de la pobreza
La pésima situación de los trabajadores, contrasta con las ganancias de las empresas forestales “Arauco en los últimos 14 años ha aumentado sus ganancias en ocho veces, con rentabilidades superiores al 30%. Las utilidades acumuladas durante el período 2000-2005 superaron los 2.268 millones de dólares. CMPC por su parte obtiene en 2005 utilidades mayores a 230 millones de dólares, acumulando en el período 2000-2005 más de 1.269 millones de dólares. Pese a estos indicadores, el sector forestal todavía mantiene a los trabajadores forestales en condiciones indignas de trabajo. Además, en el plano socioeconómico, Arauco controla tanta tierra con uso forestal (1,2 millones de hectáreas) como campesinos y el pueblo Mapuche juntos. Estas familias han perdido 9 millones de hectáreas desde 1973, y ya no ocupan más del 5% de esta, según datos de la AIFBN.
La presidente de esta Agrupación, Pilar Cárcamo, se refiere a los impactos que tienen las plantaciones forestales a gran escala, a nivel de cuencas, suelo y aguas. Además de las consecuencias sociales y culturales producidas por el desarrollo de proyectos de inversión forestal. “Las empresas no se hacen cargo de las consecuencias que tienen sus actividades productivas, como la migración rural que produce un sobre poblamiento en las zonas periféricas urbanas y empobrecimiento campesino”, expresa Cárcamo. Agrega que más allá del éxito económico de las empresas forestales se perpetúa la desigualdad. “En las zonas de Chile donde se concentra la gran masa de plantaciones de especies exóticas, vale decir donde se concentran los grandes capitales, los índices de desarrollo humano son los más bajos del país”, alerta Pilar Cárcamo.
Como dato, tan solo entre las comunas de Mariquina y Lanco, circula una población flotante de 5000 personas, que han arribado a la zona para trabajar como obreros en la planta de celulosa de la empresa Arauco en busca de “mejores oportunidades”. Este crecimiento explosivo de habitantes en busca de vivienda y servicios básicos, ha significado la instalación de muchas familias en la periferia de dichas ciudades.
Efectos sobre el agua
Una de las iniciativas impulsadas para analizar el complejo escenario forestal del país se denomina “Aguas que has beber”, ejecutada por la AIFBN junto a otras instituciones de alcance nacional. Fruto de esta alianza se desarrolló el informe denominado “Agua en Chile: diagnostico en 4 territorios y propuestas para enfrentar la crisis hídrica”, presentado en el mes de septiembre del 2014 ante el Concejo Municipal de Mariquina y en el foro panel “Mariquina frente al modelo forestal”.
El estudio, que se realizó con datos de 4 regiones del país (Biobío, Araucanía, Los Lagos y Los Ríos), reveló que “tan solo en la región de Los Ríos se distribuye agua a 5000 personas en las localidades rurales, esta situación le significó al Estado un gasto de más de 2 mil millones de pesos entre los años 2008 y 2013. También se ha entregado derechos no consuntivos de agua en un 43% a sociedades agrícolas ganaderas y forestales mientras que el 46% restante a personas naturales”
“En Mariquina existen 90 familias a quienes el municipio reparte agua entre los meses de febrero y junio”, detalló Pilar Cárcamo. Además se viven diversos conflictos por el agua en la región, entre comunidades mapuches y locales que confrontan con los grandes sectores económicos (empresas hidroeléctricas y forestales).
Por su parte Claudio Donoso, coordinador local de la iniciativa, señaló que toda la Región de Los Ríos presenta una crisis hídrica, que ha sido causada por malas políticas públicas y la irresponsabilidad de las empresas forestales ya que “los pinos y los eucaliptos están tomando el agua que le corresponde a las personas”, aseguró.
En los últimos años diversos estudios confirman la fuerte caída de caudales como consecuencia de la sustitución del bosque nativo por plantaciones de pinos y eucaliptus. Las proyecciones que entrega la investigación “Agua en Chile: diagnostico en 4 territorios y propuestas para enfrentar la crisis hídrica”, auguran altos niveles se sequía en las regiones de Los Ríos y Los Lagos en los próximos años.
Hacia un nuevo modelo forestal
Para enfrentar esta situación de despojo y deterioro del bosque nativo y los recursos hídricos a nivel nacional. La AIFBN ha propuesto un nuevo modelo forestal basado en la modificación del código de aguas, cambio en la institucionalidad forestal y cambios fundamentales en la ley de fomento forestales, entre otras modificaciones.
“Se debe trabajar desde el ordenamiento territorial, para que se defina desde las comunidades que es lo que se quiere para el territorio, y en ese marco, desarrollar un modelo de gestión territorial flexible que permita la participación de los actores locales”, sugiere Pilar Cárcamo.
Por su parte las autoridades comunales coinciden en la necesidad de un cambio de modelo económico. De acuerdo al concejal Jaime Ramírez, en Mariquina “ha cambiado el uso de suelo, antes se veían pampas trigueras y agrícolas que ya no existen en Mariquina, ya que las forestales transformaron nuestro quehacer productivo. Este modelo debería ser regulado por los parlamentarios, que tienen la tarea de cambiar las leyes”.
Esta opinión coincide con la del concejal Rodrigo Manzano, quién asegura que esta realidad “va en aumento en nuestra comuna, de a poco la gente se ha ido desprendiendo del trabajo agrícola y ganadero dando paso a las forestales. Dentro de este análisis, se debe modificar el Código de Aguas y el Decreto Ley 701”, sostiene.
Lavado de imagen de las empresas Mininco y Arauco en Mariquina
Frente a las voces críticas al modelo forestal que se ha instalado en Mariquina, las empresas han buscado lavar su imagen estableciendo relaciones de “buena vecindad”. A fin de conseguir aceptación de las comunidades locales, las empresas desarrollan y financian múltiples proyectos con organizaciones sociales y comunitarias.
Víctor Albarrán, administrador patrimonial de Forestal Mininco en Mariquina, da cuenta del trabajo de esta empresa y como buscan ser aceptados dentro de la comunidad. “Queremos que la gente y autoridades sepan que somos una empresa comprometida con el respeto medioambiental, social y económico”, señaló en una entrevista concedida al programa radial “La Municipalidad Contigo”, emitido por la radio FM Madre de Dios.
En ese contexto, la empresa forestal Arauco, también ha financiado un sinfín de proyectos para organizaciones comunitarias de Mariquina. “Dentro de la línea de trabajo que tenemos como empresa, están los fondos concursables de comunidad y los fondos concursables de trabajadores de Arauco, donde nosotros como trabajadores postulamos a un proyecto donde vemos que hayan necesidades que satisfacer. Dentro de eso consideramos que podíamos contribuir era en la construcción de una sala para mejoramiento de la infancia para los niños de Dollinco. Estamos muy felices por esto y queremos seguir haciendo más contribuciones a la comuna de Mariquina”, señaló Beatriz Gática, encargada de relaciones comunitarias de Celulosa Arauco en la región de Los Ríos.
En las comunidades existen muchas necesidades y las empresas se aprovechan de eso para ofrecer oportunidades de empleo y proyectos sociales
En relación a lo anterior, Javier Nahuelpan, presidente de la comunidad mapuche Villa Nahuel califica este tipo de prácticas como un lavado de imagen por parte de las empresas, puesto que “en las comunidades existen muchas necesidades y las empresas se aprovechan de eso para ofrecer oportunidades de empleo y proyectos sociales, sin embargo eso no se ve reflejado en bienestar social, sino todo lo contrario, producen desabastecimiento de agua y deterioro en calidad de los suelos de aquellas familias que viven de la agricultura”.
“Las comunidades han tomado conciencia del problema que significan las forestales”
A lo largo de este reportaje hemos explicado cual es la situación del territorio mapuche de Mariküga, conocido actualmente como Mariquina, frente a la expansión del modelo forestal. En ese contexto conversamos con Javier Nahuelpan, quien nos compartió sus impresiones sobre la presencia de la industria forestal a raíz del drástico cambio que para los territorios mapuche ha significado modificar su vocación productiva agrícola y ganadera, a una forestal que ha reemplazado la vegetación nativa, esteros y ríos, que históricamente han sido el hábitat de las comunidades mapuche en esta zona.
-¿Cómo evalúan ustedes la llegada de las empresas forestales al territorio que ocupan históricamente las comunidades mapuche?
-“La expansión de las forestales ha sido un elemento muy negativo pues están cambiando las formas de vida y la alimentación, ya que la fumigación ha terminado afectando las plantas medicinales y los frutos del bosque nativo que abastecen a las comunidades”.
-En otros territorios mapuche de las regiones de la Araucanía y Biobío, se ha dado un escenario de confrontación directa entre las comunidades y empresas forestales a causa de la usurpación de tierras por parte de estas empresas, ¿Cómo se prevé esto en Mariquina?
-“En Mariquina las comunidades han tomado conciencia sobre este problema, valorizando su tierra y espacios naturales a fin de asegurar una alimentación basada en cereales, verduras y frutales sin contaminación, por dicha razón hemos buscado frenar la llegada del ducto en Mehuín, el cual significaría una expansión forestal desmedida sobre nuestro territorio”.
-¿Cuál ha sido el comportamiento de las autoridades sobre este tema?
-“En general existe un gran silencio por parte de las autoridades, sin embargo las comunidades han buscado hacer conciencia y generar espacios para discutir cuales son los peligros que se nos vienen si sigue avanzando esta industria.
Hoy en día está frenado el proyecto del ducto de Celulosa Arauco, a pesar de contar con los permisos ambientales entregados por el Estado, la voluntad de la empresa y gobiernos, choca con otros intereses tales como áreas de manejo y espacios costeros marinos de pueblos originarios. Nuestro plan de vida es seguir viviendo por muchos años más en estas tierras y resguardar nuestros espacios libres de contaminación.
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*El presente artículo es parte del Libro “Resistencias Mapuche al Extractivismo” del Colectivo Mapuexpress. Esta publicación es apoyada con recursos de la Fundación Rosa Luxemburgo con fondos del BMZ
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Bibliografía
Frêne Conget, Cristián y Núñez Ávila, Mariela (2010) Hacia un nuevo Modelo Forestal en Chile. Revista Bosque Nativo N° 47
INFOR (2009) Anuario Forestal
Informe Agua en Chile: diagnostico en 4 territorios y propuestas para enfrentar la crisis hídrica. Disponible en www.aguaquehasdebeber.cl
Palma, Karen (2013). Desarrollo Forestal en la Región de los Ríos. Análisis de la resistencia y el impacto en la comunidad Mapuche Lafkenche en la Bahía de Maiquillahue 1996-2007. Tesis de Karen Palma para optar al título de profesora de Historia y Ciencias Sociales, Universidad Austral de Valdivia.