Art.1º: CREASE el Consejo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir, en adelante EL CONSEJO, el que tendrá el carácter de ente autónomo y autárquico sin dependencia orgánica ni funcional de ningún estamento del estado.
Art. 2º: CADA PUEBLO designará dos (2) Consejeras, de acuerdo a su filosofía ancestral y a sus modos propios de organización en un plazo no superior a seis meses.
Art. 3º: DETERMINASE como objetivo del Consejo la realización de un proceso de consulta, participación, información y difusión para elaborar y proponer normativas y políticas que garanticen y efectivicen el Buen Vivir.
Art.4º: ENTIENDESE como la filosofía del buen vivir, el restablecer la cohabitación en reciprocidad y armonía entre los pueblos y con la naturaleza.
Art. 5º: DOTASE al Consejo de Mujeres de Pueblos Originarios, de iniciativa parlamentaria.
Art. 6º: DENTRO del plazo de 180 días de su constitución el Consejo deberá dictarse su reglamento de funcionamiento.
Art. 7º: ASIGNENSE los fondos necesarios para el cumplimiento de los fines de la presente, debiendo el Consejo elaborar y elevar su Presupuesto Anual a los efectos de la atribución de la Partida Presupuestaria independiente.
FUNDAMENTOS
Señor Presidente: En febrero del 2012, las hermanas del Pueblo Qom del Barrio Toba de Rosario se reúnen con una hermana Mapuche y plantean la necesidad de ser vistas, reconocidas en su condición de mujeres originarias; señalaron la importancia de hacer escuchar su voz, ya que padecemos siglos de opresión, sufrimos de manera particular la violencia institucional no sólo racista sino también sexista. Luego, mujeres originarias del Pueblo quechua de Jujuy definieron que para ser vistas y oídas debíamos hacer una marcha todas juntas; las mujeres M´bya Guarany recomiendan que sea una marcha de propuestas.
Porque cuando hablamos de cuidar la Madre Tierra, Ñuke Mapu, Pachamama, Qarate´e Alba, Tekohá, ella nos reconoce, nos define, nos abraza y es ella la que nos cuida. Por eso debemos también escucharla y cuidarla, en el campo y en las ciudades, porque vivimos de y con la tierra. Con años de lucha se han conseguido leyes y reformas de la constituciónnacional y de las provinciales y se han firmado convenios internacionales dereconocimiento de los derechos indígenas. Pero para que nos vean como comunidades, tenemos que sacar personería jurídica y esos papeles no sirven, nos dividen y hacen pelear. Nos hablan de tierras y territorios de las comunidades, nos hablan de papeles y propiedades. Cada pueblo tiene sus formas de organizarse, su pensamiento y espiritualidad, y es eso lo que las leyes deben respetar. El estado no puede definir cómo tienen que ser nuestros representantes ni qué personas son los que representan nuestropensamiento y hablan por nosotras.
1. El territorio es nuestra casa.
Cuando pensamos en nuestra casa, la queremos en armonía, limpia y ordenada. Hacemos mucho trabajo para eso, para estar bien, y tener lo que necesitamos para vivir. Para eso, en cada casa, en todas las casas, se fijan prioridades porque nuestra casa tiene que identificarnos y tener lo que necesitamos para vivir en armonía. Lo primero, es que necesitamos agua, para nosotras, para nuestros animalitos y cultivos. No se puede desperdiciar el agua porque lo que derrochan o ensucian algunos, afecta el derecho a lavida de otros. Las políticas de estado vienen concesionando, privatizando, explotando el agua, pero entre todos tenemos que acordar políticas de uso controlado y cuidado del agua.
También tenemos que ver cómo calentamos e iluminamos nuestras casas, lo que requiere que participemos en la toma de decisiones sobre las políticas energéticas. Hay que buscar energías alternativas que no contaminen, que sean accesibles para todas y exigir que se cumplan los acuerdos de las cumbres climáticas. Nuestro territorio nos asegura nuestroalimento y sin territorio no hay soberanía alimentaria ni posibilidad de tener una dieta variada. En el campo y en la ciudad tenemos que tener espacio para tener casas dignas, para criar nuestros animales, para cultivar lo que comemos.
2. El territorio también es nuestro cuerpo
Las mujeres sabemos que si con nuestros cuerpos damos vida, también sufrimos la opresión en nuestros cuerpos. Lo que hacen con el territorio cuando lo lastiman, también lo hacen con nuestros cuerpos. Es que la madre tierra es mujer como nosotras. Si ella está fértil, vital y armónica, también nosotras lo estaremos. Y si nosotras estamos fértiles, vitales y armónicas, también la madre tierra lo puede estar. Particularmente los sistemas de salud y educación pública disciplinan nuestros cuerpos y nuestras mentes. Pero si nuestros cuerpos y nuestras mentes no están bien, si no están bien cuidados y si no pueden ser libres, nada más puede estar bien. Como resultado de la colonización, hay machismo también dentro de nuestras comunidades y a veces nuestros propios compañeros nos violentan e impiden el acceso a los anticonceptivos. Sin embargo como mujeres somos fértiles no sólo porque damos hijos, sino también porque damos ideas,cariño, sabiduría que nuestros mayores nos han cedido.
3. El territorio viaja con cada persona
El territorio es más que lugar físico y viaja con nosotras. Por eso nos sentimos parte y no dueñas de la tierra en los distintos lugares en los que estamos, y necesitamos comunicarnos espiritualmente con ella. Por eso nos comprometemos con el otro y con nuestros antepasados en distintos lugares. El compromiso con nuestra espiritualidad es para nosotras también un compromiso político que debe poder manifestarse en distintas partes. Por eso pedimos que se respeten nuestros espacios ceremoniales, que nosreconozcan espacios de expresión de nuestra espiritualidad aunque estemos lejos del lugar donde nacimos. Por eso no renunciamos a nuestra identidad en los espacios urbanos. Tampoco en las cárceles. Con las migraciones, coexisten varios territorios en un mismo lugar porque cada una lleva consigo sus raíces. Por eso tenemos que ver cómo hacer para que esas raíces no sean cortadas. No hay libertad de culto para los pueblos originarios porque no siempre se respetan nuestros lugares sagrados ni se nos da acceso a ellos. En las ciudades hay lugar para iglesias, templos y mezquitas, pero no se reconocen lugares sagrados donde podamos ejercer nuestra espiritualidad. En las cárceles se abre lapuerta a ciertos cultos, pero no se nos deja ejercer el mismo derecho, ni ser visitadas por quienes asisten nuestra espiritualidad originaria. El buen vivir no es sólo para los pueblos originarios sino que tiene que ser también para los no indígenas. El estado debe garantizar políticas públicas que organicen la manera en que cohabitemos desde el buen vivir, sin discriminaciones, con respeto por las prácticas culturales de quienes comparten ese espacio. Nuestras fechas sagradas tienen que ser feriados para que podamos dedicarlos plenamente a cultivar nuestra espiritualidad.
4. El territorio es donde se concreta la libre determinación de los pueblos.
En cada casa decidimos cómo hacer, cómo vivir. Unas viven en el campo y otras en los pueblos pero, en todos lados, desde nuestras casas nos autodeterminamos. Ese derecho no se pide ni demanda, sino que se ejerce. Aun así, luego de tantos siglos de dominación, hay que reconocer que estamos desordenadas en nuestras casas, con nuestra gente, a veces por temor, a veces porque otros de afuera nos meten otras ideas. Pero cada casa, cada comunidad, cada pueblo es responsable de ordenarse desde su filosofía ancestral y modos de organización. A su vez, nuestras casas comparten el patio con otras casas y entre todas tenemos que acordar cómo mantenerlo también limpio y ordenado, porque lo compartimos.
Necesitamos volver a ponernos de acuerdo sobre cómo queremos vivir juntas respetando el buen vivir de todas. Es a partir de esta forma de pensar que nos pareció importante profundizar las reflexiones en torno al buen vivir, llegando a más mujeres originarias, pero también a más varones de nuestros pueblos. También queremos invitar a integrantes de la sociedad no indígena a que expresen y compartan con nosotras sus pareceres ysentimientos.