Freire, comuna en la Región de la Araucanía, con más de 20 mil habitantes en su jurisdicción, enfrenta la amenaza de un proyecto de termoeléctrica, afectando directamente a dos comunidades Mapuche y al río Toltén en sus inmediaciones.
El proyecto enfrenta el rechazo de habitantes de la comuna y hasta el alcalde, José Bravo, manifestó su rechazo y preocupación porque podría afectar a comunidades mapuche y contaminar el medio ambiente, señaló a radio universal.
El proyecto en cuestión se denomina: «Aprovechamiento Energético Biomasa Agrícola – Región de la Araucanía», de la empresa RAKUN SPA, ingresado al Servicio de evaluación del medio ambiente el 19 de noviembre del 2014 a través de su representante legal José Fernando Bertrán Spichiger, con domicilio en Las Condes de Santiago.
Cabe consignar que las termoeléctricas de combustible de biomasa, específicamente agrícola residual, la forma en que funcionan es con desechos incinerados y su combustión transfiere calor al agua que circula por una extensa red de tubos de una caldera. Este aumento de temperatura produce vapor a alta presión que hace funcionar la turbina de la central, que transfiere de forma mecánica su energía a un generador que producirá en definitiva la electricidad que alimenta al SIC (sistema interconexión central), cuyo mayoritarios consumidores es la actividad minera y de celulosa-papelera.
El proyecto
La empresa en su presentación ante el servicio de evaluación ambiental (SEA), señala que su proyecto tiene como objetivo: “el diseño, construcción y operación de una Planta de Generación de Energía Eléctrica Renovable no Convencional (ERNC), utilizando y aprovechando la biomasa agrícola residual generada en la cosecha de cereales, en forma sustentable, y por consecuencia eliminando los impactos ambientales asociados a la quema no controlada de la misma. Esto permite la instalación de una potencia eléctrica del orden de 30 MW. Dichos residuos agrícolas se clasifican como biomasa residual sólida, la cual posee un potencial energético limpio, renovable y con la ventaja de corresponder a un proceso de reutilización de residuos agrícolas en forma sustentable con el medio ambiente y el desarrollo de la región y el país”.
El monto del proyecto es de 85,0000 Millones de Dólares y generaría 100 puestos de trabajo durante su construcción y 35 durante su operación. La superficie emplazada sería de 15 hectáreas y no hace referencia a la existencia de comunidades Mapuche, sin embargo, a 500 metros de distancia se encuentra la Comunidad Mapuche Antonio Epuñam y dentro del radio de un kilómetro, la comunidad Mapuche José Carvajal.
Uno de los servicios públicos que hace observaciones al proyecto es el consejo de monumentos nacionales, quien señala la empresa no proporciona antecedentes suficientes sobre impactos en materia arqueológica, patrimonial y cultural de la zona. Asimismo, la seremía del medio ambiente, pide aclarar errores con respecto a las estimaciones para los contaminantes MP, NOx y SO2. Por su parte, Conadi también extendió una serie de observaciones debido a que afecta directamente a Comunidades Mapuche del sector y por su parte, la Municipalidad de Freire solicitó que el proyecto ingrese por estudio y no por declaración ya que carece de una serie de antecedentes que lo hacen no calificar.
Plantas contaminantes
Diversos estudios científicos han desprendido que uno de los principales impactos que tiene la generación térmica es la emisión de contaminantes atmosféricos, lo cual depende directamente del combustible que se utilice, sin embargo las principales emisiones de un sistema termoeléctrico son: material particulado (PM10), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y monóxido de carbono (CO).
Una planta que se pretendía emplazar en Pichidegua con similares características sobre uso de residuos orgánicos, rechazado en enero del 2012, tuvo como principales fundamentos la contaminación. Las oposiciones presentadas por habitantes organizadores en esta localidad de la Región de O”Higgins señalaban entre otros argumentos: “La combustión genera emisiones de partículas que de acuerdo a las investigaciones han demostrado aumentar el riesgo de muerte prematura, asma, bronquitis crónica, y enfermedad cardiaca. Este proceso de combustión también crea numerosos subproductos, incluyendo óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles que aumentan la contaminación de smog y ozono y que son conocidos por aumentar las enfermedades pulmonares y la mortalidad”. Además agregan que generaría: Dióxido de azufre, que contribuye al desarrollo de enfermedades respiratorias; Arsénico, que puede aumentar el riesgo de cáncer; Mercurio, que aumenta el riesgo de enfermedades al cerebro y al riñón y afecta al feto en desarrollo; Dioxinas, que provocan aumento de cáncer, enfermedades del corazón, diabetes mellitas, retraso en el desarrollo de los niños, la neurotoxicidad y enfermedades a la tiroides.
El Comité de defensa del medio ambiente de Pichidegua advertía que los metales pesados pueden caer al suelo en forma de lluvia ácida, contaminando la tierra y produciendo un daño irrecuperable en esta zona que hoy vive de la agricultura.
Médicos de Carolina del Norte en Estados Unidos, han señalado que los contaminantes que arroja una planta de termoeléctrico de biomasa orgánica en el sector, entre ellos metales pesados, provocan problemas de salud graves, como enfermedades pulmonares y respiratorias, riesgo aumentado de cáncer y otras enfermedades al cerebro y riñón.
Un estudio internacional, dice que agentes contaminante como el material particulado se están convirtiendo en un serio problema de salud pública y mayor mortandad prematura de la población.
El estudio presenta una serie de cifras y que fue difundido a través de un artículo científico aparecido en Environmental Research Letters, elaborado por 30 científicos de una veintena de universidades y centros de investigación, encabezados por Raquel Silva de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos.
El material particulado 2,5 con un grosor de 1/30 el de un cabello humano provoca afecciones cardiacas y pulmonares. Este tipo de contaminante es producido por los vehículos a motor, las termoeléctricas y algunos procesos industriales, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
El caso de la termoeléctrica de Lautaro y su voraz incendio
En febrero de este 2014, un voraz incendio se generó desde la termoeléctrica de la empresa Comasa S.A ubicado en el la ruta 5, sector La Colonia, frente acceso cruce de Lautaro en la Araucanía, donde el fuego avanzó sin control en la materia prima utilizada para la generación de la energía correspondiente a biomasa forestal y agrícola, corteza de leña, con el uso de combustible de aserrín, corteza de leña, viruta y fardos de pasto, afectando 6 hectáreas de terreno y una extensa cortina contaminante que se extendió por varios kilómetros.
Asimismo, el incendio involucró grandes extensiones de plantaciones forestales y el llamado de emergencia de bomberos de diferentes comunas de la Región.
Dicha planta tiene una capacidad instalada de 26 MW, se instaló con un discurso amigable con el medio ambiente y de aporte a la descontaminación atmoesférica, resaltaba en su inauguración en marzo del 2013.
La empresa tiene dos plantas de termoeléctrica en la comuna de Lautaro y la segunda comenzó a operar en abril del 2004 con una generación de energía de 22 MW a base de biomasa forestal.
Además de estas plantas, la celulosa CMPC en Mininco en los límites norte de la Araucanía, tiene una caldera de biomasa en su planta pacífico, para la generación de vapor de alta presión produciendo energía a través de la quema de biomasa forestal
En Chile actualmente existen más de 100 centrales termoeléctricas funcionando que generan cerca del 60 % de la energía en Chile.
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